Capitulo 2.5 Expedición

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Dirigir un grupo no era fácil y yo más que nadie me había dado cuenta de aquello.
Habíamos entrado al templo ya hace algunas cuantas horas, en busca de algo que fuera importante para la investigación.

-¿Y bien?.-Intente romper la incomodidad que había entre nosotros.-Cuándo vinieron aquí, ¿qué lugares visitaron?.-Miré a los chicos.

-Bueno...-Don se acercó.-Creo que habíamos ido a los salones del primer y segundo piso, a los jardines, a la biblioteca...

-También revisamos las habitaciones del tercer y cuarto edificio, junto a la capilla y el cuarto de vitrales.-Respondió Bárbara.

-No olviden los sótanos que se encontraban en algunas habitaciones y salones.-Cislo comenzó a enumerarlos con sus dedos.-Seis en total.

-Entonces si ya miraron todo eso...-Pensé por algunos segundos.-Supongo que aún no visitan las cámaras de los maestros, ¿verdad?.-Todos voltearon a verme.

-Cámaras?. Cuando exploramos el templo no encontramos nada de lo que mencionaste.-Cislo miro a Don. Estos se acercaron a mí.

-De hecho trazamos un plano de este lugar cuando lo revisamos y no encontramos nada de eso...-Don ahora me miró.-¿Estás segura de lo que dices Emma?

-Estoy segura de eso. -Sonreí algo amable.-Solo síganme, los llevaré hacia allá.

Todos comenzaron a seguirme, con ese aire de incomodidad y murmullos, las voces de Don y Cislo rompían el silencio que había entre nosotros.

-Pienso que sabes a donde nos llevas.-La voz de Norman se hizo presente.-¿Cuántas veces visitaste este lugar?.

-Solo una vez.-Respondí algo firme, tratando de no sonar nerviosa. El albino solo se acercó hacia mí.

-No mientas.-Me miró, yo solo suspiré.-Has venido más de una vez.

-Entonces si supones eso, ¿por qué me preguntas?.

-Solo quiero que sueltes esa incomodidad que llevas.-Sonrió.-Supuse que estabas nerviosa desde que comenzamos el recorrido.

-En ese caso, gracias por notarlo Minerva.-Dije algo sarcástica, el chico solo sonrió.

-De nada. Es bueno preocuparse por otros.-Correspondió a mi sarcasmo. Ambos volvimos a guardar silencio.

-Te queda bien el uniforme.-Aclaró un poco su garganta.-¿Te sientes cómoda con él o...?.

-Me queda bien, gracias Minerva.-Intente no soltar una sonrisa.

-Norman.-Volvió a mirarme, yo también lo miré.-Me gusta más Norman que Minerva.

-¿Entonces no debería llamarte Minerva?.-Dirigí mi mirada al camino.-Oliver me comento que debía referirme como "Jefe" o "Minerva" hacia ti. Todos lo hacen.

-Tú no eres todos.-El albino también había dirigido su mirada al camino.-Es agradable escuchar esas etiquetas de los demás. Pero no me siento cómodo cuando lo haces tú.

-¿Y por qué será?.-Intente no mirar al chico.

-Te veo diferente, es solo eso...-El chico suspiro.-¿Ya llegaremos, no?.-Desvío el tema.

-Sí... solo falta salir del templo...-Lo miré involuntariamente.

-Es bueno escuchar eso...-Esbozó una pequeña sonrisa.-Les comunicaré a Don y Cislo para comenzar a prepararnos.-Norman sin emitir alguna palabra se dirigió hacia los chicos.

Volví a observar el camino, algo confundida. Suspire hondo y decidí reprimir todas aquellas emociones que salían de mí.

Aún no era el tiempo para explotar.

El Mundo del Neverland | The Promised Neverland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora