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—¿Se lo contarás a Bloom?
—No lo sé...
—Acabará descubriéndolo.
—Lo sé... Pero... No creo ser la madre que Bloom quiere encontrar, Farah. No sé ser madre...
—Con Stella lo has sido... Te quiere más que a Luna.
—No creo que eso sea muy complicado —ríe Athena para amenizar la situación.
—Bueno... No dudo de ti.. Nunca lo he hecho...

Tras unos segundos de silencio Athena hace la pregunta que tanto miedo le daba articular.
—Ahora que lo sabes... ¿Qué hay de nosotras? Quiero decir... No sé qué ha podido comenzar esta noche o qué comencé la primera vez que te besé o... No sé qué sientes por mí, pero... Pero si el tener una hija hace que... Bueno... Entendería que...
—Athena ¿qué dices? ¿Crees que el saber que eres la madre de Bloom cambia algo de lo que siento por ti?
—Yo... No quiero ser una carga... Bloom tendrá preguntas, ocupará mi tiempo yo...
—Athena... mis sentimientos por ti no son tan frágiles. Te quiero. Y si Bloom necesita respuestas te ayudaré a dárselas. Y si necesita de la integridad de tu persona, estaré de acuerdo. Te daré el espacio que necesites. Haré lo que necesites. Quiero ser tu apoyo, no un lastre.
—Pero yo tampoco quiero ser un lastre...
—Oh Athena... Tú nunca serás un lastre para mí —dice, y toma sus manos mostrándole que no hay nada más importante en ese momento que ellas dos.
—¿Estarías conmigo a pesar de todo? —pregunta Athena.
—A pesar de todo... Athena, créeme. No hay ningún pesar en estar a tu lado. No sé qué te ha hecho creer  Rosalind estos meses. Ni tampoco qué te hizo creer en su momento. Pero Athena, cualquiera sería muy afortunado de tenerte... Y me alegra ser yo la que tiene esa fortuna.

Athena la abraza y reposa su cabeza en el pecho de Farah. Esta acaricia su pelo con delicadeza mientras las respiraciones de ambas se relajan.
—Quiero contárselo cuando esté segura.
—¿Qué necesitas?
—Una prueba de ADN...
—¿Crees que Ben puede hacerla? —Athena asiente levemente.
—Con su magia y sus conocimientos, seguro.
—Pues vamos a ello.
—¿A está hora?
—Apuesto a que sigue en el laboratorio —dice Farah riendo, cosa que relaja a Athena.
—Creo... que voy a buscar a Bloom...
—¿Quieres que...
—Quiero dejar las mentiras... Tengo... miedo de convertirme en mi madre.
—Tú nunca, nunca serás como tú madre.
—Te quiero Farah.

Tras un profundo beso. Farah se dirige a comentar a Ben lo que harán y Athena a la habitación de las chicas. Toma una gran bocanada de aire antes de tocar en la puerta y tras unos segundos da tres toques firmes.
La puerta no tarda en abrirse.
—¿Bloom está despierta? —pregunta Athena a Terra, que es quien la recibe.
—Sí, estamos todas charlando si quieres pa...
—No, gracias... Pasadlo bien.
—Gracias, voy a llamarla.

Tras unos segundos Bloom sale de la habitación.
—Athena, quería preguntarte, has dicho lo de tus clases y creo que me vendría bien y...
—¿Puedes acompañarme? Necesito hablar contigo.
—¿He... He hecho algo malo? No he incendiado la escuela... por ahora —bromea Bloom. Pero el semblante de Athena sigue siendo serio debido al nerviosismo que siente. —Lo pillo...

Bloom cierra la puerta y acompaña a Athena a través de ese pasillo.
Al llegar a la entrada de Alfea, antes de llegar al invernadero, Athena se sienta en un banco e indica a Bloom que haga lo mismo.
—Me está asustando... —dice Bloom con una risa nerviosa.
—Hace tiempo te prometí ayudarte a averiguar sobre tu pasado... —Esa frase, mezclada con el nerviosismo de Athena hizo creer a Bloom que se avecinaban malas noticias.
—¿Qué pasa?
—Creo... Creo...
—Por favor si tengo algo que saber... quiero que sea ya.
—Creo tener la respuesta que buscas... Pero... Pero para ello necesitas una prueba de ADN... El profesor Harvey la está preparando en el laboratorio...
—¿Qué? Cree que mis padres pueden... ¿Cree que pueden estar aquí? O al menos... ¿Tiene su ADN?
—Es más complicado que eso Bloom... Verás... —Athena toma una gran bocanada de aire y se limpia rápida una lágrima que rueda por su mejilla mientras Bloom la mira confundida. —Creo... Creo que podrías ser mi hija. —Espeta. Y Bloom queda paralizada ante dicha declaración.
La respiración de Bloom se vuelve rápida y agitada y Athena también se encuentra en estado nervioso.
—¿Hace cuanto lo crees?
—No mucho... Empecé a atar hilos cuando... Bueno... Hace unos días... No sé si estoy en lo correcto... Por eso... Si estás dispuesta... Quiero que te hagas esa prueba...
—Vamos —dice Bloom y Athena se sorprende ante la predisposición de esta. —Llevo toda mi vida esperando respuestas... Si crees que las tienes... quiero saberlo... Necesito saberlo...

Athena asiente y caminan hasta el invernadero. Donde ya se encuentran Farah y Ben con todo preparado.
Athena camina hasta Farah y esta le toma la mano en señal de apoyo. Ben se encuentra con cuatro probetas con un líquido algo espeso.

—Athena... —dice Ben al verla. Y ella asiente dándole a entender que está todo bien. Que solo está nerviosa. —Bueno. Estas probetas tienen el mismo compuesto. Cada sangre de cada persona da un resultado distinto. Si ponemos una gota de sangre se Farah y otra mía —dice usando dos de las probetas. Colocando en una, una gota de su sangre y en otra, la gota de Farah. —En unos segundos veremos el resultado.

Tras casi un minuto, pudieron ver como ambas probetas daban un color completamente distinto entre sí.
Ben colocó una gota de cada recipiente en una especie de placa y estos se repelaron.

—El color solo sale idéntico en miembros de la misma familia. Y las gotas se unirán si lo son. Si el color es distinto y las gotas se repelen, es que el resultado es negativo. Se hacen las dos pruebas porque las dos tenéis la llama del dragón. Lo que podría dar a confusiones en alguno. Pero si ambos son positivos, no hay porcentaje de duda.

Bloom y Athena rieron de la misma manera sabiendo que ninguna había entendido el funcionamiento de aquella cosa de Ben. Pero ambas confiaban en él. Sobre todo Athena. Por mucho que pudiera querer a Saul, Ben siempre sería como el hermano que jamás tuvo.

Athena pinchó su dedo con una pequeña aguja, del mismo modo lo hizo Bloom. Ambas dejaron caer una gota de su sangre sobre su respectivo recipiente.

OUR FATE (Farah Dowling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora