El verdadero Infierno

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Jeon esperaba en las penumbras frente a la muerta marrón, sabía perfectamente que ese cuarto era del ser superior, el mismo que lo eligió como Incubo, el mismo que jamás le dió una bienvenida, el mismo que le daba órdenes a través de otros, el mismo incluso que le daba favor en todas las pendejadas que hiciera.

En otras oportunidades había pedido reuniones con el, pero siempre fue rechazado, jamás lo quiso ver y Vulgasi nunca se cuestiono aquello, nunca, hasta ahora.

¿Por qué Amorem dijo que al verlo comprendería mucho?

¿Qué conexión tiene con Jungkook aquel ser?

Las preguntas venían una tras otra sin poder encontrar una respuesta concreta, solo una conclusión... 

Apenas lo viera, sabría las respuestas a ese mar de dudas.

La puerta se abre con lentitud, los ojos de Jungkook se iluminan en una pequeña llamarada azul, y de adentro, sale un hombre alto, con un Hanbok negro con detalles dorados, cordones del mismo tono y un dragón bordado en su pecho al lado izquierdo, un traje, que se le hizo muy familiar, demasiado para su gusto.

Jeon dió a conocer su presencia, aquel demonio levanto su vista viendo cada detalle del ser oscuro frente a su cuerpo, apenas cruzaron sus miradas, los recuerdos inundaron a Vulgasi.


Baekje





— Cariño, no hice nada.

— Cállate! —golpeo su rostro con fuerza, la mujer lloraba con dolor— Dime —tomo su cabello y la obligó a verle— ¿Con cuántos te acostaste? Les cortaré las manos, les cortaré el miembro, los decapitare! —grito amenazante.

— Te lo juro, Majestad, jamas hice nada de eso, yo te amo

Ambos se vieron a los ojos, ella sentía dolor por cada golpiza que su esposo le daba, el único infiel era el, ella se desvivía por su familia pero para su esposo eran más creíbles los comentarios de aquellas zorras que llevaba al mismo lecho matrimonial que sus palabras.

— No te creo —llevo sus manos a su cuello y comenzó a apretar eres una maldita suelta! Una puta! Y cuando termine contigo te iré a dejar al peor prostíbulo para que mueras llena de enfermedades en ese lugar —los ojos de ella se ponían rojos— No permitiré que una mujer como tu crié a mi hijo —apreto más, tanto, que su cuello trono, dejando inmóvil a la mujer, sin poder pelear, sin respirar, nada salía de ella.

Jeon HyuDa se levantó sobre el cuerpo de su esposa, la miro con odio, dió un leve punta pie asegurándose de lo que había hecho y como si nada, arreglo su ropa para salir de la habitación.

Movió la puerta corrediza, encontrando a su pequeño hijo ahí, viendo por una pequeña rendija lo que sucedía, sus ojos tenían lágrimas y su cuerpo temblaba.

— Ve a dormir, Jungkook, mamá está descansando —ordeno, pero el niño, gateo hasta a su madre y se acurrucó al lado de su cuerpo, durmiendo casi de inmediato.

HyuDa miro consternado a su hijo, luego a su esposa muerta, recordó los bellos momentos con ella y lloro en desespero y arrepentimiento.

Fue así, cómo le dijo a Jungkook, que su madre lo había abandonado de niño, crecio con esa idea y su débil memoria, oculto tan desgarrador recuerdo.








Pero ahí estaba ahora, llorando frente a el porque comprendía todo, lo odio desde ese momento, se alejó de él incrédulo y dió un par de pasos.

Incubus              ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora