Capitulo 2.1 Comienzo

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—Ya casi llegamos a la residencia. ¿No estás feliz Emma?.—Él pelirrojo preguntó algo emocionado.—Él señor Robert me dijo que era una casa muy bonita, y aparte esta localizada en un lugar con mucha vegetación.

—¿Él señor Robert?.

—Es él chófer.—Nat sonrió y yo solo asentí.

—Eso suena bien.—Le respondí.—El lugar debe ser perfecto para dos personas.—Nat solo asintió.

—Claro que si.—Sonrió con un cierto brillo en sus ojos.—Aparte, tenemos un gran jardin. ¿Eso no es increíble?.

—Seguro.—Miré al chico para escuchar toda la información que me compartía.

Me daba cierta felicidad ver todo el entusiasmo que tenía Nat hacía la nueva residencia que pasaría a ser "nuestra" por poco tiempo.

Era una de las primeras veces que veía al chico tan emocionado. Me alegraba saber que uno de los dos disfrutaba demasiado está aventura.

Llevábamos media hora en el carro. Eran alrededor de las ocho de la noche, el sol ya se había metido y aún seguíamos en el automóvil.

—¿Y el señor "Robert" no te dijo algo más?.—Pregunte.—No lo sé. ¿Algo aparte de la residencia?.

—Hmm.—Nat me miró pensativo.—Me dijo que nuestro equipaje ya estaba en la residencia... También me sugirió que no nos preocuparamos. Todo estaba arreglado. ¿Verdad señor Robert?.—Comentó Nat.

La pequeña ventanilla que nos separaba de los asientos se abrió de poco a poco. Una figura masculina se asomó por el retrovisor.

—Tiene razón joven Nat.—Menciono el señor.

El señor Robert no era una persona grande ni tan joven, parecía ser un adulto promedio. Probablemente sería nuestro acompañante durante estos días.

—Robert es él encargado de mantener la residencia limpia y estable. Es como el dueño del lugar.—Menciono Nat.—Fue la persona que se apunto para darnos un lugar en donde descansar.—Él pelirrojo sonrió.

—Eso suena bien.—Correspondi a su sonrisa.

Nat no espero ni un segundo para seguir hablando con el mayor. Sabía que el "Señor Robert" había entrado en la zona de confianza del pelirrojo. Y eso era lindo. Aunque intentaba mantenerme lo más tranquila posible ante el viaje.

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Miraba la vegetación que nos rodeaba tranquilamente, llevábamos más de 2 horas en al automóvil, por lo que me sentía cansada y aburrida.

Nat había dejado de charlar con el señor Robert durante algún rato, el sueño y la tranquilidad del lugar lo habían vencido por completo.

Pasábamos y pasábamos miles de árboles, todos iguales y el camino aún no terminaba para llegar a la residencia. Y por lo que pude percibir, la zona sería algo calmada y tranquila.

—Oye Nat...—Intente mover al chico, quien estaba recostado en los sillones.

—¿Qué pasa?.—Dijo en un bostezo mientras se removía en el lugar.

—No me digas que ya te cansaste.—Lo miré divertida.—¿Sabes cuándo llegaremos?. Te prometo qué éste lugar me dejará loca.

—Aún no lo sé.—Menciono fastidiado, intentando que sus ojos no se volvieran a cerrar.

—No puedes quedarte dormido, estarás muy cansado cuando lleguemos a la residencia.—Reí en susurros.—Y se que no querrás bajar tú equipaje.

—Ya entendí.—Nat intento reincorporarse en su asiento.—Entonces mañana iremos a la base 3. Que cansancio.

El Mundo del Neverland | The Promised Neverland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora