Despierta

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Jungkook estaba dañado emocionalmente, Haydee hace unas semanas, desde que la poseyó aquel demonio para ser precisos, no despertaba de sus sueños.

Para que el bebé naciera, Jimin debió pujar con sus manos su abdomen, lo que todo fue más fácil al ser el dios de todo.

Nadie sabía porqué... Simplemente, no despertaba.

Cada examen que le hacían salía bien, normal, y científicamente no había explicación.

Espiritualmente, su espíritu quedó tan dañado que incluso aquella aura resplanceiente había perdido su brillo, fue divida entre ella y su bebé que Jin reencarnó en el al tomarla para que el oscuro saliera de su cuerpo.

Ya no era tan fuerte.

Jeon se quedaba día y noche con ella, solo se apartaba de su lado en los exámenes o bien cuando lo obligaban a tomar un descanso.

Ese día en particular, su madre llegó para que el pudiera ir a hasearse, pasar tiempo con su bebé y comer algo caliente.

Jungkook estaba muy en claro que debía obedecer, era el tercer día que el se quedaba ahí día y noche. Así que sin peliar mucho, beso la frente de su amada, bajo hasta sus labios y susurro un "despierta" para luego besar castamente, se despidió de su madre y fue hasta su carro.

La rutina de Jeon al llegar a su casa fue simple.

Primero, llegó directo a la cocina a preparar algo rápido, la mujer que contrataron para cuidar de Jinnie, su bebé, llegó con éste en sus brazos, Kook se dirigió hacia el con una hermosa sonrisa, lo cargo en sus brazos, beso y hablo con dedicación, al mismo tiempo sus ojos se llenaban de lágrimas, y mientras el padre y el hijo pasaban tiempo de calidad, la mujer le preparaba de su comida.

Mientras el comía amargamente, pues nada podía disfrutar con un dolor profundo en su pecho por la ausencia de su mujer, el bebé fue cambiado de ropa y colocado en su cuna para la diestra diurna del día.

Limpio, seco y guardo cada utensilio que utilizo, fue hasta el cuarto, beso la frente de su pequeño, camino hasta el baño y lleno la tina cuadrada en donde entraba junto a Haydee en el pasado y más de una vez le hizo el amor ahí.

Apoyo su cabeza y cerró sus ojos para descansar un momento.

La puerta se abrió lentamente, sin emitir ningún sonido, sin avisar que alguien observaba.

Él, por lo menos no lo notó.

No hasta que el agua se movió, y su piel sintió el tacto del cuerpo contrario.

Asustado, abrió sus ojos, sosteniendo las manos intrusos que acariciaron sus piernas a medida que subían con lentitud, su mirada se encontró con la de ella, el pecho se inflo y el palpito acelerado volvieron a revivir.

Su latido acelerado no permitió la distancia, y en un impulso la atrajo directo a sus labios, besando con desespero, lágrimas cayeron al agua, «estoy en un sueño» se decía el mismo y por miedo a que así fuera no quiso abrir sus ojos.

Haydee levanto su mano estilando en agua y acaricio su mejilla, limpiando las gotas que caían con violencia, se acomodo en sus caderas, ahorcadas, y siguió con un beso más apresurado.

Sería un sueño exótico y pervertido, estaba dispuesto y pronto, su miembro despertaba ante sus deseos.

Los gemidos fueron casi vivientes, reales como el mismo, las caricias y los besos, repitió movimientos y posiciones que con anterioridad habían usado en ese mismo lugar, declaro una y otra vez su amor fiel por ella, con sus ojos cerrados, temia abrirlos y descubrir que todo era por su imaginación.

Cuando al fin termino la apretó a él, respirando agitado sobre su pecho, miedoso, decidiendo morir con ella si era necesario.

La chica acariciaba su cabeza tiernamente, sintiendo los sollozos, engrosando su ego por la fiel acción.

— Deja de llorar. —hablo al fin ella con una voz suave

— No quiero perderte.

— Gracias, gracias por quedarte conmigo día y noche, ser paciente y esperarme.

— Haydee ... —ella tomo sus mejillas para que el la viera, pero sus ojos aún seguían cerrados.

— Mírame... Mírame, Jeon —con lentitud abrió sus ojos— Volví para quedarme —dijo cuando al fin fijaron la vista en el otro— Te amo, Majestad.

Kook soltó un suspiro envuelto en locura, volvió a apretarla más a su cuerpo, no la dejaría por nada en el mundo, por nada en el cielo y por nada en el infierno, ella, lo era, lo es y lo será todo en su persona.

Haydee beso sus labios para luego juntar sus frentes, recuerdos del pasado se hicieron presentes, ese momento era como revivir aquellos cuando se metían a la tina de madera en el palacio de Jeon ubicado en Baekje, jurando con solo ese gesto amor eterno, y prometiendose ambos encontrarse en sus vidas próximas.

La chica, había despertado minutos después que Kook dejo la sala.

Su madre había intentado llamarle pero por petición de ella no lo hizo, con eficacia, Jimin hizo un par de exámenes físicos y al ver que todo estaba normal la dejo salir en ese mismo momento, fue llevada hasta la puerta de la casa y dejada ahí, le indico a Jiho, la mujer que cuidaba a su hijo que se retirará y llevo a cabo sus instintos de darle la mejor sorpresa a su novio.

En su cabeza repasaba cada imagen que vivió en los pasados que tuvo, así lo quiso el ser celestial supremo, el creador de todo para demostrarle el enorme sacrificio y error que cometió Vulgasi, dándole libre alberdrio de esta vez ella decidir si volver a sus brazos o bien desistir de su vida para siempre con la posibilidad de reencontrarse en una próxima vida.

Estaba en un purgatorio pacífico, sabía perfectamente su respuesta, el amor por aquel muchachito era mil veces más fuerte que la desilución que tuvo hace mil años atrás, ella lo había perdonado, pago su crimen siendo un demonio y aún así, lo amo, con esa imagen real de un ser oscuro, aún así su corazón latía por el, aún así quería cumplir aquellas promesas que se hicieron.

La voz de Jungkook resonó en el lugar blanquecino, el «Despierta» le impulso a mover su cuerpo y buscar la salida, corrió y corrió tanto que su cuerpo se casó, cerró sus ojos con fuerza y deseo al fin estar con el.

El deseo de su corazón fiel la llevo a despertar, obedeciendo la petición de su amado y ahora, estaban felices en aquella bañera donde le hizo el amor muchas veces.

Sus latidos se volvieron sincrónicos, uno mismo, el hilo rojo fue atado con fuerza, brillaba de tan perfecta unión, y solo así, se volverían a reencontrar en las próximas vidas para amarse hasta la eternidad.






Fin


Fin

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Hemos llegado hasta el final de esta historia.

Que el incubo, les visite. 🫣

Incubus              ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora