Posesión

102 21 7
                                    


Hace un tiempo venía preparando esa sorpresa para Haydee, quería que todo saliese perfecto, quería que fuera invaluable.

Gracias al trabajo que Jimin le había dado, pudo ganar lo suficiente para ahorrar y comprar al fin las argollas de compromiso, grabados con sus nombres.

Una cena maravillosa, y todo calzaba a la perfección.

Todo menos esa llamada de Jimin avisándole que Haydee había tenido un accidente camino a la cita.

Cruzaba en luz verde, pero un imprudente y ebrio atropello a la muchacha dejándola en un mal estado.

El mundo de Jungkook se venía abajo, que mierda sucedía que no podían estar juntos, dejo Acer su teléfono y corrió por las calles hasta llegar al hospital central de Busan.

Entraba por la puerta exaltado, sudoroso y alterado, buscando con la mirada a alguien conocido que le diera alguna noticia.

El charco de sangre en el piso se acercaba a el y embetunaba sus zapatos negros, el maldito zumbido de la máquina de signos vitales lo dejaba sordo y todo a su alrededor se dió vuelta.

— Jungkook... Jungkookie despierta —se oyó a lo lejos— Jungkook —volvio a oír con más fuerza y de un impulso se sentó en la cama.

Sudoroso, cansado, agitado, miro a su lado, Haydee aún estaba ahí, dormida, la luna aún estaba iluminando la noche y una leve brisa entro por la ventana.

— Jungkook —volvio a oír.

Se levantó de la cama y fue hasta la ventana.

Una sombra que se movía con el aire estaba en medio de la calle, hace mucho no veía a un demonio, sus ojos rojos llenos de furia, una sonrisa blanquecina que erizo su piel, un miedo penetrante que recorría su cuerpo.

— ¿Que quieres? —le pregunto autoritario, la sombra simplemente levanto su mano apuntando en su dirección

— A ella —le respondió y el corazón de Jeon se altero fervientemente.

— Jamás.

— No está en tus manos, tus sueños se harán realidad... Tarde o temprano, me la llevaré.

— ¿Por qué?... Llévame a mi, ella no tiene nada que ver.

— Ella es la culpable de todo. Ella es responsable, ella y solo ella.

— ¿Quien eres?

— ¿Amor... Con quién hablas? —Kook miro atrás, la cama, volvió a mirar a la calle y aquel espeluznante ser oscuro ya no estaba ahí.

— No es nada amor —volvio a su lado— sigue durmiendo — la acurrucó en sus brazos y está siguió con sus sueños, pero la preocupación no dejo el cuerpo de Jungkook.

Ese mismo día tenía la sorpresa preparada, pero por el miedo, no dejo a Haydee sola en todo el día, pendiente de si algo o alguien les seguía o de los posibles peligros que podrían tener.

En un momento de la mañana, cito a Jimin, y le contó lo que había visto, este, preocupado se le quedó viendo, prometiendo averiguar cuánto pudiera.

La cena podría haber sido mejor.

El romanticismo estaba, las risas y la dedicación, pero Haydee notaba algo extraño a Jungkook, perdido, pensativo, en varios momentos la dejaba hablando sola. Y cuando llego la hora de proponerle matrimonio, ella dudo.

— ¿Por qué no contestas?

— Yo... No lo sé. —Kook cerró la cajita con fuerza.

— ¿Cómo que no lo sé? ... ¿Sucede algo?

— Yo... Simplemente no lo sé, has estado perdido —kook suspiro— te noto extraño y... No lo sé.

— He tenido mucho trabajo.

— Ya se... Siempre es tu excusa.

— Haydee...

— Quiero irme a casa.

— Aún no terminamos.

— Yo ya terminé.

— ¡Maldición! —grito con prepotencia asustando a los presentes— ¿Que mierda quieres de mi? ... Te lo he dado todo, te he dejado en claro que te amo y tú sigues dudando de mi.

— Yo dudo por tus actitudes... Cómo está.

Ella miro las manos de Jeon, en una tenía un cuchillo que había enterrado en la mesa rompiendo el mantel, tiritando su empuñadura desesperadamente. En ese momento cayó en cuenta que perdía los estribos, el odio en su cuerpo se adueñaba del antes demonio y sentía el fuego recorrer su cuerpo.

Su vista fue panorámica, escucho los susurros de las personas tanto o más como cuando deambulaba por las calles como un ánima.

— Necesito ir a baño —murmuro llamando su atención y se levantó alejándose de él.

Pero al verla alejarse, y adentrarse al cuarto aquel, sintió un hielo en su nuca.

— Mátala —susurro en su oido— entierra ese cuchillo como lo hiciste con la espada.

— Si no quieres morir será mejor que desaparezcas.

— Si no la matas tu, morirá por mi mano, elegiste rechazarla, eso es guerra, majestad.

Sin querer seguir oyendo sus palabras y amenazas, Jeon se levantó y fue en busca de Haydee, quien venía de frente.

— Nos vamos —dijo agarrándola del brazo y guiandola hasta la salida, subiendo al auto y manejando.

La sombra, les siguió en todo momento.

— ella morirá —decia cantando y riendo como lo que era, un demonio.

La chica veía como Jeon apretaba el manubrio haciéndolo rechinar, para ella era lo más extraño y sentía temor pues jamás lo vio tan agresivo.

Cuando estacionaron en su casa, la madre les recibió en la entrada.

— Jungkook, dice Jimin que vayas a la empresa, yo me quedaré con Haydee.

— ¿Sucede algo? —su tono fue preocupante, El chico sintió miedo, bajo también del coche y camino hasta ella.

— Lamento lo de hoy —dijo luego de besar sus labios— prometo que te haré otra cena mejor y lo pediré de diferente manera.

— Jungkook, me asustas —el sonrió.

— Te amo, Haydee.

— Acepto — Dijo agarrando su ropa al verlo alejarse— Si quiero casarme contigo, y vivir plenamente juntos. Kook junto lágrimas en sus ojos y con el dolor de su corazón se alejó de ella sin siquiera volver a verla. Algo sucedería y no quería que tuviera un recuerdo así de el.

La chica sintió un tirón en su pecho, la señora Jeon la llevo casi a rastras al interior del hogar.

Culposa por aquella discusión, Haydee ingreso queriendo correr a él y rogarle perdón.

🥺🥺🥺🥺🥺

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🥺🥺🥺🥺🥺

Incubus              ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora