4

296 24 0
                                    

Con Silva hablando con Sky y Harvey haciendo antídotos, Athena y Farah quedan a solas.
—He hablado con la reina. Le he dicho que necesitamos que el ejército de solaria nos ayude con la búsqueda.
—Farah, has hecho todo lo que podías y más —le dice Athena.
—Me equivoqué... Quise creer que era un lobo solitario... Un fantasma del pasado fácil de aniquilar...
—Todos queríamos creer eso —contesta Athena.
—Quién sabe cuantos más habrá... Mi trabajo consiste en arreglar esto...
—Y lo harás.

Athena toma la mano de Farah y hace que se despegue de la columna en la que se encuentra.
—¿Qué haces? —pregunta Farah riendo.
—Tienes que despejarte. Ven —dice tirando de ella y comienza a moverse al ritmo de la música que pueden escuchar desde donde se encuentran.
Suena "Barefoot in the Park". Athena toma la mano de Farah y hace que comiencen a bailar mientras con su otra mano sujeta su copa.

Ambas mujeres están tan cerca que pueden sentir la respiración de la otra. Pero en ese momento aparece Bloom con paso apresurado haciendo que se separen, rompiendo por completo el clímax que se había creado entre ambas.

—Deberías estar en la cama —dice Farah.
—Y usted decirme la verdad —dice Bloom mostrando una foto de Rosalind.
—¿Qué es eso? —dice Farah.
—Esta mujer, fue la que me dejó en el primer mundo.
—Rosalind —dice Farah.
—¿Quién es?
—Ella me precedió como directora...
—Fuimos sus estudiantes, después sus protegidas —añade Athena.
—¿Estabais aquí cuando lo hizo?
—Te dije que las circunstancias de tu nacimiento son tan misteriosas para ti como para mí... —afirma Farah.
—¿Entiende que cada vez me cueste más y más creer eso?
—Estás borracha, hablaremos cuando no lo estés.
—Todas sus fotos están escondidas en el ala este del colegio. Dígame que no es sospechoso.
—Rosalind fue nuestra directora durante un periodo difícil de Alfea. No es una época que nos guste celebrar.
—Quiero hablar con ella.
—Es imposible.
—¿De verdad?

—Lo es —dice Athena interviniendo. —Créeme. Yo soy la primera que querría pedirle explicaciones. Pero no puedo. —El dolor en los ojos de Athena mientras pronuncia esas palabras capta la atención de Bloom haciendo que le preste atención.
—Hace una semana tuve un recuerdo del día que me dejó en el primer mundo —dice Bloom. —Me dijo búscame... Quiero hablar con ella como sea.
—Está muerta Bloom —dice Farah tajantemente.
—¿Qué?
—Hace muchos años. A si que... no sé qué viste ni por qué. Pero esto se termina aquí. Buenas noches.

Tras decir eso Farah se marcha y Athena tras ella.

Iba a dirigirse a la habitación cuando nota una energía extraña.
—Bloom está en el círculo de piedra —le dice Athena a Farah.
—¿Qué?
—Lo percibo... Yo me ocupo...
—¿Segura?
—Segura. Te avisaré en cuanto llegue.
—Ten cuidado.
—Lo tendré.

Al llegar ve a Bloom prender la vasija en llamas con la fuerza de su ira y apagarla con dolor.
—Bloom... —dice. Esta se alejó. —¿Qué sucede?
—No necesito una bronca.
—No te voy a dar el sermón. Cuéntame que te pasa.
—No sé quienes son mis padres... Y estoy aquí como una pirada porque parece ser que estoy dispuesta a cualquier cosa para encontrar respuestas...
—Te entiendo...
—Lo dudo...
—Yo perdí a mis padres... Perdí a mucha gente...
—Al menos tienes a Silva, Harvey o Dowling... Yo... no tengo a nadie... Mis padres del primer mundo piensan que estoy en Suiza...
—No estás sola Bloom... Créeme... Quizá ahora no te des cuenta pero... —en ese momento suena el teléfono de Athena. —Perdóname. Tengo que irme... Se ha complicado una de las curas de Silva y tengo que ayudar a Harvey. Si necesitas lo que sea... puedes contar conmigo. Te ayudaré a buscar las respuestas que necesites, lo prometo —dice y se marcha rápidamente.

Se dirige al invernadero y pregunta qué había pasado dándose cuenta de que una de las heridas se había infectado.
Congela la herida para que no le doliera y permitir a Harvey limpiarla.
—Silva te pondrás bien. Mañana iré en busca del quemado. Puedo volar será más fácil...
—¿Farah lo sabe? —pregunta Silva.
—No... no quiero preocuparla ni ponerla en riesgo, no me lo perdonaría...
—¿Dónde está? —pregunta Harvey.
—Durmiendo...
—Athena —dice Stella entrando al invernadero —tenemos un problema. Ven por favor.

