Capítulo 29

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¿Traidores?

Estaba en la sala común cuando me encontré con Harry. Estaba muy triste.

Se sentó cerca de mí y se pasó las manos por la cara. Parecía realmente afectado.

—¡Ey, Potter!— le llamé, haciendo que se quitase la mano de la cara y me mirara— ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?

Harry suspiró y me miró a los ojos.

—Yo... No creo que deba contártelo, lo siento, Lupin.

Me encogí de hombros. Si no podía contármelo, lo entendía. No éramos tan cercanos.

—No te preocupes— le sonreí dulcemente—. Eso sí, si necesitas algo, me dices. ¿Hecho?

—Hecho...— me sonrió débilmente también.

Me levanté del sillón y me despedí de Harry. Había quedado con papá para verle un rato. Él estaba de mal humor porque esa noche sería luna llena y yo era la única, junto a Minnie y a Madame Pomfrey, que sabía tratar con él en esos casos.

Había quedado para cenar con Nev y Ginny, que ahora estaban con Luna y Black. Por muy poco que me gustase, ellos seguían siendo amigos y debía respetarlo. Así que siempre que quedaban, aprovechaba para ver a papá.

Ronald había terminado el castigo ya, pero antes también solía ir a verlo a él.

Llamé a su puerta y papá murmuró un "adelante" con la voz ronca.

—¡Hola, papá!— rodeé el escritorio y le di un abrazo.

Papá forzó una sonrisa, era obvio que no estaba de buen humor, pero al menos lo fingía delante de mí.

—Hola, enana— me descolocó el pelo con la mano—. ¿Qué tal tu día?

Empezamos a hablar de cosas bastante triviales, pero al menos papá se pudo distraer un rato. No quedaba mucho tiempo hasta la luna llena.

—¿Estarás bien?— le pregunté por enésima vez.

—Que sí, Vicky— papá me dio un beso en el pelo—. No es la primera vez que paso una luna llena aquí. Ni la primera este año, si quiera.

—Solo quiero que estés bien— le susurró, bastante preocupada.

Yo jamás le he visto transformándose, es demasiado peligroso. Sin embargo, me puedo imaginar que no es muy agradable.

Muchos días, papá venía con alguna herida sangrante a casa y tío Grant y yo se la curábamos como mejor podíamos.

Una vez, papá se cortó todo el pecho y estuvo a punto de quedarse inconsciente en el sillón del dolor. Tío Grant quería llamar a un médico, pero papá le pidió que no lo hiciera. Sí lo hacía, vería que las heridas no eran de un lobo normal.

Entonces, yo cogí el botiquín y me remangué las mangas. Tío Grant me fue pidiendo cosas y yo se las fui pasando.

Papá tenía los ojos cerrados por el dolor y, en un momento concreto, no pudo contener un alarido de dolor. La herida era profunda.

Mi yo de cinco años le cogió la mano a papá y le dio un beso en ella.

—Estaremos bien, papá— susurré, totalmente convencida.

Papá abrió los ojos un segundo y me sonrió como pudo. Todavía lleno de dolor.

Pero volviendo al despacho de papá, él me dio un beso en la frente.

—Voy a estar bien, Vicky— me aseguró— Poppy me ayudará.

Asentí con la cabeza y terminé de despedirme de él. Salí a la calle, necesitaba coger aire.

Estúpido Weasley.   [RON WEASLEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora