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A la mañana siguiente Silva y Athena se marchan con el equipo, un destacamento militar de solaria y traspasan la barrera adentrándose en el bosque.
Se acercan al lugar cuando Athena ve algo moverse.
—Silva... Creo que tenemos problemas —dice Athena.
—Deteneos —ordena Silva. En ese momento el quemado se abalanza sobre una de las guardias de seguridad de Silva.

—¡Ayuda! —grita esta.
—¡No! —dice Silva y saltó hasta él empuñando su espalda.
—¡Silva no! —grita Athena y antes de que esta pudiera ayudarlo el quemado le araña y lo lanza contra un árbol, infectándolo y dejándole inconsciente.
Athena se quita su capa y deja ver sus alas para atacar a la criatura. Pero otra emerge del bosque y se enzarza contra varios guardias del ejército se Solaria. Una de las criaturas lanza un tronco contra Athena y esta se golpea fuertemente la cabeza contra un árbol quedando inconsciente en el suelo. Gracias a su poder y conexión con la tierra, las raíces de los árboles la engullen creando una especie de cúpula sobre ella evitando que la infecten.

Bloom y sus amigas deambulan en busca del quemado, cuando llegan al granero, solo encuentran restos da cadáveres asesinados, muy poco supervivientes, entre ellos Silva. Musa y Terra se apresuran a ayudarlo mientras Bloom se adentra en el bosque escuchando una extraña voz y Aisha y Stella tratan de seguirla y encontrarla.

Cuando Athena recupera la consciencia, sale de la cúpula de raíces y nota el peligro cerca de las chicas. Vuela por el bosque y a menos de dos metros de ser atacada por el quemado, se posiciona entre ellos y hace que decenas de ramas con forma de estacas lo atraviesen. Matándole o al menos dejándole inconsciente.

Bloom queda asombrada a la par que asustada al ver a aquella hada a la cual nunca nadie le había visto las alas. Nadie, a excepción de Farah y Rosalind.
Aisha llega rápidamente hasta ellas.
—Marchaos a Alfea —dice Athena. En ese momento recibe un fuerte golpe y vuelve a caer al suelo. —A estos bichos les encanta lanzar cosas —dice poniéndose en pie y conjurando un hechizo para disparar directamente a la criatura.
En ese momento son tres más las que aparecen.
—Oh oh —dice Bloom.
—Agachaos —dice Athena. Esta vuela elevándose y con un grito gutural conjura una gigantesca bola de energía que hace estallar a las tres criaturas.

Tras el esfuerzo y los golpes, sus alas le fallan y Athena vuelve a caer al suelo, esta vez y debido a la altura de la caída, quedando inconsciente de nuevo.
Las chicas la cargan hasta Alfea tan rápido como pueden.
Ya han llegado Terra y Musa con Silva. Beatrix sube rápidamente a avisar a Farah, quien se encuentra preocupada con Callum en su despacho.

—El señor Silva está herido, no sé qué le ha pasado puede que haya sido ese monstruo... —dice Beatrix a Farah de manera atropellada y aparentemente asustada.
—Maldita sea —dice Farah saliendo a toda prisa del despacho.

Cuando Farah llega al invernadero, Harvey le está aplicando pociones y aceites.
—Debí matarlo... teníais que haber llevado más soldados... —dice Farah. —Espera... ¿dónde está Athena? —pregunta preocupada.
Sky y Terra, a quienes ni si quiera había visto Farah al entrar, intervienen.
—Bloom y Aisha tampoco han llegado —dice Terra.
—Tenemos que buscarlos —dice Sky.
—No sé dónde está Athena —dice Silva. —Y el quemado había escapado antes de que llegáramos...
—Alguien le soltó a propósito... —añade Farah —tengo que encontrar a Athena.

Antes de que Farah pudiera salir, Aisha entra corriendo.
—¡Alguien rápido. Por favor, no se despierta! —grita Aisha entrando.
—¿Bloom? —pregunta Sky.
—¡La señorita Wilson! —dice Aisha desesperada.
—¿Qué? —Farah sale corriendo del invernadero y llega a la entrada lo más rápido que puede.

—¡Athena! —grita al verla y corre a su lado arrodillándose junto a ella. —Athena despierta —suplica —¡Marchaos! ¡Todos! —grita a los alumnos. —Bloom, Aisha. Vosotras no —dice —¿Cuánto lleva así? —pregunta con desesperación. —¿Qué ha pasado?
—¿Esa es Athena? —dice Stella desde el corredor superior. Y baja corriendo. —¡Athena!
—¿Stella?
—Señorita Dowling, tiene que salvarla, por favor. Tiene que hacerlo... Por favor no deje que muera. —Stella toma las manos del hada que la había tratado con el cariño de una madre desde que la conoció y la había defendido infinidad de veces de la reina Luna.

Farah trata de que las alumnas no vieran las lágrimas que corren por sus mejillas.
—Aisha llévatelas —dice refiriéndose a Bloom y a Stella. Farah toma a Athena en brazos y la lleva al círculo de piedra tan rápido como puede.

Fara concentra toda su magia dirigiéndola al cuerpo de Athena y tras unos segundos esta despierta.
—¡Athena! Dios mío... —dice Farah abrazándola. —¿Estás bien? Dime que estás bien.
—Me duele la cabeza... Me di varios golpes... Creo que gasté demasiada energía.
—No vuelvas a darme un susto así jamás. Por favor —dice volviendo a abrazarla con fuerza.
—¿Estás llorando?
—Oh no seas idiota —dice secándose las lágrimas rápidamente.
—Lágrimas e insultos... Esto es nuevo —bromea Athena. —Gracias... —añade.
—Vamos, voy a llevarte a la cama.
—Puedo andar...
—No deberías, déjame ayudarte.
—Tranquila, solo déjame apoyarme. —Athena se sujeta en el hombro de Farah y se dirigen a Alfea.

Una semana más tarde Athena está como nueva y Silva, aunque infectado, está algo mejor. Ellas, Silva y Harvey se encuentran al rededor de un teléfono móvil comunicándose con dos de los guardias que buscan al quemado. Entre ellos Marco, uno de los graduados más fuertes de la última década.
—Tendríamos que estar con ellos —diceFarah cuando Marco cuelga.
—No tengo claro que sirviera de algo pero comprendo tu frustración —responde Silva mientras intenta sentarse.
—Marco y Noura son dos de los mejores graduados que han salido de Alfea —añade Harvey.
—Pero ellos no saben lo que les espera, nosotros sí.
—Bueno, decidimos quedarnos aquí y formar a la siguiente generación —dice Harvey.
—Les hemos enseñado lo que sabemos Farah, hay que confiar en ellos.
—Y lo hago, pero no significa que me guste esperar —dice sentándose junto a Athena, Harvey y Silva. —Me siento como una niñera sin trabajo... No te rías de mí Saúl —le dice a Silva.
—Esta noche es el desmadre anual de los especialistas —dice Athena.
—Imaginaos, no saben que lo sabemos —bromea Silva.
—No saben que lo inventaste tú —dice Farah.
Todos brindan y toman un trago que será el primero pero no el último de la noche.

La noche no tarda en caer y la fiesta da inicio. Los alumnos también necesitan despejarse de lo que ha pasado esos últimos días.

OUR FATE (Farah Dowling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora