Capítulo 37

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Eso te pasa por inmadura

Habíamos adquirido una especie de rutina nueva al tener al pelirrojo entre nosotros.

Ahora yo iba junto a Ronald a los sitios mientras Nev iba a recoger a Ginny. Todo fue idea de la propia Ginny para estar más lejos de su hermano. Decía que era un pesado y que no quería estar todo el rato con él.

Un día le pregunté a Ginny si le molestaba que Ronald estuviera con nosotros, pero ella dijo que no le importaba, siempre y cuando no estuviera todo el día con ella.

Así que Nev y yo decidimos que lo mejor era que él fuese a recoger a Ginny y ya nos reuniríamos junto a Lucy y a Luna.

Y eso era exactamente lo que estaba pasando ahora mismo.

—Voy a por Ginny. Nos vemos en el lago— se despidió Nev.

Le sacudí el pelo cariñosamente en forma de despedida. En ese momento, Ronald llegó a mi lado.

Le miré e hice un gesto con la cabeza para que nos pusiéramos en marcha.

—Tienes algo en el pelo— comentó el pelirrojo.

—Pues quitámelo— le dije, parándome para que pudiera hacerlo.

—No, no me apetece— bostezó y se le escapó una sonrisita—. Se va a quedar ahí.

Le asesiné con la mirada y me llevé una mano al pelo para intentar quitarle lo que fuera que tenía. Él me atrapó la muñeca y me la alejó del pelo. Yo le miré con el ceño fruncido y él puso una mueca de horror.

—¡Ten cuidado! ¡Es un monstruo lo que tienes ahí! ¡Te comerá la mano como lo intentes sacar de su hogar!

Le di un manotazo en el brazo.

—¡Me habías asustado de verdad, idiota!

El estalló en carcajadas y yo entrecerré los ojos mientras le miraba. Pedazo de idiota.

Me sacudí el pelo, a ver si me conseguía quitar eso del pelo.

Ronald se secó las lágrimas de risa y negó con la cabeza.

—Déjame ayudarte, pesada— me quitó lo que tenía, que resultaba ser una bola de pergamino pequeña.

La tiró al suelo y después me tiró ligeramente del pelo a posta.

Yo solté un gritito de sorpresa y le di otro manotazo. Le tiré del flequillo con la misma fuerza que él.

—¡Con mi pelo no, pesada!— chilló.

Yo me reí de su grito y él rodó los ojos. Sin embargo, cuando le miré, estaba esbozando una sonrisa macabra.

Me quedé quieta y le miré con desconfianza.

—¿Qué estás tramando?— pregunté.

—Nada— contestó rápidamente.

Se acercó peligrosamente a mí y yo di unos cuantos pasos hacia atrás. De un momento a otro, estábamos corriendo por los pasillos. Yo siendo perseguida y el persiguiéndome.

Salí del castillo lo más rápido que pude y conjuré un accio para que mi escoba volase hacia mí. Me subí en ella de un salto y salí volando por el cielo.

Miré hacia atrás para ver si Ronald me perseguía. Exactamente, él había conseguido una escoba y volaba rápidamente hacia mí.

Me aferré al palo de mi escoba con todas mis fuerzas cuando pasé muy cerca del castillo. Casi tocando las paredes.

Estúpido Weasley.   [RON WEASLEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora