El Mundo del Neverland | The Promised Neverland

Capítulo 3.4 Oh again

Hoy era una mañana poco normal como otras. Estar sentada desde temprano en un escritorio no era mi rutina, pero no me molestaba en lo absoluto.

Ya habían pasado cinco días desde mi regreso a la base, por recomendación de Anna y Zack se había pedido un descanso al "estar tan abrumada con mi trabajo".

Lo que hacía era sencillo, sentarme por cuatro largas horas para revisar algunos datos que recibíamos de otros líderes de aldeas.

Estábamos a mitad de semana y eso significaba la partida de algunos chicos hacia sus antiguos campos.

Tener tanta atención por parte del equipo era abrumante. No me habían dado la oportunidad de poder investigar o saber de algunos temas externos sin tener sus ojos en mí.

Era difícil, pero sabía que podría superarlo.

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—¿Cómo te encuentras hoy?.—Menciono Bárbara mientras entraba a la habitación con una gran caja en sus manos.

—Bien.—Dejé algunos papeles en la mesa.—¿Cómo se encuentran con la investigación?.

—Puedo decirte que va normal, aunque Norman decidió pausarla.

—¿Pausarla?, ¿por qué?.—La miré mientras me levantaba de mi sitio y me dirigía a ella.

—Hoy algunos dejan la base para visitar sus zonas.—Bárbara dejo la caja sobre otra mesa, mientras sacaba algunos libros.

La habitación en la que trabajaba servía de oficina para los chicos de Lambda, aunque solo era usada por Vincent y ahora por mí.

—Lo había olvidado.—Le sonreí mientras miraba los libros que iba dejando.—Y sabes sí...—Ambas nos miramos.—¿Norman o alguien de nuestros superiores también deje la base estos días?.

—No lo creo. Aunque...—La chica se acercó a mí.—Según entendí, el jefe les estaría dando la salida a las personas menos importantes en la investigación.—Susurró.

—¿Están haciendo un nuevo grupo?.—Respondí también bajo.—¿Y sabes quienes son los integrantes?.—La chica negó.

—No, pero es seguro que dirán algo. Vincent me lo comento ayer. Así que no muchos dejaran la base.

—Suena raro.—Miré hacia nuestro alrededor y me acerqué más.—¿Sabes por qué estaba reduciendo el número?.

—Por cómo va la situación y los problemas que se van acumulando para el jefe. Supongo que solo quieren a las personas capacitadas para terminar rápido el proyecto.—Bárbara y yo nos miramos por algunos segundos para seguir con nuestro trabajo.

Las acciones y movimientos que trazaba Norman en este proyecto se volvían cada vez más raros y no era la única que lo notaba.

Desde la pausa de mis actividades hasta la salida repentina de algunos chicos comenzaba a confundirme.

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—¡Termine!.—Mencione algo aliviada mientras dejaba los papeles en el escritorio.

—¿De revisar?.—Bárbara me miró, yo negué.

—No, mis cuatro horas terminaron.—Me levanté de mi asiento algo cansado.—Iré a la biblioteca.

—No creo que sea posible.

—¿Por qué lo dices?.

—Bueno-.—Antes de que Bárbara pudiera seguir hablando un pequeño golpe en la puerta, ambas nos miramos.

—¿Esperabas a alguien?.

—No.—La castaña también se levantó de su asiento. Ante su respuesta solo me limité a tomar la manija y abrir la puerta con cuidado.