La caricia de Haydee

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-¿Mamá, que quiere decir mi nombre?

- Mimada -dijo con sutil ternura- La acariciada, querida y apreciada -ambas sonrieron- Es que tus caricias quitan todo malestar, amor.

- Debiste ponerme un nombre relacionado con la sanidad, así te habría curado -respondio cobijandose en los brazos de su progenitora.

- No te preocupes cariño, con tenerte aquí, ya no duele.


Haydee

Siempre creí que estaría sola luego de la muerte de mamá, éramos solo nosotras, y después que me dejó llegue a un hogar en donde me cobijaron.

Sus palabras siempre me marcaron, era muy sabía y decía que tenía un ángel guardián que cuidaría de mi, y aparecería cuando más lo necesitará, el sería mi respaldo.

Claro que... Siempre me dijo que no le hablase si no fuera realmente necesario. Dijo claramente "no les hables, hasta que sepas realmente que ese Angel, es bueno".

La primera vez que lo vi, fue en el funeral de ella, ahí estaba, imponente, grande, con sus ojos profundos y su ropa oscura, no pude quitarle la vista de encima, aunque el no me veía yo si, aunque el no me notará, yo si, y aunque no supiera de mi existencia, yo si la de él.

Esa vez no sabía que era mi "Ángel"

Cada que me sentía acongojada, o en peligro el aparecía.

La próxima vez fue cuando tenía 13, debía pasar por fuera de la casa del Sr Do, un hombre gordo y pervertido, cada que pasaba por ahí, él se aparecía en la ventana masturbándose en mi dirección.

Como odiaba tomar ese camino a casa, pero era el único, en ovaciones, esperaba a que otras colegialas pasarán para yo enbiscuirne entre ellas, pero aún así, mi piel sentía que lo hacía solo cuando yo pasaba.

Días después, note que el tipo ya no se asomaba por la ventana, y me pareció ver a aquel joven cada vez más lindo, hasta que simplemente olvide el echo del Sr Do.

Un día volvía de la escuela, había ambulancias y policías fuera de aquella casa, y escuché que el tipo se había suicidado, una sombra imponente estaba entre la multitud, y con todo el querer del mundo, roce su ropa la que me quemó por dentro.

Un calor me recorrió de pies a cabeza, pero un calor extraño, como si supiera que estaba mal pero aún así quería seguir sintiéndolo, con rapidez, salí de ese lugar, y no volví a verlo hasta hace unos días.

Yoongi mi amigo, me decía que mi novio, DoJun, se estaba viendo con la que se supone era mi amiga y compañera de trabajo, por un momento no le crei, ellos siempre han sido amigos y era totalmente ilogico.

Me fui con esa espinita en mi corazón, DoJun es el chico que siempre he querido en mi vida, y aunque no es igual, tiene un gran parecido físicamente a este Ángel que me ha salvado indirectamente, hemos salido hace un año, y por más que él intenté tocarme, algo en mi me dice que no está bien por lo que he alargado mi entrega a el.

Esa noche, luego de salir de mi trabajo, vi a aquel ser, notaba como las personas atravesaban su cuerpo, como se disipaba su persona entre la gente, vi también a sus amigos, claro que a ellos, no les podía notar su rostro.

Vi una pequeña sonrisa que se dibujó en sus labios al verlos jugar y bromear, y fue ahí, cuando sus ojos conectaron con los míos.

Los segundos pasaron lento, por unomento creí que se había detenido, sus ojos me seguían a mi, y mis ojos lo seguían a él, era tan hermoso que la palabra se queda corta ante él.

Cuando nos sobrepasamos todo se volvió normal, el tiempo siguió su curso y yo seguí con mis pasos, dudosa de volver a verlo de nuevo, no podía quedarme con aquellas ganas así que, simplemente gire mi cuerpo a él, me estaba viendo, me hizo feliz en ese momento y sonreí.

Hoy es 25 de diciembre, DoJun, dijo que no podría estar conmigo por el tiempo con su familia y no pude estar más deacuerdo con ello, pero al salir para encontrarme con Yoongi, los vi en un café besándose con Tessa.

Mi corazón se rompió, quería gritarles, aventar el café que bebían, quería golpearla tan fuerte porque, se supone es mi amiga, y a él, quería arrancarle las bolas, siempre dijo que me esperaría porque me ama, y ahora está ahí, besándose y riendo con ella.

Apenas los vi levantarse camine alejándome de ellos, pero ahí estaba el, no tenía idea de cómo se llamaba, no sabía si yo le importaba, de seguro no, por la forma en que me mira.

Es altanero y imponente, tanto que apenas oí su voz mi piel se erizo completamente y tuve miedo, aún así, sentía la necesidad de dar más pasos a él y que me cobijaron en sus brazos, eso no pasará, noto su odio y oscuridad en sus ojos.

El no es un Ángel.

La campanilla de la tienda sonó, lo que me hizo esquivar su cuerpo y correr lo más rápido posible hasta mi departamento, Yoongi llamaba constantemente, no quise contestar, mucho menos hablarle de mis problemas, él tiene los propios.

Llegue a mi casa y tome los marcos de fotos nuestros, los tire con fuerza, rompiendo las fotografías, las dividía entre nosotros y donde estába su rostro las picaba en pedacitos.

No quería verlo, lo odie, lo mataría por el dolor que está causando en mi, me mataría yo por creer en él, terminaría con mi vida en ese momento, tome uno de los delgados vidrios con mi mano tiritona y antes de ponerlo en mi muñeca sentí su presencia.

Mire sobre mi hombro, estaba conmigo, por mi mente paso de que en realidad era una Parca, tendría mucho más sentido, al verlo en el funeral de la abuela o en la muerte del Sr Do, y ahora, quizás en la mía.

No le daría en el gusto, si quiere verme morir tendría que esperar por ello, llore en silencio en tanto terminaba de romper recuerdos y así, me dormí apoyada en el sofá.

Luego de unos momentos, sentí algo sobre mi cuerpo, entre abrí solo un poco y pude ver más de cerca su rostro, mi corazón enloqueció, sus labios delgados quería tenerlos entre los míos.

Con delicadeza acomodo un enedron sobre mi, y se levantó para irse, dándome la espalda, quizás, fui muy dura, y antes que se alejara más de mi, le agradecí con un susurro.

- Gracias -musite.

- ¿Me ves? -pregunto una vez más, solo asentí para luego esconder mi rostro de él-

- Podrías no irte - Volví a susurrar-

- ¿Sabes que soy?

- ¿Una Parca? -lo sentí más cerca, levanté un poco mi rostro, estaba en frente a mi, con su rostro tenso.

- Eso es un insulto para mí.

- Lo siento, no se que eres.

- Soy un Ángel -dijo y apenas lo hizo me balance a su cuello, envolviendo mis brazos con fuerza, él se quedó quieto, asombrado, y pronto sentí sus dedos en mi espalda.

- Eres mi Ángel.

- En realidad...

- Puedes hacer que el me ame, que se olvide de ella y se quede conmigo -su respirar peso- Por favor.

Obligó a mis brazos a soltarlo, tenía su ceño fruncido en molestia, se levantó con esa mirada altanera de nuevo y se disipó en el aire desapareciendo y dejándome en mi dolor, sola y vacía.

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Incubus              ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora