Capitulo 1. Un nuevo comienzo

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Las nubes amenazaban con desatar una gran tormenta a plena luz del día. Revise el pequeño reloj que estaba colgado en la habitación.

"6:25 de la tarde"
Él tiempo había volado.

Después de haberles comunicado a Violet y Norman de nuestra cooperación en la investigación, se desató en ellos una gran ola de energía y felicidad. O se puede decir que solo en Violet.

Esperábamos pacientemente él coche que nos había recogido a mi y a Nat de nuestra casa. Contemplaba las pequeñas gotas de agua que caían del cielo, sentada junto a la gran ventana del lugar.

Mientras que por otro lado Nat y Violet se encontraban planeando algunas cosas del viaje, algo que realmente no me importaba, cómo todo lo que tenía al alrededor.

Tantas emociones me rodeaban en esos momentos, estaba demasiado nerviosa, demasiado incrédula. Me había enterado de muchas cosas en estas 11 horas, cuando la verdad había venido hacía mí. Estaba desesperada.

Desesperación que una cuarta persona de la habitación lo había notado y no dudo en sacarme de todos mis pensamientos.

—¿Todo va bien?.—Preguntó Norman algo serio.

—Si.—Lo miré, él se acerco hacia mí.—Todo va bien.

—No mientas. Se que no estas bien.—Norman había dirigido su mirada a las gotas de lluvia que no paraban de caer.—¿Qué te tiene así?.

Tú, Violet, Nat, el libro, todos me tenían demasiado estresada y aún así no paraban de llegar más sorpresas.

No conteste aquella pregunta, sabía que no podía mentirle a Norman. Se enteraría tarde o temprano por si solo, no había alguna manera de decirle que no me pasaba nada.

—No lo entenderías Minerva.—Respondí sin darle más detalles ni explicaciones, él no las necesitaba. Sólo recibí un suspiro de su parte.

—Parece que llovera. ¿No lo crees?.

—Si.—Asentí ante su pregunta.—Pero no me molesta. Al contrario, me encantaría que siguiera lloviendo.

—Vaya, quien lo diría.—Él albino volvió a suspirar.—Y pensar que de niños no te gustaba la lluvia.

—Es cierto.—Guarde mis palabras por algunos segundos.—Pero todos cambiamos.

Otro silencio volvió a llenar la habitación. Ninguno de los dos sabía como empezar una verdadera conversación sin generar alguna discusión. Sin vernos como un problema.

Si realmente queríamos mejorar nuestra relación, uno tendría que dar el primer paso.

—Y...—Fui la primera en tomar la palabra.—¿Cómo te ha ido en estos años... Norman?.—Mi mirada aún seguía en la ventana, era algo incómodo estar con él.

—Me ha ido bien. Pude realizar algunos planes que tenía en mente.—Respondió algo cortante.—¿Y tú?. ¿Cómo te ha ido en estos años?.

—Bien. Ha sido interesante y divertido trabajar con niños.—Conteste.

—Me alegra escuchar eso.

Si, otro silencio volvió a nuestra conversación. Los minutos que pasaban se volvían en décadas para mi. El coche aún no llegaba y eso comenzó a molestarme.

—Violet me dijo que un equipo de exploración y tú fueron al Templo.—Volví a romper aquella incomodidad en nosotros.—Me preguntaba en qué condiciones estaría actualmente.

—Estaba algo destrozado.—Norman respondió con dificultad.—Y se caía a pedazos sinceramente. No creo que siga en pie actualmente.

—Oh.—Entone aquella expresión algo neutra.—Me imagino, supuse que no sería igual que en mi última visita. Aunque eso fue hace años.—Sonreí.

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