OUR FATE (Farah Dowling)

8

El régimen ha cambiado.
Para cuando Bloom y las otras cuatro chicas vuelven de sus vacaciones, ya es final de verano y no saben lo que les espera.

Athena ha estado meses inconsciente siendo mantenida con vida por Rosalind y Luna. Cuando despierta fue unos meses después de que las chicas llegaran. Unos meses ya empezado el nuevo curso.

—¿Farah...? —dice viendo la silueta de una mujer sobre ella sin enfocar bien la vista.
—No, querida. —Aquella voz le resulta inconfundible y trata de levantarse al instante. —Tranquila...
—¿Dónde está qué le has hecho?
—Nada. Ella se ha marchado.
—¿Qué?
—Has estado meses inconsciente cariño por qué no tomas un té.
—No, no quiero... no entiendo qué está pasando.
—Farah nos abandonó. Le conté la amenaza que nos acechaba y huyó.
—Farah no huiría.
—Farah se fue. No sé si se arrepintió, si tuvo miedo al ver que Luna me restableció o que al ver que juzgarían a Saúl por el intento de asesinato de Andreas sintió que sin su querido amor no valdría la pena estar aquí. Pero no está, Athena. Y lo creas o no, la extraño. Los crié a ellos también como a mis hijos. Pero ella nos ha dejado. Ese es el amor que nos tenía...

Así es como durante meses Rosalind puede lavar la mente de su hija Athena.
—¿Te encuentras bien? —dice Stella viéndola sentada en uno de los tejados.
—La he buscado por todas partes. Llevo un mes volando por ahí. No entiendo por qué nos dejó.
—No te creerás esa tontería ¿o sí?
—Quiero creerlo. Es eso o aceptar que mi poder está tan débil que no soy capaz de pillar las mentiras de Rosalind.
—¿Y si es cierto? Si ha huido es que no te merecía. Ni a la escuela...
—No quiero creer eso.
—Yo tampoco. Por eso prefiero creer que esta perra y mi madre nos mienten... Van a enviar a Silva a Polaris...
—¿Qué? Es una condena a muerte...
—Las chicas lo saben... quieren hacer algo... Harán algo... Queremos ayudarlo a escapar y no podemos hacerlo sin ti. Llevas meses ausente... con la mirada perdida y sin impartir una sola clase... Sé que es mucho pero...
—Lo haré. Salvaremos a Silva... Y después encontraremos a Farah.

Stella abraza con fuerza a aquella mujer que siempre se había comportado como su madre y a la que quiere como tal.

—Te contaremos el plan cuando lo tengamos.
—Decidme qué tengo que hacer. Yo voy a recargarme y a tener contentas a Rosalind y a tu madre.
—Bien. Te avisaré.
—Tened cuidado.
—Lo tendremos.

Las chicas se preparan, Athena es avisada.
—¿Por qué Stella no está aquí? —pregunta Athena.
—No lo sabemos. Pero hay que irse.
—Está bien.

Las chicas forman un plan. Silva es rescatado y Athena se marcha para que su madre no sospechara.
—¡¿Dónde estabas?! —pregunta Rosalind apareciendo en la ventana cercana al tejado donde se encuentra Athena.
—Aquí.
—No te hagas la tonta.
—No sé de que me hablas mamá pero llevo meses en este tejado no creo que sea novedad para ninguna que esté aquí.
—Baja. Tengo que hablar contigo.

Athena acompañaba Rosalind al despacho.
—Saúl Silva ha escapado.
—No me jodas...
—Mírame a los ojos y dime que no sabías nada.
—No lo sabía —finge. Gracias al haber recargado su poder vuelve a empezar a ser lo que era.
—Bien. Pues averigua quién fue.
—Bien... Hecho...

Athena sale triunfante del despacho de Rosalind en busca de Stella.
—Athena...
—Stella ¿qué ha pasado? No has aparecido y...

Stella se quita el jersey que llevaba y muestra lo que Rosalind le ha implantado en la parte trasera del hombro.
—La mataré algún día... —dice Athena. —Espera.

Athena con su magia hace que el artilugio se rompa y lo despega de la piel de Stella.
—Ponte esto —dice dándole una copia. —Dará el pego. No te dolerá. Pero Stella, no uses la Magia, no cruces la barrera. Actúa como si aún llevaras el auténtico. Si te pillan sabrán que fuí yo.
—Descuida. Gracias.
—Tengo que irme, Rosalind...
—Lo sé...

Athena se marcha y Stella va a buscar a Sky. Pero termina tomando una copa con Beatrix cuando un alumno que ha desaparecido llega completamente herido y en shock contándoles que se encuentra en ese estado por culpa de Rosalind.

El alumno queda inconsciente siendo incapaz de decir nada más.

Días mas tarde, la prima de Terra, Flora, aparece en la escuela.
—Hay una nueva estudiante.
—Lo sé, Rosalind. Es la prima de Terra...
—¿Sigues unida a Stella?
—Ha sido como una hija para mí. Y lo sabes. Pero eso no cambia nada.
—Saúl no escapará —dice Andreas entrando.
—Ya lo ha hecho ¿quieres decir por segunda vez? —añade Rosalind —Basta con una cagada. ¿No crees?

Rosalind comienza a quitarle el aire a Andreas pero en ese momento entra Beatrix.
—Directora necesitó su firma aquí —dice haciendo que pare y Andreas aprovecha para irse. —He comprobado los registros de Solaria. Andreas no lo perdió. Silva tuvo ayuda.
—¿Tienes pruebas?
—No.
—¿Y pensabas que yo no había sido capaz de deducir que tuvo ayuda de fuera? Gracias por tus impactantes conclusiones.

En ese momento Bloom entra ante una cara de disgusto de Beatrix.
—Bloom, como me gusta verte. —Dice Rosalind. Athena hace un gesto a Beatrix para que salga y sale tras ella.

Bloom trata de captar toda la información que puede de Rosalind y sus libros aunque esta es como un enigma indescifrable.

Las chicas cuidan al alumno herido y Silva se oculta con Sebastian. Athena lleva una inagotable búsqueda que parece quedarse en nada y estar cada vez más lejos de su objetivo. Cada vez que se siente cerca de Farah, algo la aleja más.

Sky y Bloom se dirigen a la casa de Silva para recopilar pruebas e información.

Durante días las chicas se llevan mejor con Flora pero Terra parece estar molesta porque su prima esté ahí. Aunque trata de ocultarlo es más que obvio.

Athena observa a las chicas y està preocupada por Stella. Vuelve a impartir clases y decide hablar de una vez con Ben.

—¿Podemos dejar de  fingir que estamos de acuerdo con esto? —dice entrando al invernadero al ver que Ben está solo.
—Athena... —Ben camina hasta ella y la abraza con fuerza dejando escapar unas lágrimas. —Por mis hijos...
—Lo sé —dice Athena abrazándolo con fuerza. —Estamos juntos en esto.
—¿Crees que volverá?
—No lo sé... La he buscado cada día y cada noche...