𝐏𝐔𝐍𝐓𝐎 𝐆! | No hay ninguna forma de amor que no encierre una pizca de odio ¡!❞
Donde Ainara González se encuentra enamorada del chaval más insoportable que ha cruzado su camino. A pesar de ser alguien desafiante, cuyo carácter resulta difícil d...
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❝ CAPÍTULO TRES └ ⠀⠀mónaco* ˚ ✦
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Después de arreglarnos para salir, noté que Pedri estaba un tanto molesto, aunque sinceramente no logré descifrar por qué. Sin embargo, una vez que nos pusimos en marcha, su actitud pareció relajarse un poco. Decidí que más tarde hablaría con él para aclarar las cosas.
── Todos listos, ¿eh? ── Pablo asintió mientras estaba al lado de Sara, quien no se despegaba ni un segundo de él.
── Vale, pues pidamos un taxi y nos vamos. ── Sara sugirió, dirigiendo su mirada hacia Gavi, quien respondió con una sonrisa.
── No hace falta, iremos en mi coche. ── Pedri dijo esto un tanto incómodo, algo que Pablo notó de inmediato.
Gavi se encaminó hacia la puerta, abriéndola para salir del departamento. Sara lo siguió, luego yo y detrás de mí, Pedri.
Pablo cerró la puerta y caminó a mi lado hacia el ascensor. Mientras avanzábamos, Pablo se acercó y me dijo algunas palabras en voz baja.
── Oye, Ainara... ── Gavi caminaba un poco más rápido para ponerse a mi lado. ── Lo siento. ── Traté de interrumpirlo, pero continuó. ── Quiero disculparme por mi comportamiento. He intentado coquetear contigo, pero Pedri me ha pedido que te respete, y creo que está un poco molesto por eso. ── Gavi miró hacia Pedri, quien estaba charlando con Sara sin prestarle mucha atención.
── Ah, entiendo. ── Respondí en voz baja. ── No te preocupes por eso. ── Dejé de mirarlo y seguí caminando. En ese momento, Sara presionó el botón del ascensor, que pronto llegó.
Cuando el ascensor abrió sus puertas, Sara no dejó de hablar, especialmente ahora que Gavi estaba con nosotras. Bajamos hasta el estacionamiento y nos dirigimos hacia los coches que trajeron, con Pedri abriendo la puerta para que nosotras subiéramos.
Una vez dentro del vehículo, cerraron las puertas y nos dirigimos a una discoteca.
── ¿Podeís pasarnos las sudaderas? ── Preguntó Gavi, quien iba en el asiento del copiloto. Sara reaccionó rápidamente y les entregó las sudaderas. Ambos se las pusieron y cubrieron sus cabezas con las capuchas para pasar desapercibidos.Pasamos por las calles de la ciudad hasta llegar a nuestro destino.
