Capítulo 11

122 6 13
                                    

Disfrutad de esta actualización. Salió demasiado rápido solo para vosotros <3.

Confesiones

Lo pensé dos veces antes de ir a la sala común.

Si iba allí seguro que McGonagall me iría a regañar o algo así.

Así que por eso estaba en la cocina, comiendo una de las famosas galletas de Daisy, mientras que veía a los elfos trabajar.

Me terminé la galleta y les ofrecí mi ayuda. Ellos se negaron rotundamente y me volvieron a sentar en la silla.

Me sentía inútil. Solo había conseguido cabrearme y esconderme en una cocina rodeada de elfos domésticos que no me dejaban ayudarlos a trabajar.

—Vamos, Daisy— le supliqué —, déjame ayudaros.

—Lo siento, pero no— ella no paró de trabajar—. Daisy no puede dejar que la señorita Lupin trabaje. La señorita Lupin está muy tensa y enfadada, merece descansar.

Resoplé y me crucé de brazos. Era una inútil.

Al cabo de diez minutos, estaba recorriendo la cocina. Era gigantesca.

Observé cómo todos los elfos corrían de un lado al otro mientras que hacían la comida. Eran miles de platos a rebosar de comida.

Estaba tan centrada en la comida, que no escuché que alguien entró en la cocina.

Tampoco escuché como sus pasos se acercaron a mí.

Solo pensé que era algún elfo llevando cosas.

Solo escuché el carraspeo de voz del chico que estaba detrás de mí.

No me quería dar la vuelta. Me negaba a dejarme castigar así de fácil. No quería que me regañaran.

Yo entendí que quizá me hubiera pasado un poco con Snape, ¡pero es que se había metido con papá! En el fondo se lo merecía. Por asustar a Nev y por meterse con él y toda mi familia.

—Victoria— dijo él.

—No estoy de humor, Weasley.

—Al final no hablaste conmigo.

¿Estaba ignorando lo que pasó en el despacho de Dumbledore? Él estaba al otro lado de la puerta, pero estaba segura de que lo había escuchado.

Tomé aire y me giré hacia él. Se le iluminó la mirada durante un segundo al ver que había decidido escucharle.

—Adelante— suspiré.

—Solo te quiero hacer algunas preguntas y quiero que me seas sincera.

—Oh, Ronald. Yo sé que escuchaste lo del veritaserum. Todo lo que diga será la verdad.

—Está bien... Esto... ¿Por qué te comportas de una manera tan extraña conmigo? Estás feliz, luego enfadada... No le veo el sentido.

—Me comporto así porque... Porque...—me quedé unos segundos pensando. Hablé gracias a la poción— No lo sé.

—¿Cómo que no lo sabes?

—No sé que me pasa, en serio. No controlo mis emociones cuando te me acercas.

—¿Debería ofenderme?

—No. No es malo. Bueno, no es malo para ti. Para mí es una tortura. La noche que te dije que me alterabas, lo decía totalmente en serio.

—Bien... ¿Qué te pasó la noche en la que rescatasteis a Ginny?

—Me desmayé.

—Pero te desmayaste justo cuando me viste.

Estúpido Weasley.   [RON WEASLEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora