❝ CAPÍTULO VEINTIDÓS
└ ⠀presintiendo el final* ˚ ✦Los minutos parecían evaporarse en un suspiro cada vez que compartía esos momentos preciosos con Pablo. Cuando estábamos juntos, el reloj se convertía en un mero espectador de nuestra conexión. La comodidad nos abrazaba en mi habitación, donde él reposaba su cabeza sobre mi pecho mientras mis dedos jugueteaban con la suavidad de su cabello.Y es que realmente no necesitábamos estar hablando, ya que por mi parte al menos disfrutaba mucho de su compañía, simplemente su presencia me llenaba o eso era lo que creía.
No había necesidad de palabras en ese instante; nuestros cuerpos y corazones hablaban en silencio. Era el descanso tras una jornada agotadora para ambos. Pablo solía llegar a mi departamento después de su exigente entrenamiento, y el agotamiento se hacía palpable en cada músculo de su cuerpo. En esos momentos, mi espacio se convertía en su refugio, donde el cansancio se desvanecía al abrazar la calidez de nuestra complicidad.
El silencio se llenaba de suspiros compartidos, de miradas que transmitían más de lo que las palabras podían expresar. Era un ritual que se repetía, donde el tiempo se diluía en la placidez de nuestro afecto mutuo. Cada caricia era una canción de amor, una melodía que resonaba en el eco de nuestros latidos.
Así, en ese rincón de mi habitación, los días se volvían eternos y efímeros al mismo tiempo. Eran los pequeños instantes los que construían la narrativa de nuestro amor, un amor que florecía en la sencillez de esos momentos compartidos.
── Ahora soy yo quien descansa sobre ti.── murmuró Pablo mientras se mantenía recostado en mi regazo. Mis ojos, antes perdidos en pensamientos dispersos, se posaron en él, en ese joven de cabello castaño que, con delicadeza, acariciaba una parte expuesta de mi abdomen.
── Actúas como un niño pequeño.── respondí, observando detenidamente sus gestos.
── Si soy un chico, ¿no deberías prestarme otras atenciones?── continuó, levantándose ligeramente para encontrarse con mi mirada. Sus manos, que antes trazaban suaves caricias en mi vientre, se desplazaron hacia mis senos, transmitiéndome claramente sus insinuaciones.
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𝐏𝐔𝐍𝐓𝐎 𝐆! ━━ pablo gavi.
Hayran Kurgu𝐏𝐔𝐍𝐓𝐎 𝐆! | No hay ninguna forma de amor que no encierre una pizca de odio ¡!❞ Donde Ainara González se encuentra enamorada del chaval más insoportable que ha cruzado su camino. A pesar de ser alguien desafiante, cuyo carácter resulta difícil d...