Día 22, poderes

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—Nunca dejes que nadie sepa quien eres en realidad —dijo su madre acariciando su mejilla.

El pequeño de ojos claros miró a la mujer con el ceño levemente fruncido pero asintió, era algo que siempre le repetía y no sabía muy bien porque, no había nada de malo en ser como era, ¿verdad?

Los años pasaron y Viktor tuvo que entender a las malas a qué se refería su madre con esas palabras, la gente tiene miedo de lo que desconoce.

—Oye, Volkov, vamos, ha salido un aviso —dijo Greco saliendo de la comisaría, él estaba fuera, apoyado en una pared fumando un poco mientras su compañero hacía los trámites necesarios para encerrar al delincuente que acaban de atrapar.

No respondió, simplemente tiró el cigarro y lo apagó pisándolo. Caminó metiendo las manos en los bolsillos hasta el coche y se subió en el asiento del copiloto, no tenía ganas de conducir ahora mismo.

El aviso era un robo a una tienda común o eso pensaban, llegaron y aparcaron el coche, justo cuando estaban listos para salir la radio sonó y la voz de Conway se escuchó.

—Quiero que uno de los patrullas vuelva a comisaría, irán los agentes del FBI.

Los dos se miraron sin entender muy bien qué quería decir aquello, los federales no solían meterse en nada y mucho menos en un simple robo a tienda, tenían cosas más importantes que hacer.

Poco después un patrulla negro llegó, aparcando justo al lado del suyo. De él bajaron dos agentes con el uniforme del FBI y enmascarados, solo se podían ver sus ojos.

—Buenas —saludó Greco, tan sociable como siempre.

—Hola, espero que podamos hacer esto sin demasiados problemas —habló uno de ellos, él otro simplemente se acercó a la puerta del establecimiento—. Mi compañero G se encargará de las negociaciones, si no os importa.

Ambos negaron, a fin de cuenta ellos eran como sus superiores, no iban a negarles hacer el trabajo como quisieran. El tal G se acercó con las manos en los bolsillos.

—Son ellos, avisa a la bruja. —Su compañero puso los ojos en blanco pero agarró la radio para hablar.

—Aquí agentes H y G, confirmamos que los delincuentes del atraco son los que buscamos, procederemos con las negociaciones y los llevaremos a dependencias federales cuando estén bajo arresto —explicó.

—Está bien, H, querido, ten cuidado, son peligrosos. —La voz de una mujer respondió y H asintió—. Y ten cuidado con los agentes de policía, si nos podemos evitar sustos mejor.

H suspiró pesadamente y tras asentir por radio miró en dirección al otro, que lo miraba esperando para saber qué hacer.

—Dale, G, haz lo tuyo.

Ni siquiera respondió, solo se acercó a la puerta y comenzó a hablar, Volkov frunció el ceño, había algo raro en ellos, se fijó en el agente que estaba con ellos, con los brazos cruzados de forma despreocupada mientras el otro agente hablaba, era como si para ellos todo fuera fácil.

—¡Hay tirador! —avisó por radio G mientras los atracadores salían del local y se dejaban esposar tranquilamente.

Greco y Volkov se miraron sin entender nada, normalmente los delincuentes no se entregaban de esa forma, sobre todo si tenían un tirador.

Antes de que pudieran decir algo H se dio rápidamente la vuelta con su arma fuera y apuntó al tejado, disparando y dando a una persona al instante, aunque tal vez en una zona no importante ya que los disparos comenzaron.

Rápidamente se cubrieron con los patrullas, de alguna forma H parecía saber exactamente donde estaba ya que disparaba sin que el pulso le temblara y Viktor estaba seguro de que nunca fallaba ninguna bala.

Halloween with you ~VolkacioHorrorMonth~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora