Alex, el asesino joven © (COMPLETO)

Capítulo 6: Los abogados de Centervale

—Hillary mi familia se dedica a... El comercio de vino, si de vino, mi papá, mi abuelo y mi hermano son comerciantes, compran vino aquí y lo distribuyen a otras partes del país es por eso que viajan mucho

Fue lo mejor que se me ocurrió, no puedo decirle la verdad a Hillary de que mi familia y yo somos asesinos y le trabajamos a el mafioso más poderoso del pueblo y del estado, si se lo digo entrará en pánico y pensará que está en peligro conmigo y el jefe la mandará a asesinar por saber el secreto y a mí por contárselo, es mejor que ella siga creyendo que mi familia son comerciantes, para que todos seamos felices.

Nada puede salir mal ¿No?.

—¿Por qué no me lo habías dicho antes amor? Siempre tienes un misterio con las cosas que hace tu familia que pensé que hacían algo horrible, pero comerciantes de vino eso no me lo esperaba.

Menos mal que Hillary si se creyó lo del comercio, por poco llegué a pensar que sospechaba con haber dicho que pensaba que mi familia hace cosas horribles.

—¿Y desde cuándo tu familia trabaja en el comercio del vino?.

—Desde hace muchos años, yo también empezé en el negocio hoy a las 6 tengo que hacer una entrega a Centervale de unas botellas que le encargaron a mi papá.

—Amor ¿Y en qué te vas a ir a Centervale?.

—En el carro de mi papá, si te estás preocupando por si llego tarde te digo que trataré de llegar lo más temprano posible a mi casa.

—¿Me lo prometes?.

—Te lo prometo.

—Alex te amo demasiado y si algo llega a pasarte me muero— si tan solo Hillary supiera que cada vez que tendré una orden del jefe arriesgo mi vida en ella.

—Me envías un mensaje cuando llegues a tu casa, para saber que llegaste bién.

—Tranquila lo haré.

**

El día transcurrió como cualquier otro, pasé toda la mañana y parte de la tarde en casa de Hillary, solo fuí un breve momento a mi casa para bañarme y cambiarme de ropa para hacer el encargo que el jefe me ordenó.

Ya estoy afuera del restaurante, estoy vestido totalmente de negro no me gusta vestirme de colores cuando tengo que asesinar, es como si no me tomara mi trabajo enserio, volteo a la esquina y Pamela viene llegando a dónde estoy, la veo y definitivamente ella es muy bonita, tiene unos jeans negros ajustados, con una franela blanca, una chaqueta de cuero negra y unas botas negras, tiene mucho estilo para vestirse.

—Hola Alex ¿Estás listo para la misión?.

—Siempre estoy listo.

—Oye! Te quería pedir una disculpas por lo de ahora perdón si te incomodé con mi coqueteo pero es que eres un chico muy guapo y no pude evitarlo.

—Tranquila, no es nada— le digo con un tono neutral, Pamela es muy bonita y todo, pero solo tengo ojos para Hillary.

—A el que sí le gustaste demasiado es a Cole, el se siente atraído hacia tí.

Cole no me parece mala persona, pero si el piensa que por más que me coquetee y me haga cumplidos le haré caso está muy equivocado, primero tengo novia y segundo no me atraen los hombres.

—Alex, yo siendo tú mantengo mi distancia con Cole, para no darle falsas esperanzas, además el me da una vibra extraña no sé cómo explicarte pero siento que Cole guarda algo muy perverso.

Iba a responderle pero en ese momento llega un Ferrari a dónde estamos nosotros, la ventana se abre y Cole se asoma por ella.

—¿Les gusta mi carro? Vengan suban— el abre la puerta de alante y Pamela se acerca para entrar al Ferrari, pero Cole la detiene.