Epigolo

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Luna

Me miró nuevamente al espejo y suspiro, me encuentro todo un manojo de nervios, siento que tendré un ataque en cualquier momento, siento que moriré y ¿Por qué?, fácil...

Hoy es el día de mi boda

Me encuentro vestida y maquillada, todo está listo pero yo siento que tendré un colapsó de nervios, siento muchas emociones en este momento y la verdad es que aún así estoy feliz, se que aún soy joven y siendo sincera nunca pensé que llegaría a casarme.

Siempre me imaginé sola, en un departamento con mi docena de gatos o perros, pero nunca casada y con hijos pero también admito que estoy sumamente felices.

-. Mami... - escucho que me llaman giro y veo a mi nena que está vestida de un vestido rosa pastel, lleno de brillos parece el vestido de la princesa bella solo que en rosa y algunos diamantes.

-. Ven mi amor - me agachó y estiro los brazos para recibirla, enseguida corre hacia mi, le doy un sonoro beso en su mejilla.

-. Mami linda - dice y me da un beso en la mejilla mientras me abraza por el cuello.

La abrazó y nos quedamos un momento así asta que llegan Isa y Bella quien vienen vestidas de un morados suave ya que ellas son unas de mis damas de honor.

-. Por dios mujer, estás bellísima, hasta me haces dudar de mi orientación sexual - habla Isa y todas reímos.

-. Bueno es hora de irnos - dice Bella mientras me quita a Maia de los brazos.

Me miró nuevamente al espejo y observo mis vestido el cual es hermoso, es blanco de encaje y pedrería, ajustado de la parte de arriba asta los glúteos y abajo es totalmente suelo, está cubierto de encaje en el pecho mostrando un pequeño escote entre mis senos, tiene mangas de encaje y está descubierto de la espalda.

Mi peinado es recogido en una coleta de lado pero está al lado de mi hombro derecho, está ondulado ocultando que es una coleta y tiene diamantes esparcidos en el, cosa que no quería pero mi suegra Elena me convenció de usarlos.

Mi maquillaje es sencillo y muy natural, en cuanto joyería solo son unos aretes de diamantes regalo de mi suegro Vladimir, mi ramo está decorado de rosas blancas y rosa suave, con algunos diamantes, el ramo lo eligió mi suegra Elena no sé pero siento que también mi suegra tiene su obsesión por los diamantes.

Es lo único que llevo y la verdad estoy más feliz que nunca, aunque pensé que llevaría velo mi suegros dijeron que no podía por que faltaba algo importante, lo cual no se qué es, salgo la habitación y me encaminó a la entrada donde nos espera la limosina.

Subimos y solo va mi suegra y mis cuñadas, quienes me dan palabras "tranquilizantes" según ellas por qué aún así tenía muchos nervios.

Llegamos a la iglesia y ahí me espera Vladimir con una sonrisa en el rostro me acerco a el junto a Maia, recibe a Maia con besos y diciéndole lo hermosa que se ve, para después de acercarse a mi con una sonrisa.

-. Estás muy hermosa mi niña - me sonrojo por sus comentario y el sonríe más -. Estoy muy feliz y orgulloso de ti, has a completado nuestra familia.

Quiero llorar por sus palabras pero me contengo, envuelvo mi brazo con el suyo y nos paramos frente a la entrada , adentro está Alek con un perfecto tragedia negro que le queda perfectamente, Maia se pone frente a nosotros con una canastita llena de pétalos blancos y rosa suave.

La música comienza a sonar y yo suelto un suspiro, Maia comienza a caminar tirando los pétalos con sus manitas y nosotros caminamos detrás de ella, una vez llegamos al altar Maia abraza a su papi y Alek le corresponde para después soltarla y recibirme de la mano de Vladimir.

Embarazada de la Mafia  (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora