Hoy era un día normal como otros. Me levante de mi cama e intente darme una ducha relajante para después vestirme.
Al final me había preparado mentalmente para bajar al comedor.Mientras bajaba las escaleras me había encontrado a algunos de los niños que cuidaba poniendo la mesa, mientras que otros 2 estaban en la cocina ayudando a Nat en el desayuno. Todo estaba bajo control.
—¡Mamá, por fin despertaste!. ¿Dormiste bien?.—Dijo una de las niñas más pequeñas del lugar.
—Hola linda, claro que dormi bien, ¿Tú descansaste bien?.—Respondí en un tono dulce y amable.
—¡Claro que si mamá!.-La niña contestó en un tono risueño.—Vamos a la mesa Mamá, ¡Papá ya terminó él desayuno!.-La pequeña sonrió.
—En un momento voy con ustedes Jess.
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-No recuerdo cuando fue que estos niños comenzaron a encariñarse tanto conmigo. Cuando fue él momento que alguno de ellos me viera como su madre y ser llamada de aquella manera.
Aún recuerdo cuando recién comenzaban a agruparnos por casas. Algunos de los niños que llegaban a este lugar estaban tan asustados al tener que separase de las madres que los cuidaron por mucho tiempo.
Para mi sorpresa, jamas llegue a ver algunos de mis hermanos (de orfanato) en estos lugares de cuidado, así que fue un proceso bastante duro para mi, tener que crear algun lazo de confianza con los más chicos habia sido dificil.
Pero si hablamos de Nat... Él al primer instante había enamorado a cualquier pequeño que lo mirara, era experto en esto.
Durante estos cuatro años me había encariñado bastante con todos los pequeños que me habían asignado cuidar. Los criaba y los amaba como si ellos fueran mis propios hijos, mi familia, y me alegraba saber que ellos podían vernos de esa manera también.
—Por fin despiertas. Pensé que te había comido algún demonio.—Él pelirrojo rió mientras se encontraba limpiando la cocina.
—Mira como me muero de risa.—Dije algo sarcástica.
—Sabes que creo.—Nat me miró algo divertido.
—¿Qué crees?.—Respondi a su mirada.
—Creo que nos llego algo de correo.—Él pelirrojo sonrió.—Serías tan amable de irlo a recoger... Mi linda, querida y bonita compañera.—Él chico intento no reír al pronunciar aquellas palabras.
-Cómo quieras Nat. Igual sabía que eras tan perezoso para no ir hasta la puerta.—Conteste mientras me alejaba.
—Por eso te quiero.—Bromeó.
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-Me dirigi firmemente hacia la puerta. En el piso se encontraba un gran número de cartas, las cuáles enviaban algunos de nuestros compañeros y amigos de otros edificios.
Mi mirada no dudo en posarse en una de aquellas carta que había resaltado entre toda la pila de sobre que se encontraban en el suelo. Esta carta era algo grande y muy formal.
Tome todos los sobres y las meti hacia el interior de la casa, algo que hacia normalmente. Aunque esta vez algo dentro de mi hacía que toda mi atención se posara en aquel sobre completamente blanco y perfumado.
La intriga no dudo en apoderarse de mi cuerpo y mente, no lo pensé dos veces y decidí revisar aquel papel que se había robado el protagonismo de las otras cartas.
La mire algunas veces, aún sin abrirla. Aquella carta no pudo haberla mandado algunos de los chicos que conocía, o alguien cercano del lugar, de Nat, o de mi misma.
Esta vez lo había pensado dos veces, lo pense y lo recapacite, vi todas sus consecuencias y problemas que podía traer un mensaje desconocido, pero ya había tomado todas las precauciones posibles.
Abri la carta con mucho cuidado, no quize romper el sobre, ni mucho menos el contenido que tuviera adentro.
Después de algunos minutos comenze a revisar parte por parte la misteriosa carta.
Mi piel se erizo y mi cuerpo dejo de moverse por algunos minutos. Mis ojos no creían lo que veían.
—¡Nat!, ¡Tienes que venir a ver ésto!.—No lo repeti una vez más, ya era problema del pelirrojo si me había escuchado o no.
Me quede congelada algunos minutos, no podía procesar nada de lo que estaba viendo. Mi mirada solo se posó en aquel nombre que resaltaba en toda la hoja, y que mis ojos no podían dejar de ver.
"Atentamente: NORMAN MINERVA".
Aquel nombre no paraba de sonar en mi cabeza... ¿Porque él?, ¿Porqué de todas las personas de este maldito mundo tenía que ser él?.
Seguía sin creerlo, tenía en mis manos una carta escrita a mano por aquél chico que fue mi hermano, aquél hombre que hizo mi vida imposible, él hombre que apago toda le energía y positividad en mi, la persona que me quitó lo más especial que tenía en este mundo extraño.
—Oye, ¿Me llamaste? O...—Él chico guardo silencio.—¿Estas bien?.
No respondi a su pregunta, no respondí a nada. Mi mente estaba en un estado completo de shock y muchas emociones unidas en una sola.
—Sólo lee esto.—Le entregué aquella carta al chico sin decir alguna palabra más. Nat me miro por algunos minutos, después se dedico a leer aquella hoja.
—¿Así que de esto se trata? Ja...—Nat y yo compartimos miradas por algunos segundo.—¿Cree que somos tan idiotas para caer en su juego, verdad?.
Nat soltó un pequeño suspiro para guardar aquella carta en su camisa, los dos nos miramos por un largo tiempo, no compartimos alguna palabra.
Tanto él como yo sabíamos a donde llegaría esto.
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---[Capitulo Editado | 27 de Marzo del 2024]
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El Mundo del Neverland | The Promised Neverland
FanfictionDespués de una gran pelea entre los jóvenes de Grace Field, Emma se entera que su nombre está escrito en el gran libro sagrado de los demonios, queriendo saber más del tema y tratando de encontrar más explicaciones, se adentra con sus compañeros al...