—¿Qué pasa Stella? —pregunta saliendo del lugar con ella. Esta simplemente le enseña el mensaje que le había mandado Bloom alertándola de que había un quemado cerca del círculo de piedra.
—Oh dios...

Athena sale volando lo más rápido que puede y Stella la sigue, corriendo rápidamente.
Al traspasar la barrera sigue la energía que la guiaba hasta Bloom y ve a sus otras amigas llegando a la par que ella, Bloom grita en el suelo y el quemado está a punto de saltarle encima.
—¡Cierra los ojos! —grita Stella y conjura una luz cegadora que lo distrae. Cuando se desorientó Athena conjura una bruma y Sky clava su espada en él.

Las chicas comienzan a acarearse al quemado cuando este está en el suelo.
—¡Esperad! —grita Athena. —No está... —En ese momento la criatura se pone en pie de nuevo.

Dentro del cuerpo de la criatura comienza a brillar una luz morada y luego una luz roja y la criatura cae al suelo para explotar en varios pedazos.

Cuando esto pasa. Athena mira al frente y ve a Farah frente a ella. Sin darse cuenta la una de la presencia de la otra, ambas han realizado el mismo conjuro, consiguiendo así matar a la criatura.
—Antes no estaba muerto... Ahora sí —dice Farah aún con los ojos iluminados. Todas se dirigen a Alfea sin mediar palabra.

—Que vosotras y el director Silva sigáis vivos no cambia lo inconscientes que habéis sido. Hablaremos de las consecuencias por la mañana. —dice Farah a las chicas y se marcha.
—¿Está cabreada en plan castigo o en plan expulsión? —pregunta Aisha.
—Yo diría que lo primero pero sólo porque también estoy percibiendo cierto orgullo —añade Musa.
—En efecto —dice Athena apareciendo. —Gracias por avisarme Stella. Tranquilas. Hablaré con ella.
—Gracias por rescatarme... Otra vez...
—No hay de qué Bloom... Id a descansar. Os veo mañana. Creo... que os vendría bien una de mis clases.
—¿Habla en serio? —pregunta Terra. —Mi padre dice que es más complicado ser digno de una clase contigo que ganar la lotería.
—Pues entonces... Podéis estar orgullosas de vosotras mismas. Buenas noches chicas —afirma antes de marcharse.

Athena se dirige al despacho de Farah. Esta està contando a Harvey y Silva que fue Rosalind la que dejó a Bloom en el mundo de los humanos y que había grabado un recuerdo en la mente de esta.
—Le ha dicho que está muerta —dice Athena entrando.
—¿Por qué? —pregunta Silva.
—Porque Bloom tiene potencial para ser una de las hadas más poderosas de la historia. Si Rosalind la está llamando es por alguna razón. No podemos dejar que se conozcan...

Días más tarde se encuentra amalgama de ortiga en uno de los cajones de Callum. Quien lleva días desaparecido. Por lo que Aisha es posicionada en el puesto de Callum. Athena, Harvey y Silva se encuentran en el despacho de Farah junto a esta última. Llegan todos a la conclusión de que Callum y un hada traspasaron la primera barrera protectora para tratar de llegar a Rosalind.
Harvey dice que con uno de sus compuestos vería las huellas mágicas y gracias a eso observan cómo habían matado a Callum en la puerta del pasadizo, dejando en claro que hay un asesino en la escuela y que debe ser un hada.

Deciden organizar una reunión con la Reina Luna para alertar del problema. Tras ello organizan una asamblea para indirectamente tratar dar con el culpable.
—Puedes cancelar la asamblea —dice Athena a Farah antes de llegar. —Ha sido Beatrix. Puedo sentirlo...
—No podemos detenerla sin pruebas.
—Está bien...

Sin decir más Athena abandona el despacho para volver rato más tarde cuando llega la reina.
—Reina Luna —dijo Athena entrando.
—Athena. ¿Cómo estás querida?
—Ya sabes... Hasta arriba de trabajo.
—Dile a Farah que te de un descanso, hace mucho que no visitas Solaria.
—Tenemos muchas cosas pendientes aquí. Quizá cuando todo pase retome mis viajes.
—Sería un placer.

La asamblea pasa sin nada extraño excepto la notoria falta de dos alumnas. Luna da el sermón que tiene prescrito a los alumnos y Farah se pasea tratando de encontrar pruebas, todo mientras Athena mira desde la distancia sabiendo quién es la culpable y que justamente ella no se encuentra en la asamblea.
—Esta muy guapa, así, observando ¿no crees?
—Cállate Benjamin —le dice Athena.
—Silva también lo ha notado —añade Ben señalando discretamente cómo Silva mira a Farah. —¿Celosa?
—¿Tu manera de calmarte en situaciones de estrés es tocarme los cojones?

Ben ríe ante la ocurrencia de Athena y ambos se dedican a escuchar a Luna y estar alerta.

OUR FATE (Farah Dowling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora