Capítulo XV

64 11 8
                                    


Mediados de Mayo de 1972

— ¡Agh, no puedo más! ¡Me va a explotar la cabeza! — Exclamó Dorcas, al mismo tiempo que se frotaba los ojos.

Lily, Marlene, Mary, Dorcas y yo llevábamos tres semanas estudiando como locas en la biblioteca para los exámenes finales de las siguientes semanas y cada vez se iba notando más la tensión en el ambiente debido al estrés.

— ¿Qué ocurre, Dorcas?

— No soy capaz de aprenderme los temas de historia de la magia. Y el examen es dentro de una semana casi, no me va a dar tiempo. — respondió frustrada.

— A ver, dame el libro. — Mary cogió el libro y comenzó a leer. — ¿Cuándo fue la huelga de las gárgolas?

— En… ¿1911?

— Correcto. — Mary pasó unas cuantas páginas hasta que encontró una que le llamó la atención. — Vale, ¿En qué casa fue seleccionado Uric el excéntrico?

— Ravenclaw

— Vale, última pregunta… ¿Cuando se redactó el Código de Conducta del hombre lobo?

— En… 1637.

— Y no lo sabías ¿eh? — Mary levantó una ceja y le lanzó el libro. Dorcas lo cogió al vuelo y le hizo una mueca.

Nos reímos todas por lo bajo y continuamos estudiando, tomando apuntes, preguntando dudas y haciendo tareas tranquilamente, hasta que…

— shhhh… shhhhh… ¡SHHHHHH!

¿Qué pesaditos, no?

Si, la verdad es que si.

— ¡Agh! ¡¿Quién narices no deja de chistar?! — Exclamé,con un tono más alto del que debería. Me giré hacia atrás, un tanto irritada, y pude ver cómo Peter y Remus, entre risas, me hacían señas desde la parte de detrás de una de las estanterías. Puse mis ojos en blanco y empecé a cerrar mis libros. No puedo estudiar con ruido.— Chicas, ahora vuelvo.

— Okey, ¡Luego nos vemos! — Exclamó Lily.

Me levanté, guardé mis libros en la mochila tranquilamente, intentando perder la mayor cantidad de tiempo posible y caminé hacia Remus y Peter.

— ¿Por qué me llamáis con tanto secretismo?

— No es secretismo. Estamos en una biblioteca, se supone que no hay que hacer ruido.

— Si, vale. Creo que he pillado el concepto. — repliqué, exagerando mi molestia. — ¿Qué queréis?

— Queremos hacer una broma. — soltó Peter.

— Vale, ¿qué broma, exactamente?

— Ey, para el carro. Es que para explicártela, necesitamos que nos ayudes en una cosilla de nada. — aclaró Remus.

— ¿Y esa cosilla es…?

— Que nos ayudes a sacar a James y a Sirius de detención.

— ¡¿Qué?! ¿Qué han hecho ahora?

— Digamos que soltar duendecillos de Cornualles por todo el segundo piso con ayuda de Peeves no fue buena idea.

Ay, por Merlín.

— Lo siento, pero no.

— Porfa… ayúdanos. Que tienen la detención con Filch ¡Será pan comido! — suplicó Peter, con cara de pena.

Que panda de dramáticos.

Cierra el pico.

— ¡Pues entonces hacedlo vosotros mismos, si tan fácil es!

⋅Ataraxia⋅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora