Capítulo 3: Los Juegos Del Cazador

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Hoy me levanté a las 6:00 AM a entrenar desde muy temprano para los juegos a la medianoche, estoy en el patio de la casa que es muy grande practicando con una pistola que mi papá me regaló cuando cumplí quince años.

Estoy apuntandole a unas 10 botellas de vidrio que están a 6 metros de mí en el momento en el que estoy apuntando a la primera botella recuerdo unas palabras que me dijo mi papá cuando yo tenía 8 años.

—Debes enfocarte en tu blanco Alex, siempre, no te distraigas y aguanta la respiración el más mínimo movimiento hará que tú puntería falle— me explica papá mientras sostengo un arma con mis pequeñas manos.

—¿Podré papá?.

—Claro que si mi pequeño eres un Spencer y los Spencer siempre pueden— le apunto a un cuervo que está parado en la cerca de la casa y hago lo que papá me explico, me enfoco en el cuervo, aguanto la respiración y... Pum disparé.

—Mira papá lo hice le di al cuervo, fue grandioso no falle en la puntería— brincaba de la felicidad en ese momento.

—Te lo dije Alex sabia que podrías solo necesitaba que lo hicieras por tu cuenta, eres mi pequeño asesino.

Como dijo papá, me paro muy derecho me enfoco en las botellas, aguanto la respiración para no hacer ni el más mínimo movimiento y en menos de 8 segundos le dispare a todas las botellas sin fallar ninguna.

Papá si que tiene la razón, noto movimiento por el rabillo de mi ojo, y es mi abuelo de seguro lo desperté con el ruido de las balas, aunque para el es música para sus oídos.

—Entrenando desde temprano?— me pregunta el abuelo.

—Sí, tengo que prepararme lo suficiente para los juegos.

—Me recuerdas cuando tenía tu edad, estaba muy nervioso por Los juegos del cazador, tenía mucho miedo de morir— me cuenta el abuelo.

—Pero después de todo, ganaste abuelo.

—Si, ese día maté 13 jóvenes— trago saliva al escuchar la cantidad de jóvenes que asesino el abuelo en un periodo de 1 hora que dura el desafío.

—Pues mataste muchos abuelo ¿No te da remordimiento cargar tantos muertes encima?— tenía curiosidad.

—No, la verdad es que no siento remordimiento después de los juegos del cazador me di cuenta que en este negocio tienes que matar o ser matado, y algo en mi cambio después de los juegos me hice inmune a la piedad, es como si quedaras dañado y ajeno a tener piedad por las personas— dice el abuelo con un tono serio y frío.

—A veces puedes llegar a ser muy frío abuelo ¿Lo sabes?.

—No es que sea frío, son mis años y experiencia en el negocio que me hicieron así.

El abuelo tiene razón, ser asesino hace que te hagas frío e insensible a casi todo.

—¿Ya terminaste de practicar Alex?.

—Me falta practicar con un cuervo— mi casa tiene una cerca que la rodea toda y siempre hay cuervos en toda la cerca, si de por si la casa es tenebrosa los cuervos parados en la cerca le da un toque macabro.

—Bueno que esperas Alex disparale a uno— dice el abuelo, así que me paro derecho, le apunto a uno que está más o menos a tres metros de distancia y me quedo lo más quieto posible y en cuestión de segundos el cuervo ya estaba en el suelo, muerto, lleno de sangre, el sonido de la bala corrió a los demás cuervos.

—Excelente tiro Alex, ahora ve y recoge a ese cuervo.

—Tranquilo abuelo, los demás cuervos no tardarán en regresar, siempre lo hacen, que se lo coman ellos.

Alex, el asesino joven © (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora