El Mundo del Neverland | The Promised Neverland

Capitulo 4.2 Set Me Free

—¿De quién es este pie?.—Dijo con dificultad uno de los chicos.

—Es mío.—Respondió otro.

Todos habíamos caído uno sobre el otro del gran hoyo, aún sujetados por la cuerda que se mantenía en nuestras cinturas.

No podía explicarlo, todo se sentía raro una vez estando abajo. Lo primero que hizo el grupo fue ponerse de pie y deshacerse de la gran cuerda que tiraba de nosotros.

Mi mirada recorrió todo el lugar, una ubicación oscura y fría en la que nos encontrábamos atrapados.

—¿Así que?.—Respondió Gillian, yo solo me encogí de hombros.

—Supongo que deberíamos investigar ahora...

—Si, pero la pregunta es... ¿Por dónde?.—Soltó Oliver.

—Creo que tal vez caímos en una trampa.—Exclamó Cislo.

—¿Por qué piensas eso?—Formule confundida.

—Por qué... Creo que estamos rodeados en una habitación redonda.

—¡¿Qué?!.—Violet exclamo enfática. Dirigiéndose rápidamente hacia las paredes del lugar.

—Vaya, que ironía. Era obvio.—Oliver suspiro.

—No, esto no es normal.—Bárbara nos miró.—Talvez haya una entrada. Como un búnker.

—¿Y cuál sería?.—Preguntó Gillian aguda.

—Ya sé.—Hablo Zack, quien no tardo en sacar una linterna de su mochila. Alumbrado por fin el lugar.—En el suelo, solo intenten buscar una entrada.

—Qué genio.—Soltó Oliver.

Al cabo de algunos minutos todos habían sacado sus linternas y se dedicaban a observar el suelo con atención.

—Esto es un asco, primero caemos a más de 3 metros de altura y ahora buscamos otra entrada para caer. Que divertido.—Se quejó la rubia. Algunas pequeñas risas se escucharon en el lugar.

—Pensé que esto sería más peligroso.—Soltó Bárbara, quien con compañía de Cislo pisaban fuertemente el suelo con algunos saltos para sentir alguna puerta.

—¿No fue peligroso que un demonio nos siguiera y casi nos asesinara?.—El chico frunció el ceño.

—Más peligroso.

—¿Quién de ustedes disparo?.—Solté, rápidamente los chicos guardaron silencio.

—Fui yo.—Soltó Oliver.

—¿Eran grandes?.

—No tanto, pero eran unos idiotas.

—No digas eso.—El moreno lo calló, este solo soltó un suspiro.

—No esperaba toparme de aquellos tipos en esta zona...—Respondí, algunos solo asintieron.

—¿Qué te había dicho el Señor Robert de este lugar?.

—Solo que nos expondríamos al peligro, y que habría muchas cosas sin explicar en este lugar.

—Lo encontré.—Soltó rápidamente Cislo, quien nos alumbraba a todos con su linterna.

—¿Una salida de aquí?.—Gillian se acercó rápidamente a este, pero la apartó.

—La entrada.

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—¿Están seguros de esto?.—Menciono Zack, quien nos miraba a mí y a Oliver fijamente.

—No te preocupes, estaremos bien.—Respondí mientras abría la gran puerta del suelo.