Ahí en un pequeño cuarto de un convento, Cole y yo estábamos planeando como asesinar a él padre, las monjas y a las discípulas.
—Dentro de unos minutos empezará el rezo en la capilla, ese es el momento exacto— me dice Cole con una pizca de astucia.
—Pero no podemos llegar y matarlos de inmediato, llegaremos a la capilla, haremos como si estuviéramos rezando con ellos y cuando se descuiden les disparamos— le digo a Cole demostrándole que soy más astuto que él.
—No es una mala idea y después matamos a los religiosos que dejé encerrados en mi Ferrari— me dice Cole. Yo lo pienso por un rato pero al final concuerdo con Cole, es mejor no dejar testigos.
—Está bien, mataremos a los religiosos que están en tu Ferrari— le doy la razón a Cole.
No sé cuánto tiempo estuvimos en el cuarto planeando lo que íbamos a hacer, lo único que se es que ya a pasado media hora y es hora del rezo en la capilla.
—Es hora ¿Nos vamos?— le pregunto a Cole mientras agarro el pomo de la puerta para abrirla e irnos a la capilla.
—Nunca antes estuve tan alegre de hacer una orden— dice Cole mientras sonríe de una forma macabra.
Con mi mano en el pomo, la abro y salimos del cuarto. Bajamos las escaleras sigilosamente pero no había nadie en los pasillos ni en las aulas.
—Todos están en la capilla— le digo a Cole mientras caminábamos por los pasillos asegurándonos que así fuera.
—Al parecer sí.
Al final de un pasillo estaba la capilla, era como una iglesia pero más pequeña, era antigua y anticuada. Estábamos parados en la puerta y efectivamente todos estaban ahí, estaba el padre Faustus, la monja Irene, las discípulas y otros religiosos.
—¿Estás listo?— le pregunto a Cole antes de entrar a la capilla.
—Nunca antes había estado tan listo— dice Cole y entramos, todos estaban rezando silenciosamente, se escuchaban susurros de lo que rezaban.
Nos arrodillamos detrás de unas bancas de la capilla porque todos estaban arrodillados y queríamos parecer uno de ellos.
—Nunca he sido religioso pero... Tenemos que rezar también, al menos al principio— le digo a Cole y el hace una mueca.
—Solo un poco nada más— dice Cole y juntamos las palmas y empezamos a rezar con los demás.
—Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosostros perdonamos a quienes nos ofenden, no nos dejes caer en tentacion...— se pausa Cole y me parece extraño.
—¿Por qué no continuaste?— le pregunto y el sonríe macabramente antes de decirme. —¡Es ahora! Y que venga el mal ¡amén!.
Cole se para de inmediato y yo hago lo mismo, nadie se dió cuenta de nuestra presencia y eso era mejor. Cole mete la mano dentro de su hábito y saca las dos pistolas, al ver la rapidez de Cole procedo a hacer lo mismo.
Con nuestras armas en las manos empezamos a disparar sin piedad alguna.
Cómo todos estaban arrodillados era fácil dispararles en sus cabezas, en los primeros disparos la monja Irene, unos novicios y 7 discípulas cayeron a el piso del impacto de bala en sus cabezas. El padre Faustus se lanzó a el piso y se escondió debajo de una banca.
—¡Hermanos! ¿Que están haciendo? Esto esta mal ¡Es imperdonable!— grita el padre Faustus mientras está escondido debajo de una banca.
—Nosotros no somos novicios— le digo a el padre y Cole se acerca a la banca dónde está escondido el padre y le pone la pistola en su frente, antes de dispararle le responde a la pregunta que el hizo.
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Alex, el asesino joven © (COMPLETO)
Mistério / SuspenseAlex podría ser encasillado como un joven cualquiera, pero oculta un peculiar y siniestro trabajo. ** TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS A DANIEL FONSECA NO ACEPTO ADAPTACIONES NO TOMES ESTA HISTORIA COMO TUYA, YA QUE ES OBRA DE MI IMAGINACION Y TRABAJO ...