Amorem, el ser de luz.

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Haydee solo tomo un pequeño bolso con unas pocas pertenencias, dudaba profundamente de los actos que estaba cometiendo, pero sentía terror.

Las imágenes que vio de ella y Vulgasi eran tan reales que sentía la quemadura del filo atravesando su vientre, además, recién caía en cuenta que, el, siendo un demonio Incubo, podía satisfacer a cualquier ser humano en la tierra.

¿No era lo mismo que, aceptar el engaño de DoJun?

Pues si, era exactamente lo mismo, y si no se lo perdonó a él, no tenía por que perdonarselo a aquel ser que nisiquiera existía como persona.

Era tortuoso pensar en esas posibilidades, jamás podría tener una relación en serio con aquel, sería hipocrita de su parte pedirle fidelidad, además que, solo ella sabría de su... Lo que fuera.

Jamás podría hablar de él con libertad, jamás podrían tener citas tomados de la mano, jamás, podría formar una familia constituida como Dios manda.

Dios, que fatalidad, Dios estaría completamente desilusionado de ella por caer tan bajo con un demonio, por enamorarse de el siquiera.

Tomo su bolsa y antes de salir por la puerta miro su departamento que tanto le costó levantar, sola, sin ayuda de nadie, y bajo las críticas de todos.

Sin arrepentirse de sus actos, salió por la puerta e intento caminar siempre por donde la luz daba.

Cada persona que volteaba a verla sentía que era un ser especial, completamente paranoica dudo de todos creyendo que irían a decirle a Vulgasi.

Casi corriendo se metió a una tienda de conveniencia y sin notar, choco con un chico alto, de hombros anchos, labios perfectos, rostro perfecto, uno que en verdad, le dio paz y tranquilidad.

— Lo siento, fue mi culpa —dijo el reverenciado.

— Oh no, fue mi, no me fijé.

— Entonces, fue culpa de ambos —ella sonrió— soy Jin... Kim SeokJin.

— Soy, Haydee, Myuk Haydee.

— La que da buenos abrazos —ella lo quedó asombrada— ¿Es lo que significa? ... ¿Tu nombre?

— Oh... Si, mamá me lo dijo.

— ¿Arranacabas de alguien?

— Mm!?...

— Digo, por alguna razón chocamos.

— Oh, es que... Necesito hacer una llamada y dejé mi teléfono en casa.

— Usa el mío — estiró en su dirección — Tómalo como una forma de pedir disculpas.

— Creí que era culpa de ambos.

— Eso no me hace sentir mejor.

— Bien... Yo, lo tomare.

Vulgasi deambulaba por las calles esa tarde, supuestamente buscaba algún ser del que podría alimentarse, pero ninguno le satisfacía más que Haydee, y no podía quitársela de la cabeza.

Sonreía tontamente sin poner atención a lo que ocurría a su al rededor, su acompañante, la Sucuba que tomo como aprendiz lo admiraba impaciente esperando alguna indicación.

— Señor —dijo esta— ¿Puedo preguntar algo.

— Dime — respondió aclarando su garganta — hay alguna razón que me encuentre con alguien en quien me he transformado.

— Explicate.

— Recuerda la mujer que me transforme esa noche, mi, primera noche con ud... Pude notar su tension cuando el tipo la nombró.

Incubus              ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora