Eran las cuatro de la mañana, salí de mi habitación sin hacer el más mínimo ruido posible.
Ya había pasado una semana desde mi encuentro con aquel demonio misterioso en el bosque.
Norman y yo habíamos estado manejando una pequeña investigación para explicar aquellos sucesos que habían estado apareciendo desde aquel día.
Se podría decir que las cosas en aquel lugar habían empeorado con nuestra visita, o así pensábamos Minerva y yo.
La actividad repentina en la zona y las pocas apariciones de estas bestias cerca de las aldeas humanas alertaban a los grupos líderes, esto alertaba a Norman.
Un tema que se quedó en boca de los jefes de caza y líderes de expediciones/investigaciones.
Fue una semana dura para ambos, mientras yo me quedaba en la búsqueda de más información importante junto a mi nuevo grupo, Minerva se encargaba en la seguridad de todas las comunidades que estaban en sus manos.
Con todo esto en nuestras espaldas, Minerva tuvo la idea de crear una investigación apartada, una búsqueda de la cual nos encargaríamos nosotros dos.
Todo empezó con pequeñas visitas a su oficina de veinte minutos, hasta pasar a grandes horas de estudio a cualquier cosa que nos conectara con el problema.
Esto no me causaba alguna incomodidad, al final yo me había metido sola en el asunto y no permitiría que nadie más lo hiciera.
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-Abrí la puerta del comedor suavemente, sin que esta rechinara y despertara a nadie, esta vez el encuentro sería en aquel lugar.
Tan solo di unos pasos para encontrar a Minerva acoplado en la punta de la mesa con tres libros a la mano.
—Buenas noches.—Me acerqué hacia una de las sillas más alejadas de él.
—Buenas noches.—Sonrió.—Llegaste temprano.—Revisó su pequeño reloj de mano.—Diez minutos más temprano que ayer.—Soltó una pequeña risa.
—No es fácil salir de una habitación llena de hombres.—Me senté e intenté tomar un libro de la mesa.
—Supongo que los ronquidos de Oliver y Nat cubren toda la habitación.—El chico suspiro.—¿Aún no han sospechado nada?.
—Aún no.- Lo miré mientras negaba con mi cabeza.—Aunque Gilda y Don me han estado interrogando demasiado estos días.
—¿Por qué?.—Norman enfocó su atención en mí por algunos segundos.—¿Lo saben ya? O... ¿Piensan en algo?.
Volví a negar ante su pregunta, esta vez poniendo mi atención en el pequeño libro que tenía en mis manos.
—Solo que les parece raro que me desaparezca por algunos minutos y termine saliendo de tu oficina.—Norman rio ante aquella confesión.
—Ray y Anna hacen lo mismo.—Suspiro algo cansado.—Suelen llamarme la atención cuando sucede ese tipo de situaciones. Vincent y Bárbara hacen lo mismo.
—¿Vincent aún no lo sabe?.—Llamé la atención del chico.—Lo he visto más estresado en estos días.
—Lo sabe, pero solo los temas de conversación que hay entre los otros seis líderes más.—Desvío su mirada.—Te prometí no contarle a nadie más de nuestra situación.
Un pequeño silencio apareció entre nosotros, mi mirada aún seguía en los libros y las pequeñas anotaciones que hacía en mi pequeña libreta.
—Entonces... ¿Aún se han presentado casos de demonios cerca de las aldeas?.— Pregunte incómodamente.
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El Mundo del Neverland | The Promised Neverland
FanfictionDespués de una gran pelea entre los jóvenes de Grace Field, Emma se entera que su nombre está escrito en el gran libro sagrado de los demonios, queriendo saber más del tema y tratando de encontrar más explicaciones, se adentra con sus compañeros al...