Capítulo 20

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Victoria Lupin

Luna llena

—¿De qué boggart habla?— pregunté.

¿De qué se suponía que hablaba Daisy?

—No lo sé, se habrá equivocado— respondió Lucy, sin apartar la mirada de Daisy.

—Sí... Dudaba que fueras tú. Perdón, señorita Black— Daisy se acercó a una pared, dispuesta a golpearse por acusar a Lucy de haber sido la del... ¿boggart?

—¡Quieta!— chillé, y la agarré de los brazos para alejarla de la pared— Quieta.

—Perdón— repitió.

Lucy le dijo que no pasaba nada y Daisy se ofreció a traernos algo de picar, a lo que, claramente, accedimos.

Durante todo este tiempo, Ronald solo se había quedado sentado en su silla, mordisqueando su galleta mientras nos observaba. Parecía muy interesado en el cotilleo.

—¿Qué miras tanto?— levanté una ceja— No sabía que te gustaba tanto.

Y doña humildad ha vuelto. Un aplauso para ella.

—Más quisieras, Lupin— se rió irónicamente y se levantó de la silla.

Se acercó a la parte donde estaba yo y se apoyó con la cadera en la mesita que tenían los elfos por si venían humanos. Apoyó una mano en esta.

—Solo me interesa el chisme— me guiñó un ojo—. Pero, en fin, me tengo que ir. Hermione y Harry me están esperando.

—Hasta luego— sonreí sin ganas.

—¡Qué ánimo!— bromeó— Con esa sonrisa has motivado a medio Reino Unido y parte de Irlanda— puso una mano delante de mí, como si indicase que parara—. Espera, espera— se llevó la mano al oído, como si tuviese un pinganillo. Asintió varias veces, murmurando que sí—, me acaban de confirmar que has conseguido que los españoles dejen de dormir la siesta para ponerse a trabajar. Creo que tienes un récord mundial. ¡Qué alguien venga a reconocerlo! ¡Saldrás en los periódicos, Lupin!

Me contagió una sonrisa ladina. Él sonreía ampliamente, orgulloso de su chiste.

—Qué idiota eres...— me rasqué el puente de la nariz, simulando desespero—. Pobre Molly, lo que tiene que aguantar. Y también me compadezco de Hermione. Pobrecillas.

—Pues yo me compadezco del pobre profesor Lupin. Y no te cuento sobre Neville, él tiene que estar harto— negó con sarcasmo.

Le miré a los ojos azules y cálidos— puede que suene contradictorio, pero eran muy cálidos— y solté una risita. Este chico estaba mal de la cabeza.

Él sí que se rio a carcajadas.

—¡Qué... cara has... puesto!— exclamó entre risas.

—Vaya idiota— seguí sonriendo mientras veía como se reía como si no hubiera un mañana.

—Ya tenemos la comida, Vicky— me avisó Lucy—. Vámonos.

—¡Voy!— me giré una última vez hacia Weasley— Nos vemos en clase de Hagrid, idiota.

—Nos vemos, pesada— me dedicó una última sonrisa.

Esperó a que ambas saliéramos de la cocina antes de salir él.

—Que bien te llevas con Weasley, ¿eh?— Lucy me dio un codazo.

—Agh... Antes muerta.

Una pequeña sonrisita se me escapó y Lucy me guiñó un ojo.

Estúpido Weasley.   [RON WEASLEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora