El Señor Oscuro.

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Prisma se conecto con los fuegos de Vulgasi, en su interior ardió como ese mismo fuego, uno que comenzaba a doler, los pasos hacia ella se hicieron más lento, y no porque así los diera el mismísimo Jeon, sino que fue así cómo lo sintió a medida que el calor la quemaba poco a poco.

— Ya lo sabes —dijo ella agonizante.

Su piel comenzo a agrietarse por pequeñas llamas colores azules y violetas, la absorbía con lentitud, tenía la necesidad de gritar pero ni el habla le salía puesto que sus pulmones estaban volviéndose cenizas.

Jeon llevo su mano directamente a su cuello, y al fin, la prendió completamente.

Los demonios a su alrededor estaban asombrados, comenzaron a murmurar, comenzaron a temer, y con el mismo miedo se escondieron entre las paredes transparentando sus cuerpos, no querían terminar como la Sucuba maestra que todos respetaban y odiaban por su cinizmo y arrogancia, algunos, incluso se sintieron aliviados con el desaparecer de esta.

Jungkook veía el lote de polvo en sus pies, aún no se sentía bien por la perdida que había tenido, el amor de su vida se había ido y jamás volvería a estar con ella.

— Vulgasi —escucho con una voz estruendosa apacible— ¿Que haz hecho?

El Incubo levanto su rostro, fijándose con la del ser oscuro vestido de temporada antigua, aún así no dejaba de verse miserable, ni las ropas más finas podrían hacerlo ver decente por todo lo que hizo en su vida pasada.

Kook se compuso a medida que el se acercaba con lentitud, viendo el piso, una runa apareció luego de un puntapié delicado que Jeon dió al montículo, recién ahí pudo saber que aquel polvo era la mismísima Valen de Silla.

Había llegado hasta su frente, debía escarmentar a su hijo, asesinar a un demonio no es algo que todos puedan y el Señor Oscuro, maestro de todos los demonios se molestaría por ello, y antes que apareciese pidiendo que esa alma volviera a ser consumida por el fuego eterno, quería darle un castigo para que nadie nunca creyera que fue compasivo con su propio hijo, además, tenía muchos ojos presente viendo lo sucedido.

— Te volviste loco —dijo para levantar su mano y llevarla al pecho, golpeando con su palma abierta.

Muchas veces lo había hecho, era una forma excepcional de separar cuerpo y alma pero está vez, con suerte y pudo mover un par de milímetros el cuerpo de Jungkook.

La respiración se aceleró, Vulgasi alzó sus ojos viéndolo con más odio al fin, era un demonio sin control.

A la misma vez, que el menor dió un paso, el más viejo retrocedió uno, sintiendo aquella mano que le tocó quemar, líneas de fogosidad subieron por sus brazos, hasta llegar a su rostro, recorriendo cada piro de su piel.

Los gritos desesperantes de Buren al sentir aquello, que sin duda era aún peor que las llamas del infierno, se oyeron por cada pasillo de aquel infierno, erizando la piel de todos los seres oscuros.

— ¿Por qué? —grito desesperado— ¿Cómo puedes hacer esto?

— ¿Por que?... Por matar a mi madre, y por llevar a Haydee hasta la decisión que tomo, y nose como puedo hacerlo, simplemente lo deseo —acerco su rostro al de el— Deseo que desaparezcas y nunca jamás vuelvas a reencarnar, ni como humano, ni como demonio.

Las palabras bastaron para que el cuerpo sinuoso de su padre exploto ante sus ojos, volviéndose añicos en polvo que se desvaneció en el aire, y solo ahí, las llamas de Vulgasi desaparecieron tal cual habían llegado.

— Vaya, Vaya... —leves aplausos se oyeron como eco— Sabía que eras especial —una voz ronca se acercaba al lugar, acompañado de otro demonio — Pero nunca creí que mi hermano se atreviera a tanto.

Incubus              ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora