Haydee había pasado buenos días con Yoongi, pero debido al dolor de su pecho por la falta de aquel Incubo decidio volver a su departamento.
No había soñado con el ningúna noche, aunque pensaba en el, todo el santo día, se sentía vacía, nula y sola.
Apenas llegó lo llamo, invocando su nombre, pero el no aparecía según ella.
Jungkook estaba ahí, frente a ella, lo estuvo todo el tiempo, viéndola reír con su amigo, viendo como lloraba en soledad, o como lo llamaba mientras dormía, pero para el, ya le era imposible entrar a su inconsciente, debido a lo que fuera que le hizo Amorem.
Solitaria se fue a su cama, y esperando por el se durmió.
Cansado de lo sucedido y sabiendo el daño que le causó en un pasado decidió, dejarla libre.
Salió en busca de aquel ser de luz, ya no podía verla sufrir.
Con sus alas oscuras subió hasta las nubes, ahí estaba Jin, observando la humanidad en su esplendor, se acomodo en su lado a una distancia prudente y guardó silencio.
— Eres el tercer demonio que me visita —dijo estirando su cuerpo
— ¿Quien más?
— ¿Que quieres Vulgasi?
— Une su hilo con alguien más —Jin lo miro con asombro, rio sarcásticamente y volvió a ver a los humanos.
— ¿Se pusieron de acuerdo?
— No sé de qué hablas.
— Tu padre vino hace unos días, pidiéndome que rompiera tu lazo con ella... Luego la Sucuba, me pidió que uniera su destino con alguien bueno que amara a su latido... Y ahora tu.
— Jin...
— Amorem para ti.
— Amorem —musito— Ya no puedo verla sufrir, jamás me perdonaré lo que le hice, la ame, la amo y amare toda mi vida, y quiero que se olvide de mi, que sea feliz y olvide nuestro pasado.
— Yo ... No le iba hacer caso a tu padre, hay muchos demonios y angeles que son felices con sus latidos, yo lo soy con la mía, pero el hecho de que ella recordara todo y tú no la protegieras me llevo a decidirme.
— Yo no sabía lo que sucedió.
— Lo se, por eso pensé en no intervenir, puedo volver hacer que te vea, pueden vivir una vida asi, lo sabes.
— Ella vivirá con el remordimiento de lo que le hice.
— Ella te perdono en el momento que clavaste tu espada, ese bebé renació en otra pareja y en serio es feliz, —Jeon lloro— el único que no puede vivir con ello eres tú.
— ¿Cómo viviré con ello, si no le creí?... La mate, la herí, la quite de mi lado y la ame tanto que me recuerde.
— Vulgasi —respiro profundo— haré lo que me pides, con una condición.
— La que quieras —dijo con desespero— Haré lo que me pidas, solo, déjala ser feliz.
— Quita de tu camino a tu padre y a Prisma.
— ¿Por que?
— Ellos no descanzaran hasta verla sumida en la oscuridad, ambos quieren que ya no vuelva a renacer, así, jamás te volverás a encontrar con ella.
— Hecho.
— Debo irme pa... Vulgasi.
Abrió sus alas de un golpe y se esfumó entre las nubes.
Para Jeon le pareció extraña aquella petición, pero la cumpliría.
El fuego consumió su cuerpo sin que el fuera quien lo llamaste y apareció una vez más en el cuarto de Haydee.
Ella lloraba con los ojos cerrados. Mirando palabras conocidas para Jeon, le rogaba que le creyera, eran esos momentos en que el le daba la espalda y creía en los comentarios venenosos de Valen.
Valen.... Recordó su rostro, este se poso en su memoria y de ahí no se movió ni un centímetro.
Quiso salir de aquel cuarto, pero la mano de Haydee le tomo, por un momento las esperanzas volvieron a su cuerpo.
— Creame Majestad, yo lo amo, jamás le fallaría, nunca lo engañaría.
Decía aún con los ojos cerrados. Este se acercó a ella juntos sus labios con los de ella, podría ser el último beso entre ellos.
— Me abandonaste Jungkook —susurro en sus labios ella y se hizo una bolita con su cuerpo— Solo fui un alimento para ti, nunca fui importante.
— Amor —susurro Kook viéndola con dolor— todo estará mejor —acaricio su cabello.
— Vuelve a mi, Mi Incubo, nunca nadie podrá hacerme feliz como lo hiciste tu en pocos días, te lo ruego. —apreto sus ojos dejando caer sus lágrimas.
— Todo mejorará —dijo el con un fuerte dolor en el corazon— Te lo juro —se levanto del piso y camino hasta la puerta, estando ahí, se esfumó.
En ese momento, Haydee, pudo verlo, pudo oírlo, y supo, que nada pasaría, sintió aún más temor, el pavor a no volver a tener a su incubo se adueñó de su cuerpo, y en el desespero más grande camino hasta su baño, tomando el botiquín.
Con manos temblorosas, miro el frasco de somnimefos, dejó caer las tabletas en su mano y las consumió por completo, si debía hacer aquello para poder estar a su lado, toda una eternidad, lo haría, y nada podría impedirlo.
Cansada con las pildoras en su cuerpo camino arrastrando sus pies hasta la cama y se dejó caer.
El latido de Jungkook desapareció por completo, ya no había aquel ritmo cardíaco en su pecho, y creyó que la razón de ello era la decisión por pedir que unieran su hilo a otra persona.
Y ahí se quedó, extrañando lo único que lo hizo sentir vivo, lo único que le dió razones de vivir, lo único que le dió pasión.
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