Capítulo 1

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Agua...
Tierra...
Fuego...
Aire...

Hace mucho tiempo las cuatro Naciones vivían en armonía... pero todo cambió cuando la Nación del Fuego atacó.

Solo el Avatar, maestro de los cuatro elementos podía detenernos, pero cuando el mundo más lo necesitaba... desapareció.

Después de 100 años el nuevo Avatar fue encontrado y se puso en marcha para aprender a controlar los cuatro elementos y así poder salvar al mundo.

Lamentablemente mi hermana, la Princesa Azula y yo capturamos al Avatar y lo entregamos a la Nación del Fuego. Eso sucedió hace ya siete años y las cosas por el mundo no han mejorado desde entonces.

Dos años después de la captura del Avatar fui enviado a una misión para conquistar la Tribu Agua del Norte, pero yo no podía... yo no era cruel como mi padre y me negué a la idea de esclavizar a la gente.

Pensé que regresaría derrotado de aquella misión pero cuando mi esperanza estaba casi apagada apareció ella. Una chica vestida de negro que asaltó mi buque una noche de luna llena. Se entregó a cambio de su Tribu y me calmó saber que no regresaría con las manos vacías.

Sin embargo... no era lo mismo tener a alguien que "conocer" a alguien... y yo realmente la conocí a ella.

Nerea, la segunda Princesa de la Tribu Agua del Norte, la mejor maestra agua del mundo... y la mujer de la que caí perdidamente enamorado.

Tenía esperanzas de poder salvar al mundo, ese fue siempre mi plan, pero cuando llegó ella realmente pensé que podría lograrlo. Porque ella era mi Luna y su luz llenaba todas mis grietas; me complementaba y sin darme cuenta... se convirtió en mi debilidad.

La amaba tanto que la puse por encima de mis "deberes" como Príncipe heredero de la Nación del Fuego. Cometí ese error del que no supe como escapar, hasta ese día... las cosas iban mal y continuaron mal. 

Durante esa horrible mañana hace cuatro años, cuando todo se quemó y se convirtió en cenizas. La perdí para siempre... los perdí a ambos para siempre.

Pasé de tener una hermosa familia completa y alegre a no tener nada, porque ambos se fueron y siempre viviré con el tormento de saber que si hubiera hecho las cosas de otro modo, si hubiera decidido confiar más en ella o si simplemente no los hubiera abandonado en este Palacio oscuro... ambos, mi esposa y mi hijo... seguirían con vida.

Y hay momentos en la vida que te definen, que te marcan y al igual que una cicatríz hecha con fuego... no pueden borrarse.

***

- El Señor del Fuego solicita su presencia Alteza.

- Iré en seguida.

El guardia hizo una reverencia antes de irse y cerrar la puerta detrás de él.

Me levanté de mi escritorio con pesar y me dirigí al fondo de mi habitación para ponerme mi armadura e ir a la sala del Señor del Fuego. Mi padre había programado un festejo de celebración por el tercer aniversario de la conquista exitosa a Ba Sing Se.

Después de un año de sitiar la ciudad y atacarla sin parar finalmente cedió. Nadie pudo hacer nada contra el grandioso poder de la Nación del Fuego... ni siquiera yo.

El plan que tanto habíamos planeado para que la conquista no sucediera al final no funcionó... no pude hacer que funcionara.

Terminé de cambiarme y cerré las puertas de mi armario. Solté un suspiro antes de salir de mi habitación y caminé por el pasillo que llevaba hasta la sala de reuniones.

Al llegar ya estaban los altos mandos y toda la gente importante de la Nación del Fuego. Me sofocaba ver a tanta gente a mi alrededor pero como el Príncipe heredero debía empezar a acostumbrarme.

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