Capítulo 12: Los Spencer son macabros

30 13 1
                                    

No lo podía creer, que hace ella aquí, mis ojos quedaron sin parpadear al ver a Sabrina en mi sala.

—¿Sabrina, pero qué haces aquí?— le digo, todavía asimilando que Sabrina, supo en dónde vivo.

Te equivocaste Cole, Sabrina si supo localizarme.

—Vine a devolverte tu suéter— me dice Sabrina, con una sonrisa en su bonita cara, mientras yo todavía no entiendo, cómo logró encontrarme.

—Alex, está jovencita es un encanto, me ha contado lo muy agradecida que está contigo, por haberla salvado— me dice mi abuelo, que al parecer, Sabrina le ha caído muy bien.

—Sí, Alex, ¡Qué bendecido eres! De tener un abuelo, como el señor Spencer.

—Gracias Sabrina— le digo, mientras me siento en el gran sofá, junto a mi abuelo y a Sabrina.

—Sabrina, ¿Cómo supiste en dónde vivo?— no me aguantaba la curiosidad.

—Despues que me fuí del bosque, me dispuse a saber más sobre tí, sentí la necesidad de devolverte tu suéter, que amablemente me prestaste, pregunté por todo el pueblo, qué si sabían en dónde vivías tú.

—¿Y quién te dijo en dónde vivo?.

—Llegué a una cafetería, y le pregunté a una mesera que si conocía a un joven, alto, blanco, rubio y atractivo, llamado Alex, al momento que te describí, ella supo quién eras, y me dijo que tú apellido es Spencer, y que vives en una casa apartada en las afueras del centro del pueblo, y así fué como te encontré— me dice Sabrina.

—Guao, deberías ser detective— le digo a Sabrina, ella se ríe un poco por mi comentario.

—Sí, yo creo, bueno, aquí tienes tu suéter, está lavado y planchado— ella me pasa el suéter y por un segundo toco su mano, la aparto de inmediato, al sentir el toque de su cálida y suave mano.

—Sabrina, ¿Te quedarías a cenar con nosotros?— le dice mi abuelo a Sabrina.

—No lo sé...— dice Sabrina, dudando de la propuesta que le hizo mi abuelo.

—Vamos quédate, es de mala educación rechazar a un anciano— le dice mi abuelo a Sabrina.

—Bueno, me quedaré señor Spencer, solo porqué usted insiste.

—Ven, pasa a el comedor— le digo a Sabrina, y nos dirigimos a el comedor y nos sentamos.

El abuelo empieza a servir, y Sabrina lo mira con preocupación.

—Lo ayudaré a servir, señor Spencer.

—Esta bién, yo sirvo el spaghetti y tú te encargas de las albóndigas— le dice el abuelo a Sabrina, y se ponen a servir.

Yo me quedo sentado en el comedor, mientras observo como Sabrina sirve la cena con mi abuelo, veo a Sabrina qué está de perfil mientras sirve la comida, mi abuelo se voltea y me dice algo, moviendo sus labios, pero sin producir sonido alguno.

Es todo un encanto.

Yo le sonrió de lado, Sabrina se acerca con los platos servidos y mi abuelo viene con unos cubiertos, ponen tres platos en la mesa y los cubiertos para cada uno de nosotros.

El abuelo y Sabrina, se sientan en la mesa y nos ponemos a comer.

—¿No hacen una oración? Antes de comer— pregunta Sabrina.

—No, ¿Para qué?, En esta familia somos mundanos, no seguimos ninguna religión, y Dios no acepta nuestro trabajo— le dice mi abuelo a Sabrina

—Cierto, es porqué son asesinos— le dice Sabrina a mi abuelo.

Alex, el asesino joven © (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora