Capítulo 2

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Estaba terminando de acomodar los últimos detalles de mi ropa mientras caminaba por los pasillos del Palacio en dirección a la Sala Real del Señor del Fuego. Mi padre me había pedido que viniera aquí al medio día, no sabía para qué pero lo mejor era no llegar tarde.

Cuando estuve frente a la puerta esperé y solté un suspiro deseando que todo saliera bien. Hasta dónde yo recordaba no había pasado nada malo en estos últimos días, mi padre no podía estar molesto.

Me animé y con valentía abrí la puerta, entré y luego la cerré cuando estuve dentro. Las llamas de fuego características de esta sala ya estaban ardiendo, lo que me decía que mi padre ya estaba aquí.

Pero al mirar arriba en su asiento del trono no lo encontré allí sino que estaba abajo, al final de las escaleras.

Unos pasos más adelante estuve a la distancia prudente de él, ni muy cerca, ni muy lejos y me arrodillé con la mirada fija en el piso.

Zuko: Solicitó mi presencia Su Majestad, ya estoy aquí.

Ozai: Puedes levantarte Príncipe Zuko.

Lo hice y después de levantarme alcé la vista dándome cuenta de que me estaba dando la espalda. Pero antes de ser mi padre, él era el Señor del Fuego así que no podía cuestionar sus actos.

Ozai: ¿Terminaste tu trabajo pendiente? Los problemas de la Nación requieren ser atendidos con urgencia.

Zuko: Lo he hecho lo mejor que puedo, mi deseo es que cada persona en esta Nación tenga condiciones dignas de la Nación del Fuego... la Nación más importante y poderosa del mundo -le contesté de manera fría-

No era que yo no quisiera eso sino que sabía que las palabras dulces y amables no servían con mi padre, no tenía caso añadirle emoción a mi conversación. Además de que eso le gustaba a mi padre... que fuera frío y desalmado, aunque yo sabía que esa solo era la cara que yo demostraba frente a él, no la que era mía en el interior.

Ozai: Me enorgullece que le pongas empeño a tu trabajo y que entiendas que esta Nación tiene mucha más fortaleza que las demás.

Zuko: Por supuesto padre...

Ozai: Te mandé a llamar porque hay un asunto importante que debes atender.

Zuko: Lo que sea Su Majestad, sabe que atenderé mis deberes como Príncipe heredero... ¿Cuál es el asunto que requiere mi atención inmediata?

Mi padre no me contestó nada más, simplemente se quedó callado un par de segundos. La inquietud me invadió durante esos segundos y no supe si lo que iba a decirme era algo malo o algo bueno de lo que no tendría que preocuparme.

Se dió la vuelta y pude mirarlo a la cara pero su expresión no me decía nada, simplemente estaba serio con sus ojos fijos en mí como si tuviera las palabras atascadas y no pudiera decirlas. De pronto volteó los ojos hacia su derecha como si hubiera algo allí, yo hice lo mismo y seguí su mirada.

Unos pasos calmados y firmes se escucharon a lo lejos pero por la oscuridad no pude ver de quien eran... hasta que esa persona habló.

???: Claro que hay un asunto que requiere ser atendido con suprema urgencia Príncipe Zuko.

Reconocí esa voz de inmediato, su tono retador y egocéntrico era inconfundible.

Zuko: Concejal Ron -pensé-

No me gustó para nada saber que él estaba aquí; de un momento a otro mi típico tono frío y orgulloso que siempre usaba con mi padre cambió a uno molesto y totalmente enojado. Entrecerre los ojos y apreté los dientes como si eso pudiera eliminar su existencia de este mundo.

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