Alex, el asesino joven © (COMPLETO)

Capítulo 19: El rompimiento

Alex

Llegamos a Denixford, durante todo el camino estuve gravemente preocupado por Hillary, me aterraba la idea de que la informante la estaba vigilando, me asustaba la idea de que la informante la pusiera en la mira del jefe, me atemorizaba la idea que ella se enterara a lo que me dedico y me aborrezca por eso.

Por otra parte también me preocupaba Sabrina, los pocos días que lleva viviendo en mi casa me he dado cuenta que es una chica maravillosa, pero ella sabe a lo que me dedico y ella está con mi abuelo el cuál la va a proteger.

Pero a Hillary ¿Quién la va a proteger? Nadie, yo soy el único que la puedo proteger y mantener a salvo. El simple hecho de que se entere de mi verdadero trabajo me revuelve el estómago.

También me siento culpable, si no fuera mi novia nadie la estuviera vigilando.

Cole se estaciona en mi casa y yo me bajo con rapidez de su Ferrari. —Alex ¡Espera!— me dice Cole, me volteo para mirarlo mejor y que me diga lo que me tenga que decir.

—¿Qué?— le digo de forma cortante porque tengo mucha prisa por saber que Hillary y Sabrina estén bien.

—Ten cuidado, si Pamela es la informante, significa que el jefe te tiene en la mira a tí— me advierte Cole y yo no le hago mucho caso.

—Por Hillary soy capaz de enfrentarme a el jefe y todo aquel que se me atraviese— le digo y me despido con la mano, el se va y yo entro a la casa.

Cuando entro encuentro un gran vacío en la casa.

¿Dónde están mi abuelo y Sabrina?.

Afortunadamente Sabrina viene bajando las escaleras, me alivia saber que está sana y salva.

—¡Sabrina!— le digo aliviado al verla que este bién.

—¡Alex! Una chica me venía persiguiendo en un carro negro, lo cuál me pareció muy extraño— me dice Sabrina algo agitada.

—¿Pudiste verla? ¿Cómo era?— le pregunto inquietado por saber si es Pamela o no.

—Era de cabello negro, blanca y usaba lentes de sol.

Eso no resuelve mucho mis dudas.

—Desearía saber tanto la identidad de esa chica— le digo a Sabrina y ella me mira con duda, como si estuviera apunto de preguntarme algo.

—Esto es algo de tu trabajo ¿Cierto?— Sabrina está en lo correcto.

—Sí, pero no estoy seguro el ¿Por qué?.

—Tranquilo, la chica no me hizo nada, solo me pareció raro que me estuviese siguiendo, eso es todo, no le des más vueltas a el asunto— me dice Sabrina tratando de que no le importancia a lo de la informante.

Pero me preocupa Hillary.

—No solo te vigila a tí... También a mi novia— le digo a Sabrina y ella se asombra ante lo que dije.

—Entonces si es grave el asunto, no sabía que a ella también la estaban persiguiendo.

—Persiguiendo no, la vigilan en su casa.

—¿Qué?.

—Como lo dije, la vigilan en su casa y eso a mí me tiene muy preocupado— admito porque siento una gran preocupación por la seguridad de mi novia.

—Tienes que ir a verla, asegurarte que ella esté bién— Sabrina tiene razón y eso es lo que tengo que hacer.

Sin embargo, siento que falta alguien.

—¿Dónde está mi abuelo?.

—Durmiendo, comió demasiado en el almuerzo y se fué a descansar— me dice Sabrina y me alivia que mi abuelo no lo vigila esa chica de cabello negro.