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—¡Alumnos de Alfea! Debo comunicaros algo —dice Athena tomando la atención de todos.
—La directora Rosalind Hale ha... —en ese momento la voz de Athena se entrecorta sutilmente y una lágrima rueda por su mejilla. Se odia a sí misma por querer a la mujer que pese a ser su madre nunca se comporto como tal. Stella se adelanta y toma su mano mostrándole apoyo. —Ha muerto.

Los alumnos quedan en completo silencio ante esta declaración.
—No obstante. Tengo algo más que contaros. Vuestra antigua directora. No huyó, no os abandonó. Fue asesinada por Rosalind Hale. —Añade. Los ojos de Bloom, que la observa desde abajo, se llenan de lágrimas, al igual que los de otras alumnos y también los de Ben y Saul. —O eso creía ella... —continúa Athena. —Pero no lo logró. Y tras estos duros meses me complace comunicaros que vuestra directora... Ha vuelto —dice. En ese momento Stella hace visible a Farah.

Saul y Ben quedan asombrados y salen corriendo del lugar para llegar a donde se encuentran.
—Es cierto... Rosalind trató de asesinarme. Pero nuestra asombrosa profesora Athena, había conjurado un hechizo para evitar que pudiera hacerlo... Gracias a ella estoy aquí. El mérito es suyo.

Antes de que pudiera decir nada más. Ben y Saul llegan al lugar y corren, llegando a ellas, abrazando con fuerza a ambas.
Debido a la emoción, Saul proporciona un beso a Farah que pilla a esta completamente por sorpresa.
Athena se adelanta a Saúl y antes de que sus labios toquen los de Farah hace que una hoja caiga de las ramas de los árboles que están sobre ellos e impida el beso colocándose entre sus labios en el momento justo.

Sonríe triunfante y vuelve a dirigirse a los alumnos.
—Alumnos. Alfea ya no es como la conocíamos. Pero podemos tratar de hacer un hogar de nuevo de esta escuela. Nadie fuera de aquí sabe lo que hoy os hemos contado. Nadie. Debemos estar unidos. Vienen amenazas que ni os podéis imaginar y necesitamos toda la unión y el poder posible. Todos los que quieran tienen a su disposición clases conmigo, independientemente de su curso y conocimiento. Si sois capaces de superar mis clases, pocas cosas se os resistirán. Ahora descansad. Lo necesitáis.

Antes de que Athena pueda retirarse, Bloom y el resto de compañeras de cuarto de Stella acuden al lugar.
—Athena... —dice Bloom agitada. —Gracias... por... por devolver a la escuela...
—Por liberarnos —añade Terra.
—Por ayudarnos en todo, gracias —añade Musa.
—No hay de qué.
—Athena —se apresura Ben y vuelve a abrazarla con fuerza.
—Chicas creo que... Tenemos que hablar —dice Athena refiriéndose a Farah, Saul, Ben y ella.
—Claro.
—Gracias.

Tras hablar con las chicas los cuatro se retiran al despacho de la directora.
Farah y Athena se adelantan pues Ben queda unos segundos hablando con su hija y Saul con Sky.

—Un hoja muy... oportuna —dice Farah.
—¿Qué?
—Oh vamos... —dice acercándose a Athena y tomándola por la cintura. —Sabes a qué me refiero...
—No tengo ni idea —dice Athena haciéndose la inocente.
—¿Dices que esa hoja cayó por casualidad?
—Destino, quizá... —ríe Athena acercándose lentamente a sus labios para besarla. Aún no han separado sus labios cuando la puerta se hable.
Una tos gutural por parte de Ben hace que ambas se percaten de que hay alguien observándolas.

En ese momento se separan rápidamente y observan a Ben y a Saul frente a ellas.
—¿Vosotras...? Oh lo siento... No tenía idea —dice Saul genuinamente por el casi beso. —No sabía nada lo siento mucho.
—Tranquilo —dicen ambas a la vez.

Ambos charlan durante horas, horas en las que todo está bien, horas en las que los problemas se olvidan y vuelven a ser los cuarto chiquillos que eran hace ya tantos años.
Cuando Ben y Saul se marchan. Farah y Athena quedan a solas.

—Hay algo que tengo que contarte —dice Athena.
—¿Y ese tono? —pregunta al notar la culpa y la ansiedad apoderándose de ella. —¿Te sientes bien?
—Creo... uf...
—Athena... —dice Farah comenzando a preocuparse.
—Creo... Creo... Creo que podría ser la madre de Bloom.

En ese momento Farah tiene que sentarse para procesar la frase que acaba de salir de la boca de esa mujer.
—Athena qué...
—Tiene la llama del dragón... Creí que era una coincidencia pero tras estudiarla... Solo existe una llama, Farah. Y la única manera de conseguirla es...
—Hereditariamente...
—Mi padre, la tuvo hace más de mil años... Él... jamás envejeció... Cuando me concibieron él... se volvió un ángel puro porque la llama pasó a mí completamente, liberándolo de ella... Pero yo... Yo se la pasé, sin despojarme de ella, fortaleciéndonos a ambas...
—¿Cuándo tuviste una hija? Nunca... jamás me contaste... Ni si quiera...
—Solo Rosalind sabía que estaba embarazada... ella... lo ocultó... Me mató a dietas y ejercicio para que no se me notara y cuando mi cuerpo comenzó a cambiar... Lo ocultó con magia.
—Ni si quiera sabía que estabas con alguien... No entiendo por qué no confiaste en mí... Te hubiera ayudado... Todo habría sido más...
—¡Me violaron Farah! —exclama Athena.
—Lo siento... Lo siento muchísimo... —dice Farah sin saber muy bien cómo actuar al respecto.
—Era un aprendiz de mi madre... Uno de sus muchos escoltas... ¿Recuerdas aquel especialista que desapareció?
—¿Rosalind lo mató?
—No, mi madre jamás se habría preocupado tanto por mí. Yo lo hice... Cuando me libré del shock... Cuando logré recomponerme... Le quemé... Como hice con mi madre hace nada...
—Sé que no querrás hablar de ello pero...
—Mi madre me arrebató al bebé cuando nació. Ni si quiera me dijo su sexo, más tarde averigüé que era una niña... No sé qué hizo con ella... No sé cómo llego a Aster Dell o cómo la llevó al primer mundo... Rosalind encubrió el asesinato de ese chico para no dejar pruebas de que uno de sus estudiantes estrellas era un... un...
—Está bien —dijo Farah abrazándola.
—Estoy segura de que ella sí lo sabía... Que Bloom era su nieta... Por eso era capaz de sentir cuando estaba en peligro... por eso noté cuando casi la ataca un quemado...
—Por eso actúas así con Stella...
—Rosalind no podía permitir que se supiera que su hija tuvo un embarazo adolescente... pero ni si quiera permitía que supieran que... bueno... era mi madre...

OUR FATE (Farah Dowling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora