Avery
¿Qué se supone que haré ahora? En un segundo todo pasó de estar bien a desvanecerse ante mis ojos. Son tantas cosas que ni siquiera sé por dónde empezar a solucionar problemas.
Todo me duele.
Acabo de perder la confianza de mi mejor amiga. Pero no es solo eso, he caído en la realidad de que Liam y yo no podemos estar juntos, al menos no como queremos.
Necesito hablar con él.
Necesito que me abrace.
Necesito que me diga que todo va a estar bien.
Necesito que me diga que se va a quedar conmigo a pesar de todo.
Hundo mi rostro en la almohada empapando la tela con mis lágrimas.
Tic.
Tic.
Tic.
El sonido me hace prestar atención. Levanto un poco la cabeza para escuchar mejor.
Tic.
Tic.
Tic.
Es mi ventana, de eso estoy segura. Me fijo la hora rápidamente. Son las cuatro de la mañana. Joder. No he pegado un ojo.
Salgo de la cama y me asomo a la ventana temerosamente después de abrirla. Antes de que pueda hacer nada, la figura de Liam entra a mi habitación tambaleándose. Contengo el aire y el corazón se me acelera. Retrocedo un paso.
—Liam ¿qué carajo estás haciendo aquí?
—Pues... verás mi pequeña, he pasado los últimos veinte minutos tirando piedritas a tu ventana pero tú me ignoraste así que pensé que debería abrirme camino yo solito para entrar a tu habitación... así que... tomé la escalera... casi muero —suelta una risita—. ¿Lo ves? Estaba dispuesto a caerme de la escalera para dormir contigo. Las cosas que haría por ti, mi pequeña —murmura acercándose más para acariciar mis mejillas.
Los ojos le brillan. Me quedo estática por un segundo, observandolo. Está borracho. Alarga las palabras y pestañea constantemente. El corazón me pesa en el pecho y vuelvo a tener la necesidad de seguir llorando.
Joder.
—¿Has estado llorando, pequeña? —pregunta repentinamente alzando mi rostro. Voy a negarlo, pero no tiene sentido y es muy probable que no recuerde nada de esto mañana—. Dime que no es por mí. Por favor.
Me quedo callada. No puedo. No es solo por él, pero sí es una parte importante.
—Nunca llores por mí. No gastes tus lágrimas conmigo.
—Liam, no puedes estar aquí. Debes ir a casa —cambio de tema.
—No seas así, cariño. Estoy muy cansado, solo quiero dormir.
—No estás cansado, estás jodidamente borracho. Ve a casa.
Suspira y desciende sus manos a mi cintura para apretarme contra él. Mi respiración se agita, volviéndose superficial.
—Por favor, nena. Déjame quedarme contigo una noche más.
¿Una noche más? ¿Qué significa eso? Sonó como si quisiera decir, la última noche. ¿Por qué?
Me sonríe de lado.
—¿Qué harás ahora, Avery? ¿Aún quieres que me vaya? —susurra acomodando mi cabello detrás de mis hombros. Mi cuerpo se encoge ante sus caricias.
¿Por qué siento que está intentando decirme otra cosa?
—Deberías ir a tu casa.
—Si he venido aquí es porque quiero estar contigo ¿no crees?
Deja de mirarme así por favor, que se me derrite el corazón.
—Ahora me quieres, mañana te olvidarás. Y yo quiero que me quieras siempre Liam, no solo de a momentos —murmuro, aterrada por su respuesta.
Me clava la mirada, apretando los labios. Sus dedos se escabullen debajo de mi pijama para pasearse por el largo de mi espina dorsal.
Mierda.
Sus labios están a punto de chocar con los míos cuando me inclino levemente hacia delante.
—Yo te quiero siempre Avery —asegura.
Muy lindo lo que dices, pero me encantaría que me lo digas mañana.
—Estoy muy cansado, nena y lo único que quiero es dormir abrazado a ti, ¿podemos hacer eso? Por favor. Fue un día muy largo.
Suspiro.
—Solo porque yo también estoy cansada y no tengo ganas de lidiar contigo ahora —acepto.
—Genial.
Sin más se quita las zapatillas y la camiseta para luego tirarse en la cama.
Intento que mi vista no se pierda en su cuerpo.
—Ven aquí, pequeña —dice palmeando el espacio a su lado.
Ruedo los ojos ocultando una sonrisa y me acuesto con él.
Lo siento sonreír cuando pasa su brazo por sobre mi cuerpo, dejándonos frente a frente.
Nos miramos. Me acaricia sin percatarse de ello. Sus dedos dejan dibujos a lo largo de mi piel erizada.
—Dormiría así todos los días si fuera por mí —susurra.
—También yo —acepto con una sonrisa.
—Hemos perdido tanto tiempo cariño —se lamenta acariciando mi rostro. ¿De qué habla? Puede ser que las cosas se hayan cocinado a fuego lento, muy lento. Pero ahora estamos aquí y traspasamos todas las barreras en nuestra relación. Todo explotó, es verdad. Pero eso solo quiere decir que la peor parte ya pasó ¿verdad? Ahora no tenemos que mentir más—. Ojalá las cosas fueran diferentes.
—¿Por qué dices eso?
—¿No lo crees así? Perdimos meses, casi años. Y ahora...
—¿Ahora qué? —frunzo el ceño.
Se queda en silencio, mirándome.
¿Qué intentas decirme Liam?
—Nada cariño, ya no sé ni lo que digo, no me prestes atención. Vamos a dormir.
Se acomoda otra vez. No pongo oposición.
Agradezco que la luz de la luna me permita observarlo cuando cierra los ojos. Es tan hermoso. Y por un segundo, ahora, parece completamente mío. Sonrío como idiota y me acurruco más contra él. Su respiración acompasada se refleja en el sube y baja de su pecho. Acaricio el tatuaje del ancla con delicadeza.
—Me gustas tanto, Liam —murmuro para mí.
Él sonríe, demostrándome que no está dormido como creí.
—A mí me vuelves loco, pequeña. La palabra gustar no le hace justicia ni de cerca a lo que siento por ti.
Sonreí otra vez y cerré los ojos, acostándome sobre su pecho. Liam me abrazó más fuerte.
—Espero que lo recuerdes cuando me vaya.
Creí escuchar antes de quedarme dormida.
.....................
¡Aquí nueva actualización!
Ellos dos me duelen. Su relación es demasiado complicada.
Solo voy a advertir: se está acercando lo doloroso de esta historia.
¿Qué opinan?
Quiero agradecerles por estar acá, leyendo. Disfrutando/sufriendo conmigo.
¡Gracias por leer!
Nos vemos a la próxima, pequeños demonios.
![](https://img.wattpad.com/cover/312035102-288-k845991.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Limerencia [Libro 2]
Ficção AdolescenteAvery y Liam mantienen una relación algo extraña. Él es el hermano de su mejor amiga. Ella es la mejor amiga de su hermana. A él le encanta meterse con ella. A ella le encanta... él, le encanta él aunque tampoco lo soporta. ¿Qué podría salir mal...