Estúpido Weasley. [RON WEASLEY]

Capítulo 9

Ron Weasley

Chocolate

¿Qué estaba haciendo ella allí?

Victoria Lupin, la chica más bipolar de Hogwarts estaba frente a mí, mirándome fijamente a los ojos y con mi hermana en sus brazos.

Parpadeé extrañado, moví la cabeza, levanté una mano. Sin embargo nada hacía que Victoria parpadeara siquiera.

Cuando iba a preguntar algo, Lupin se desplomó y cayó. Arrastrando a Ginny consigo.

Sin pensármelo dos veces, corrí hacia ellas e intenté levantar a Ginny. Mi hermana estaba viva. Solo podía pensar palabras de alivio.

Harry se acercó a mí y me ayudó a separar a las dos chicas. Le di un beso en la mejilla a mi hermana y me giré hacia mi amigo.

Me lancé sobre él y le envolví entre mis brazos. Era un héroe. Era el héroe de Ginny y el mío.

—Gracias, Harry— estaba temblando de emoción.

—No hay de qué, amigo— afirmó él, devolviéndome el abrazo.

Me aparté de él y vi como Dumbledore, Snape y McGonagall se llevaban a Ginny y a Victoria.

¿Qué le había pasado a ese bicho raro? ¿Se había desmayado al verme? No sabía que era tan feo.

El cuerpo del profesor Lockhart había desaparecido. Estar con él después de que se hechizó a sí mismo fue un infierno. Me estuvo preguntando todo el rato por él mismo. Por un momento preferí estar yo con el basilisco.

Los profesores nos dijeron que deberíamos ir a la enfermería, aunque, como siempre, Harry se fue con Dumbledore.

Yo sí que fui a la enfermería, acompañado de los jefes de las casas Gryffindor y Slytherin. También iba al lado de las dos chicas. Ellas daban mal rollo.

Ginny estaba más o menos normal, pero tenía los ojos entreabiertos y se veía toda la parte al descubierto blanca.

El problema era Victoria. Tenía el pelo negro enmarañado, seguramente de correr. Estaba pálida, más que de costumbre, porque se había desmayado. Tenía la túnica con algún rasguño de haberse enganchado en alguna parte al correr. Y tenía un poco de sangre en la mano. Tenía un corte. ¿Se habría cortado al coger algo?

Madame Pomfrey me tumbó en una camilla al lado de la de Hermione y Victoria. Ginny estaba frente a mí.

—Descansa, Weasley— me dijo—. Luego vendré a ver cómo estás.

Me acosté mejor en la cómoda camilla y cerré los ojos para intentar dormir un poco mejor. Nunca venía mal un poco de sueño.

A los cinco minutos, escuché los pasos se un par de personas. Pensé que serían Harry y Madame Pomfrey, así que los ignoré.

—Mierda, Vic...— susurró alguien al otro lado de la tela. Era una chica.

Resultó que no eran ninguno de los dos. Eran otras dos personas, un chico y una chica. Estaban sentados con Victoria en la camilla. Solo podía ver sus tenues siluetas a través de la tela.

—Vic, ¿cómo te encuentras?— esa voz sí la reconocí. Era el mejor amigo de Victoria: Neville Longbottom.

—No te escucha, Neville— a la chica que hablaba no la había oído en mi vida. Estaba seguro de que no era una Gryffindor.

—No puede estar muerta, ¿no?— susurró Neville— ¡Oh! Tiene sangre. Mira, Lucy. ¡Sangre!

—Ya lo he visto, Neville— suspiró la chica de nombre Lucy—. Y no, no puede estar muerta.