Capítulo 4

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Papá oso

Estaba encerrada en mi habitación. Había intentado sacarme el color muchas veces, pero no se iba de ninguna manera.

No podía ir a Hogwarts mi primer día de color verde. Iba a ser horrible.

Papá me ayudó con magia, me había conseguido quitar todo el color, exceptuando mis verdes dedos y pestañas.

Había probado de todo: agua y jabón, duchándome, quitaesmalte, jabón para platos... Nada. Me quedaba sin ideas y mañana tenía que coger el tren.

-Seguro que mañana ya no lo tendrás, Vicky- me dijo tío Grant a través de la puerta.

Me había negado a salir los últimos días. Solo salí una vez, que fue cuando papá me quitó todo lo que pudo. No podía ir con las manos y pestañas verdes. Si allí eran igual que algunos de mi antiguo colegio, seguro que me pondrían motes o cualquier cosa. ¿Qué pasaría si me llamaban El Grinch o algo así?

-Es verdad, cariño- relevó papá-. Si no, déjame probar el hechizo otra vez.

-No va a funcionar- aseguré.

-Eso no lo sabes- afirmó tío Grant.

Resoplé y me acerqué a la puerta para abrirla.

Tío Grant me sonrió levemente y papá se sacó la varita del bolsillo. Él hizo el mismo hechizo que la última vez sobre mis manos.

Nada. El color se quedó tal y como estaba.

Papá intentó otro hechizo, ojalá no lo hubiera hecho. El color verde brillante se extendió hasta mis brazos en líneas irregulares. Parecían pequeñas serpientes que se perdían bajo mis mangas.

-Mierda- murmuró papá.

Aparté las manos de él y me remangué las mangas. Las líneas zigzagueantes llegaban hasta mi codo. Había por lo menos veinte por brazo.

Intenté frotar uno de mis brazos con mi mano, consiguiendo que me quedaran marcas rojizas por la fuerza. El color parecía ser un tatuaje.

No, no, no. Ahora parecían lianas. Me llamarían Tarzán.

-Vicky...- intentó tío Grant.

-Lo dije- interrumpí-. Lo sabía. No debí haber intentado nada.

-Por lo menos las pestañas vuelven a ser negras- intervino papá.

Fui al baño y me miré al espejo. Las pestañas volvían a ser del color azabache de mi pelo.

-¿Qué hago con esto?- señalé a mis brazos.

-¿De qué color es tu uniforme?- preguntó tío Grant, con una sonrisa de lado.

-Negro...- susurré.

-Tengo una idea- tío Grant susurró algo al oído de papá, este sonrió y salió corriendo del baño.

-No te preocupes por tus brazos ahora, Vicky- recomendó tío Grant-. Vamos a preparar el equipaje de Danna. Ya estás tardando.

Fui junto a él a mi cuarto para preparar las cosas de Danna. ¿Qué estaban tramando?

***

-Disfruta mucho del año, Victoria- tío Grant me abrazó muy fuerte y me besó la mejilla-. Nos vemos en Navidad, ¿vale?

Asentí con la cabeza y sonreí.

Estábamos en la estación 9 ¾, despidiéndonos. Justo detrás de nosotros había un tren enorme de color oscuro. Todo estaba lleno de gente de todo tipo. Algunos pequeños y asustados y otros mayores y despreocupados.

Estúpido Weasley.   [RON WEASLEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora