Día 26, disfraces

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—Haremos una fiesta de disfraces —anunció Conway haciendo que todo el mundo lo mirara un poco extrañado.

El superintendente siempre era muy malhumorado y de repente proponía hacer algo tan poco propio de él como una fiesta, además de disfraces, tal vez se debiera a la cercanía de Halloween y el espíritu divertido del mismo.

Volkov no se podía creer lo que estaba oyendo, jamás hubiera imaginado que Conway propusiera algo tan fuera de lugar como una fiesta de Halloween.

—Conway, ¿de qué va todo esto? —preguntó Volkov cerrando la puerta del despacho una vez este se fue para el mismo.

—¿Qué quieres decir? —preguntó llevando la vista a unos papeles que tenía sobre el escritorio.

—¿Por qué de repente dices de hacer una fiesta de disfraces? —Se cruzó de brazos, no entendía lo que pasaba por la mente de su superior.

Este suspiró y se quitó las gafas de sol para mirarlo con el ceño fruncido.

—Michelle cree que es una buena forma de unir a todos, sobre todo teniendo en cuenta que hay nuevos alumnos, dijo que ayudaría a mejorar el ambiente de trabajo, o algo así, a mí tampoco me hace gracia pero es lo que hay.

Volkov sabía que siendo una orden de ella no quedaba de otra que aceptar así que salió del lugar sin decir nada más, no quedaba de otra que aguantarse y buscar de qué disfrazarse.

El temido día llegó, la fiesta se iba a realizar esa misma noche y Conway y Volkov habían pedido ayuda a Greco para encontrar qué diablos ponerse que sirviera como disfraz. Cuando llegaron al sitio cada uno tenía su disfraz, a Conway solo le había puesto unos cuernos rojos falsos para decir que era satanás en versión trajeada y Volkov llevaba una camisa vieja ensangrentada con una AKA de plástico en la mano, un mafioso ruso.

—Esto es una gilipollez —dijo Volkov mientras se sentaba en la barra, suspirando, se veían patéticos así vestidos.

—Tienes razón, bebamos un poco y vayámonos cuanto antes —propuso Conway antes de pedir una copa de whisky para él y un vodka para el comisario.

Greco que vestía de medico asesino había desaparecido nada más entrar, lo vieron a lo lejos bailando con alguien que vestía de negro, no podían identificar quien era debido a la distancia y a la poca luz que había en la pista, siendo la oscuridad interrumpida por las luces de colores que bailaban con la gente.

Volkov bebía tranquilamente junto a Conway, intentando ignorar la estridente música que sonaba, parecía que todos se estaban divirtiendo así que suponía que la fiesta era todo un éxito y estaba cumpliendo su misión de unir más a los agentes.

De la multitud vio salir a alguien, vestía de negro pero sus piernas estaban a la vista debido a la corta falta que llevaba, Volkov tragó saliva al ver al chico de cresta colorida acercarse hasta él con esa mirada que parecía que le decía "voy a comerte"

—Hombre, Volkov, papu, ¿qué hacéis aquí? —dijo en tono elevado para que lo pudieran escuchar sobre la música.

Se acercó a la barra en donde estaban sentados, quedando entre ambos y se apoyó en la misma, haciendo que su falda se levantara un poco y que la mirada de Volkov se desviara de forma inconsciente hasta su trasero.

—¿De qué cojones vas vestido? —preguntó Conway.

—¿No lo ves? —Se separó de la barra y dio una pequeña vuelta, estaba vestido completamente de negro con decoraciones en blanco, además en su cuello colgaba un rosario—. Soy una monja, una monja putoncilla —dijo como si fuera obvio y volvió a apoyarse en la barra.

—¿Una monja? —susurró Volkov aún en trance, sin poder despegar la vista de ese vestido ceñido que parecía subirse cada vez más pero encajar perfectamente con el cuerpo del alumno.

—¿Y Gustabo?

—Viene de cura, venimos a juego, aunque por desgracia parece que a él le van a quitar el disfraz antes que a mí —dijo mirando a Volkov, notando como su vista estaba perdida en un sitio concreto de su cuerpo—. O puede que no... —continuó moviendo un poco las caderas.

Volkov despertó en ese momento de su letargo y miró a Horacio que sonreía de forma coqueta mientras seguía con ese movimiento de caderas.

—Voy a fumar —dijo de repente poniéndose en pie y saliendo de allí casi corriendo.

—¿Qué le pasa a este ahora? —preguntó Conway dispuesto a seguirlo, pero Horacio lo paró negando con la cabeza.

—Voy yo, quédese aquí bebiendo.

Conway observó como Horacio iba detrás de su comisario y suspiró dando un sorbo a su whisky, negó con la cabeza, divertido.

—Aquí hay tema.

Horacio abrió la puerta sintiendo el frío en su cuerpo, se estremeció y buscó con la mirada al comisario que estaba apoyado en un muro fumando tranquilamente. Sus ojos se encontraron y Horacio se acercó hasta él con una sonrisa coqueta.

—¿De qué vas vestido, comisario? —preguntó apoyándose en el mismo muro temblando un poco.

—De mafioso ruso... —comentó sin mirarlo y Horacio se rió.

—¿En serio? Has ido a lo fácil.

—¿No tienes frío? —Cambió de tema.

—Sí, pero el disfraz me queda demasiado bien, esperaba ya sabes, que alguien me lo quitara y cuando menos ropa mejor —respondió en un tono coqueto y Volkov lo miró de reojo.

El ruso soltó el cigarro y lo pisó, metió las manos en los bolsillos y miró a Horacio que temblaba un poco de frío.

—Será mejor que entremos y bailes un poco para entrar en calor.

Horacio sonrió y se acercó hasta él, puso la mano en su hombro y se acercó a su oído poniéndose de puntillas.

—Si quieres puedes seguir mirándome el culo mientras bailo, comisario, por mi encantado.

Se separó de él y comenzó a andar de vuelta a la fiesta donde la música y el alcohol seguía, a Volkov le hubiera encantado decir algo pero lo único que pudo hacer es seguirlo hacía el interior y para qué engañarnos, volver a bajar la mirada hasta su culo.


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Otro relato más, estoy subiéndolos muy seguidos pero es que son algo cortitos, ya solo quedan cinco relatos más para terminar de subirlo todo.

En fin, nos vemos en el siguiente día ✨(っ◔︣◡◔᷅)っc(◕︣◡◕᷅c)✨

Halloween with you ~VolkacioHorrorMonth~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora