Era un 25 de diciembre, los Incubos tenían más trabajos esos días, pues, los deseos navideños no solo se basaban en cosas banales, como dinero, salud, amistad y amor, sino también en deseos sexuales.
Muchos salían a recorrer las calles, buscando en los pensamientos de las personas aquellos sucios anhelos para cumplir.
Jeon, no encontraba uno que en serio llamaba la atención, no, hasta que escucho un sollozo, uno que silencio todos los demás pensamientos, uno doloroso de esos que le gustan a el, sufrido y enriquecedor a su oscuro corazón.
Se detuvo en el camino cuando la vio, mirando a través de una vitrina, quieta, dolida, traicionada.
Se quedó ahí a escasos pasos de ella, las personas a su alrededor caminaron más lento, las gotas de lluvia cayeron con lentitud, y por un momento todo se paralizó a su lado.
Ella se alejó de aquella vitrina, y camino unos cuantos pasos hacia el, deteniendo a su frente, antes de chocar con él, levantó la mirada lentamente por su cuerpo, hasta llegar a sus ojos.
Era el ser más hermoso que había visto jamás, y por una extraña razón se parecía de cierta forma a unos dibujos que ella hacía en papel desde pequeña.
Era su latido, el latido del Sargento más temido de todos los Incubos y sucubos, aquel que no tenía corazón y la palabra piedad no estaba en su vocabulario, aquel, que odiaba a las personas como ella.
— ¿Me ves? —dijo el con total altanería, con una voz profunda que solo la utilizaba para que sus víctimas temieran.
Entonces la chica quito la vista de él, intentando que el no lo notase que lo veía, al Sargento, aquella pequeña actuación le dio un placer único provocando que una silueta se dibujara en sus labios, la que quito de inmediato.
— Entonces si me ves —susurro— ¿Sabes que soy?
Ante sus palabras esperaba una clara respuesta, quería intimidarla y jamás volver a toparse con ella, que ese latido desapareciera de la eternidad de su vida y jamás volver a saber de ella.
¿Sería muy malvado mostrarle su real apariencia?
El sonido de una pequeña campanilla sonó a espaldas de ella, Jeon en ningún momento le quitó la vista a ella, pero la chica si a él, y al girarse en aquella dirección, evadió de aquel demonio y salió corriendo como si alguien la persiguiese.
Ese encuentro si que fue extraño, por un momento agradecía no haber oído su voz o definitivamente habría caído a sus pies así como Namjoon se lo predijo hace unos días.
— ¿Entonces terminarás con tu novia, Oppa?
— Dame unos días, Tessa, sabes que ella es la que trabaja y debo sacarle un poco más de dinero —las personas atravesaron el brío que seguía viendo a la chica correr.
— Pero ya llevo mucho tiempo esperando por ello, DoJun, si no lo haces en tres días juro que esto se acabará.
Por un momento el temido demonio persibio los pensamientos de aquel chico, en donde veía a aquella chica sonriendo, jugando y feliz, sus pasos fueron en su dirección, intuitivamente, y no se explicaba el porqué.
Apesar que aquel muchacho sonreía y besaba pasionalmente a su acompañante, sus pensamientos estaban lejos de ella, en otra chica
— Eres una basura —le dijo, aunque DoJun, no lo podía oír ni ver— Estás de novio con una y ahora con otra —siguio peleando con el sin tener respuesta— Ahora entiendo porque estaba llorando, miserable! —estaba perdiendo la compostura— hiciste llorar a mi latido!! —grito con fuerza.
Las ondas de su voz levantaron la lata de un envase de cerveza en el piso y cayó directo a la nuca de aquel, llamando la atención y viendo que nadie había, el susto que ambos dieron era merecedor de la traición que estaban haciendo.
En ese momento quería ser persona, y darle su merecido a aquel bastardo en su frente, respiro profundo, algo mejor se le había ocurrido, algo indudablemente a su alcance, y solo le agradeció porque, por sus pensamientos y deseos, supo ciertas cosas que le ayudarían a encontrar a aquella que le hacía vibrar su pecho.
Incluso su nombre, le que pareció ser el más hermoso que jamás había oído "Haydee", de momento a otro cerro sus ojos, susurrando su nombre y fue transportado hasta un departamento, ahí, solo se oía un llanto, llanto y dolor, dolor y quiebre de vidrios, estaba lanzando los recuerdos con aquel tipo, enfurecida Jeon comenzó a alimentarse de ese dolor y odio, para nada le supo exquisito como otros, más bien, le acongojada en gran manera.
La señorita silencio un momento, miro sobre su hombro pero le ignoro.
— ¿Me ves? —ella tomo una fotografía y siguió rompiendo, ya no emitía sollozos, pero la ira seguía ahí.
El Sargento se preguntaba por que no le respondía, tenía muy en claro que podía verlo, o bien sentir su presencia, pero...
¿Por que razón no hablaba con el?
¿Por que no le respondía sus preguntas?
¿Por que estaba el ahí?
Claramente recuerda el momento exacto en que Namjoon le advirtió que si oía su voz caería rendido a sus pies, y si tanto odiaba esa situación... ¿Por que mierda se encontraba con ella, haciéndole preguntas?
¿Por que simplemente no la liquidaba y ya?
Pronto ella comenzó a cansarse, hipeaba entre dormida hasta que simplemente, sentada en el piso y apoyada en el sofá, se durmió.
Kook estaba arrodillado frente a ella, la observaba con detención, ¿Que tanto tenía ella que lo hacía olvidar todo el odio o su promesa de llevarla a la muerte?
Una leve sensación de preocupación se alojó en lo más profundo de su corazón, uno que latía cada vez un poco más, incluso, se atrevía a decir que el cuarto, solo se oía eso.
Los latidos de su oscuro y casi muerto corazón.
Tomo una cobija de su cuarto y la cubrió hasta sus hombros, no haría tal de tocarla, eso sería un fatal error y ya era suficiente con estar ahí, esperando escuchar su voz.
— Gracias —murmuro sutilmente, y Jeon, se sintió caer en un abismo.
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Especial Navidad 🌲☃️
Quizás las cosas están avanzando un poco lento, me imagino que muchas leen por el Lemon ya que la historia es de un Incubo.
Pero.... Pronto llegará ☺️
Gracias por su apoyo, Pecador@s.
Además... Quiero decirles que tengo en mente varios personajes, sus personalidades y todo, pero me da flojera pensar en nombres, si quieren que el suyo aparezca en esta historia solo, escriban en los comentarios
