LAURA
Llevamos toda la vida juntos, en el mismo grupo de amigos, en la misma clase y prácticamente en el mismo barrio.
Formamos nuestra "pandilla" desde infantil, éramos los 4 contra el mundo durante toda la etapa del colegio, pero tuvimos que separarnos para entrar a la universidad. Después de eso cada uno formó su vida y nos reencontramos después de quedadas esporádicas en los años de estudio.
Mi historia con Carlos es complicada, me ha gustado desde el comienzo del grupo y entre nosotros siempre ha habido mucha tensión. Durante años esa era nuestra dinámica, tentarnos y darnos señales contradictorias a ver quien cedía antes. El problema es que ninguno de los dos lo hizo.
Nuestra relación se fracturó cuando un día, de fiesta, tuvimos una gran discusión. En la discoteca él estaba arriba, en nuestro reservado rodeado de chicas, y a pesar de esto solo tenía ojos para mí. Yo estaba abajo, bailando con un chico que acababa de conocer, dejé de mirarle unos segundos y cuando volví la mirada de nuevo tenía la lengua metida en la garganta de una rubia.
Se me puso muy mal cuerpo y se me quitaron las ganas de bailar, subí arriba a por mi copa, tratando de no darle un puñetazo en su cara perfecta, pero no me controlé lo suficiente porque en cuanto se alejó la rubia y le vi los labios rojos e hinchados mi margarita estaba por toda su cara.
Igual es un poco excesivo pero no podía aguantarlo más. Debería haber hecho algo, hablarlo o directamente besarlo pero tomé la opción más violenta. Como es de esperar él se enfadó y nos tiramos los trastos a la cabeza. Desde entonces prácticamente no nos hemos visto ni vuelto a hablar.
Acabé magisterio y conseguí plaza en el colegio en el que crecimos y los primeros días me recorría la nostalgia de volver a los mismos sitios en los que pasamos tan buenos momentos.
Hace unos días recibí una invitación de Jaime para pasar el fin de semana en su casa, conocer a su hija y disfrutar unos días con los niños y su mujer.
CARLOS
Ella es todo lo que siempre quise y nunca tuve, jamás encontré el valor necesario para decirle lo que sentía. Pensé que en algún punto ella haría algo, pero lo que no me esperaba era que me tirara su copa por la cara al verme besándome con otra. Discutimos y nos dijimos cosas, nos echamos en cara comportamientos y acciones y cada uno se fue por su lado, sin avisar al resto del grupo.
No supe nada más de ella hasta que la ví en alguna de las quedadas de la pandilla, aunque trataba de coincidir lo menos posible conmigo y la relación ya no era la misma, pero lo que nunca cambió es lo que yo seguía sintiendo por ella.
La carrera de arquitectura no fue nada fácil y menos sin poder pasar tiempo con los chicos y con ella, se me hizo un poco cuesta arriba pero al final lo conseguí, hice un master en ADE y monté mi propia empresa de diseño y construcción que actualmente tiene numerosos clientes.
Mientras cerraba el último proyecto sentí el móvil vibrar en mi bolsillo y cuando vi la foto de Jaime con la bebé se me removió el corazón. Acepté la invitación de pasar unos días con ellos y aunque los niños acaban con mi energía, pasar unos días con ellos no me puede apetecer más.
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La nieve no siempre es fría
RomanceSe conocen desde siempre y han sido inseparables desde que sus vidas se cruzaron cuando entraron al colegio. Años y muchas quedadas después se reúnen para pasar el fin de semana en la casa de la montaña de uno de ellos y conocer a la bebé que acaba...