𝐏𝐔𝐍𝐓𝐎 𝐆! | No hay ninguna forma de amor que no encierre una pizca de odio ¡!❞
Donde Ainara González se encuentra enamorada del chaval más insoportable que ha cruzado su camino. A pesar de ser alguien desafiante, cuyo carácter resulta difícil d...
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❝CAPÍTULO VEINTICINCO └ La última canción* ˚ ✦
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Mientras me hallaba acurrucada en sus brazos y las lágrimas caían, tuve la premonición de una despedida inminente. A pesar de no quererlo, eso era exactamente lo que estábamos haciendo: nos estábamos despidiendo.
Cuando amamos, aprender a dejar ir lo que nos aferra es un proceso complejo. Es algo para lo que no estamos preparados hasta que nos encontramos en esa experiencia. Nos vemos envueltos en una situación de dependencia que hemos alimentado sin apenas darnos cuenta.
Me sentía lista para tomar la decisión que cambiaría el rumbo de mi vida. Estaba preparada para los cambios que me harían ser más consciente de que cada momento es único e irrepetible. Sabía que, con el tiempo, retenerlo solo nos causaría más sufrimiento, pero también era consciente de que era algo a lo que tendríamos que adaptarnos y vivir con ello, especialmente por un error que yo misma había cometido. Era momento de enfrentar las consecuencias y aprender de ellas.
── Pablo.── Logré articular entre sollozos mientras me alejaba de su abrazo, su mirada penetrante clavada en mí como un faro en la oscuridad. Mis palabras parecían resonar en el aire cargadas de un peso que amenazaba con desgarrar mi pecho.── Hay algo que necesito confesarte.── Mi voz temblorosa apenas lograba sobreponerse al torrente de emociones que me embargaban.Las lágrimas desdibujaban mi visión, pero no podían ocultar mi tormento interior. No podía evadir la necesidad de explicarle lo inexplicable, el dolor que había causado.── Esa noche, cuando descubrí esos mensajes... me follé a Pedri.── Cada palabra pronunciada era como un puñal en mi corazón y en el suyo.
El brillo en los ojos de Pablo, antes atento y cariñoso, se desvaneció para dar paso a una expresión de desilusión profunda. Sus ojos, enrojecidos por el dolor, reflejaban el quebranto de alguien que veía su mundo derrumbarse. Sus labios temblaban, luchando por encontrar las palabras mientras su garganta parecía aprisionada por un nudo de emociones indescriptibles.
── Ya.──Fue lo único que logró articular, apartando la mirada y ocultando el dolor tras un velo de resignación y fragilidad en su voz.
── Te lo quería decir porque me corroía la culpa, me pesaba más de lo que podía soportar. ── Reconocí, mis palabras apenas audibles entre el temblor de mi voz. Un nudo en mi garganta parecía bloquear cada sílaba.── He juzgado tus acciones, pero yo misma caí en el mismo error.── El eco de mi arrepentimiento resonaba en mis palabras.
