Sargento Jeon y el terror

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Incubos, la jerarquía más baja en los demonios, pero según ellos, la más privilegiada, pues, podía tener un contacto directo con los seres humanos, cumplir sus deseos más ocultos y de paso, procrear con ellos.

Las mujeres u hombres seleccionados por ellos eran aquellos que hacían latir por primera vez su corazón, aquellos que tenían el don directo de verlos.

Se dice, que cuando un humano cruza la mirada con un incubo, este, hará cualquier cosa para poder estar y ser feliz con el o ella.

Así le pasó a Jeon, pero vamos por orden....

El sargento Jeon, era el más duro en su especie, juraba que el jamás caería en los encantos de un humano, pues, eran un asco para el, y si bien, cumplía los deseos de quién quisiese, también los hacía sufrir convirtiendo en pesadillas aquellas imágenes.

Todos lo admiraban por su frialdad, el más temido incluso por sus pares.

Habían rumores que una vez, poseyó a un hombre en sus sueños, este, tenía fantasías con jovencitas y cada día se masturbaba al ver colegialas pasar por fuera de su casa.

Asqueado de aquello, el Sargento Jeon lo visito en sueños, tomando la imagen de una bella y voluptuosa chica, y justo antes de que esté "entrase en su interior" el incubo transformó su cuerpo, a un monstruo de colas que lo atravesaron por su ano, nariz, boca, oreja... Y por cada orificio que el hombre tenía, convirtiendo su placer en el más vivido y terrorífico sueño.

Fue así, como el obeso tipo, cortó la manía aquella y en su desespero, pues su cuerpo aún reaccionaba a las chicas, se colgó de la viga más grande que tenía en su hogar, terminando con su vida.

Aquella vez, la Sucuba General Prisma le armó un lío por usar apariencia mujer, puesto que eso es un fuerte reprendió, pero, que más daba, si ni los demonios cumplen sus propias reglas, son demonios y aunque hay leyes, el mismo príncipe de las tinieblas dijo, " las reglas se hicieron para romperse".

— Jeon —le grito mientras el pobre simplemente estaba en calma.

— Jefa Prisma —nombro cansado en espera de aquel regaño.

— ¿Quien te dio permiso para usar un cuerpo de mujer? Ese es nuestro trabajo.

— No te preocupes, no deje que me tocase, solo uds dejarían follarse por un asqueroso ser como él.

— ¿Nos estás diciendo Putas?

— Tu pusiste la palabra, no yo... Pero vamos Pris, No hay mucha diferencia entre ellas y uds.

— Somos de la misma calaña.

— Claro que no, mientras uds se dejan cojer por tipos como ese, nosotros cojemos a quienes tienen sueños puros.

— ¿Sueños puros?, Acostarse con muchachitas que fantasean con actores y cantantes ¿Son sueños Puros?

— Por lo menos más suaves que soñar en violar a niñas indefensas —se levantó de aquel oscuro trono en su habitación — tu alimentas a los violadores, abusadores, pedófilos y demáses, mientras yo, solo niñas indefensas que fantasean con cantantes y actores, somos muy distintos Prisma.

— Esta me la pagarás, el jefe sabrá de esto.

— El jefe ya no sabe, incluso me premio por el hecho de llevar a ese cerdo al suicidio.

Y muy molesta, la General Prisma dejó al ser más odiado por su persona, le tenía mucho coraje, desde que el muchacho llegó comenzó a darle problemas y desde ese mismo momento, los sentimientos hacia él, crecieron.

Jeon, no sólo sintió satisfacción, sino también, había ganado un alma para su jefe, y por esa razón, le dieron una más de las medallas por cumplir su meta ese año de almas para alimentar el fuego eterno.

Otra historia bastante miedosa, era que Jeon, en su vida pasada era una persona real, y que, debido a sus pecados en la tierra, debe pagar condena de esa forma.

Aunque esto más que rumor, era una realidad, puesto que todos los subordinados que el príncipe oscuro tenía a su lado, fueron humanos que cometieron un gran y terrible horror en su vida pasada, esos recuerdos, eran eliminados de sus mentes para que no se atormentaran en ellos mismos, o bien, no se encontrarán con sus víctimas al reencarnar.

Jeon tenía la libertad de pasearse por las calles del país que quisiera, en el lugar que quisiera, como quisiera, con sus cuernos asomados y sus alas ennegrecidas, sus ojos oscuros que mostraban maldad pura, no por nada es el más temido de todos los Incubos y Súcubos.

Aún más temido que su propia jefa, la general Prisma.

Un día salieron a celebrar, él y sus amigos, esos que estaban bajo su responsabilidad, Namjoon había subido de rango gracias a los consejos de Jeon, y participó de un exquisito cuarteto con un grupo de señoritas en una pijamada.

Chicas vírgenes que habían visto su primera película pornográfica, y abrieron su florecilla a aquel demonio quien las atravesó con su miembro deforme, ancho y largo, dejándolas con aquella sensación de querer volver a sentirlo.

Eso era lo que alimentaba más a un Incubo, los deseos de las personas de volver a repetir el erotismo.

Se podría decir que muchos seres humanos, ya tenían a su demonio bajo la cama, uno preferido, uno que no cambiarían, pues el sexo fue tan placentero que incluso, se atrevían a decir que era aun mejor que con personas reales y certeros, pues, los orgasmos con ellos eran increíblemente de otro mundo.

Y que más se podría decir, si son demonios, además de hacer un excelente trabajo, eran los más sensuales, sexys y bellos en comparación con otros demonios, debían entrar por la vista y eso, estaba a su completo favor.

— Y dime, Namjoon .. ¿hubo una de las vírgenes que te gustó más?

— Jackson, no creo que Namjoon sea de tu calaña, recordemos que fuiste el primero en saborear sangre real proveniente de una vulva.

— Vamos jefe —dijo con verguenza— Es que Alejadra me sigue enloqueciendo.

— Han pasado 6 años, ella de casó y sigues visitándola.

— Cuando llegue su latido me entenderá.

— Eso no ocurrirá conmigo, antes, le pediría al Señor oscuro que me encierre en un calabozo.

Las tinieblas se disipan, llegaban al mundo real, pero nadie los podía ver, eran espíritus disfrutando de estar entre personas, alimentándose de deseos y malos pensamientos, de dolor y de sufrimiento.

Jungkook iba atrás, los demás en frente, en su alrededor los segundos pasaron lento, cuando noto que a su lado una chica cruzaba miradas con él, ambos se vieron de reojo, como pasaban  de largo sus cuerpos.

Jeon detuvo su caminar y giro su cuerpo, definitivamente lo había alucinado, eso creyó, hasta que la chica giro su cabeza y se quedó viéndolo con una peculiar sonrisa.

Esa fue, la primera vez que sintió su corazón latir. Su Latido.



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Incubus              ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora