La mañana había empezado mal, se había despertado diez minutos antes de que la tediosa alarma sonara porque se había caído de la cama, dándose un golpe que sin duda lo despertó por completo.
Decidió que ya que estaba despierto debía ir a darse una ducha, no es que siguiera adormilado, simplemente el día anterior había llegado tan cansado que ni siquiera se había duchado.
Se desnudó con parsimonia y encendió el grifo del agua caliente, esperó un poco para entrar a que el agua caliente llegara, por desgracia no lo hizo. Salió del baño diciendo todos los insultos en ruso que se sabía ya que ducharse con agua fría en pleno invierno no era tan buena idea.
Después de vestirse y comprobar que su tiny seguía durmiendo decidió ir a la cocina a hacerse un café y preparar algo para desayunar, el pequeño lo regañaria si no lo hacía.
Abrió la nevera y frunció el ceño, buscó la leche pero no la encontró.
—¿Es en serio? —se quejó pasándose las manos por la cara, hoy sin duda no era su día.
Tomó una larga respiración y contó hasta diez para calmarse, no se podía creer todo lo que le estaba pasando y aún ni siquiera había empezado el día para él. Caminó hasta la habitación y escuchó a su pequeño tiny cantar desde la ducha, ya que podía oír como sonido del agua.
Esperó mirando las noticias en el celular a que su alma gemela estuviera listo, lo cual solía ser bastante tardado, por ello solía hacer el desayuno mientras ya que escoger la ropa y maquillarse era una odisea para el pequeño en ocasiones.
Media hora después la pequeña puerta se abrió, saliendo por ella un pequeño con cresta azul y atuendo colorido.
—¡Vik, buenos días! —dijo tan enérgico como siempre y con una sonrisa haciendo que el comisario lo tomara con cuidado para dejar un cariñoso beso, el sol ya había salido para él.
—Buenos días, моя маленькая. —El tiny comenzó a dejar besos por todo su rostro haciendo que se riera por las cosquillas, el día había empezado mal pero su tiny siempre sabía sacarle una sonrisa incluso en los momentos más difíciles.
—¿Qué haces esperándome? ¿Ya hiciste el desayuno? —preguntó mirando sus ojos azules, el mayor negó con la cabeza.
—No, hoy vamos a desayunar fuera. —Pudo ver como el rostro del contrario se iluminaba por completo, adoraba desayunar fuera.
—¡Vamos, antes de que se llene de gente, no quiero que llegues tarde al trabajo!
Salieron de la casa listos para ir a su cafetería favorita, era temprano así que no debía haber demasiada gente, o eso pensaban ellos hasta que entraron por la puerta y vieron el local completamente lleno de gente.
—No me lo creo... —murmuró Volkov comenzando a estar cansado de su suerte aquel día, parecía que el mundo estaba en su contra por alguna razón.
—Vamos, no te preocupes, podemos pedir para llevar y lo comemos en la comisaría. —Intentó animar tiny Horacio que estaba cómodamente asomado desde el bolsillo de su camisa.
Asintió, Horacio tenía razón, no pasaba nada por desayunar en la comisaría, no sería ni la primera ni la última vez que lo hiciera. La enorme cola se hizo corta gracias a las ocurrencias de su alma gemela.
Cuando salieron de la cafetería con su pedido fueron directos a la comisaría, entraron por ella escuchando el estruendo que había dentro, al parecer habían ocurrido una oleada de robos en la noche y mucha gente estaba allí para poner la denuncia pertinente.
—¡Volkov echa una mano a Rodríguez, está desbordado! —ordenó Conway nada más verlo entrar haciendo que suspirara.
Se puso de servicio y fue junto a Greco que se encontraba intentando poner orden junto a unos alumnos que no eran capaces de tener la velocidad necesaria en estos momentos. Dejó a Horacio sentado en el mostrador para que pudiera tomar las galletas que le había comprado para el desayuno mientras atendía a la gente.
Para cuando terminó su café estaba completamente frío y ni siquiera tenía apetito para degustar las galletas que había comprado. Caminó arrastrando los píes hasta su despacho y se dejó caer en la silla soltando un largo suspiro.
—Tranquilo, Vik, seguro que todo va mejor ahora —animó Horacio viendo lo decaído que se veía su alma gemela, sin duda no estaba siendo su día.
Volkov asintió, no muy seguro de que eso fuera así, parecía que el día iba cada vez a peor pero debía mantenerse fuerte, aún quedaba una larga jornada laboral.
Mientras intentaba disfrutar de las galletas y su café casi congelado la puerta se abrió dejando ver a Conway con unos papeles en la mano, VIktor nunca había sido creyente pero por unos segundos rezó para que eso no fuera papeleo, para su desgracia sus plegarias no fueron escuchadas.
Horacio ya no sabía qué hacer para que Viktor se animara, estaba siendo un día espantoso para el comisario y su humor parecía decaer con el paso de las horas, era inevitable. Había terminado de hacer el dichoso papeleo y de repente habían salido mil y una alerta, haciendo que tuviera que ir de un lado a otro de la ciudad.
Llegó a la comisaría cansado, arrastrando los píes y deseando quitarse de servicio e ir a su casa a dormir, no podía creer lo largo que estaba siendo ese día, parecía que llevaba sin dormir años. Cuando abrió la puerta el ruido que era normal en la entrada hizo que bufara y se decantara por salir a fumar un cigarrillo.
Se apoyó en la pared y encendió el cigarro bajo la mirada acusadora de su alma gemela, esperaba que le dijera que debía dejar de fumar pero no lo hizo.
—¿No vas a decirme nada? —preguntó después de dar una calada y miró al pequeño en su hombro que negó con la cabeza.
—Hoy no... —Al tiny no le gustaba para nada que fumara pero podía entender perfectamente que hoy o se fumaba un cigarro o se tiraba por la ventana y sinceramente el pequeño prefería la primera opción.
Cuando el cigarro ya iba por la mitad y ambos se mantenían en un tranquilo silencio viendo a la gente pasar un coche paró frente a la entrada de la comisaría, donde ellos se encontraban.
La puerta del copiloto se abrió dejando salir a un rubio que parecía bastante enojado por algo en concreto, cuando la puerta del conductor se abrió Viktor dejó caer al suelo el cigarro que aún no había terminado.
Un chico de cresta roja se bajó con un tiny en las manos, ambos parecían ir vestidos a juego pero Viktor no pudo darle demasiada importancia a aquello ya que seguía en shock. Cuando los recién llegados notaron su presencia se quedaron quietos mirándose, sin poderse creer lo que el destino había hecho, dos almas gemelas se encontraban de una forma tan casual que parecía un chiste.
—Buenas, venimos a poner una denuncia —dijo el chico de la cresta con una gran sonrisa que el ruso no dudó en imitar.
Ahora entendía porque había tenido un día con tan mala suerte, había estado acumulando la buena suerte para ese momento en concreto en el que, después de tanto tiempo preguntando cuando conocería a su alma gemela, este aparecía frente a sus ojos.
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Este relato lleva escrito bastante, he esperado a tener muchos más para ir subiendo, esta semana me quiero terminar el reto pero ha sido un poco complicado por mi situación actual, voy a terminarlo ya por cabezona a pesar de que ya haya terminado el mes.
En fin, nos vemos en el siguiente día ✨(っ◔︣◡◔᷅)っc(◕︣◡◕᷅c)✨
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Halloween with you ~VolkacioHorrorMonth~
FanfictionSerie de one-shots del reto de twitter Volkacio Horror Month. Iré subiendo uno al día a lo largo de todo el mes de octubre, cada día tendrá una temática diferente. Otra pequeña aclaración a hacer es que pueden combinar y/o adaptar cualquiera de las...