Capítulo 18

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6 meses después (junio)

JAIME

No hemos parado de vernos, al volver al buen ambiente del grupo hemos hecho un montón de planes juntos. Hemos visitado el zoo con los niños, el parque de atracciones y hemos salido a comer. Hemos ido al cine y hemos hecho fiestas de pijamas en casa de todos.

Laura y Carlos se mudaron juntos a los pocos días de volver de aquel fin de semana de hace unos cuantos meses en mi casa.

Una de las veces que nos juntamos todos fue para la boda de Lucía y Pablo. Fue un evento precioso, ella estaba impresionante y tenía a su lado a Laura y a Marta como damas de honor que también estaban radiantes.

Pablo el pobre no podía estar más nervioso pero en cuanto la vió entrar al final de ese pasillo toda vestida de blanco y caminando hacia él derramó unas cuantas lágrimas, nosotros no estuvimos como padrinos a pesar de que Pablo nos lo pidió porque vinieron de sorpresa sus amigos y les dejamos a ellos esa importante tarea. Eso sí, menuda despedida de soltero organizamos entre todos.

Estuvimos en el cóctel y la comida posterior, los niños se portaron increíblemente bien y estábamos en una mesa cercana a la de los novios. Después pasamos a la fiesta y para ser tan pequeñajos los terremotos aguantaron hasta bien entrada la madrugada jugando entre ellos y bailando, Isabel se quedó dormida en su carrito y por suerte pudimos disfrutar.

Esto seguro de que cuenod todo acabó tuvieron una noche de bodas maravillosa y con mucho sexo.

De ese ruidoso y duro que les gusta.

Se fueron de luna de miel unas semanas después y volvieron bronceados, relajados y felices. Ahora estamos todos de viaje.

¿Os acordáis de aquella escapada que empezamos a organizar en mi casa mientras estábamos atrapados por la nieve? Pues cerramos todo, miramos fechas y cogimos el avión hasta nuestro destino paradisíaco, Punta Cana.

Estamos bajo el sol tumbados en hamacas escuchando el mar de fondo, se oyen pájaros en los altos árboles y voces lejanas provenientes del chiringuito.

Abro los ojos y miro hacia los lados, a mi izquierda está Marta con un precioso bikini mostaza con florecillas y a mi derecha hay una retahíla de cuerpos. Están, por orden de más cercano a más lejano: Lucía, Pablo, Carlos y Laura. Ellas llevan bikinis al igual que Marta, el de Lucía es rojo y el de Laura negro, ambos les sientan de maravilla pero la mas guapa es sin duda mi mujer.

Pablo lleva un bañador rosa con flamencos, muy de su estilo y acorde con su obsesión por el color rosa y Carlos lleva otro bañador de color azul oscuro con estampado de hojas en color verde. Vuelvo a cerrar los ojos y me relajo disfrutando de la paz.

CARLOS

Me despierto cuando siento a Laura moverse en la tumbona a mi lado, abro los ojos justo para ver cómo se pone boca abajo y se acomoda para dormir un rato más.

Su precioso culo está a la vista, me levanto para sentarme sobre él y procedo a darle un masaje en la espalda.

Emite ruidos de placer y me pongo un poco de protector solar en las manos para esparcirlo por su espalda.

-Desátame el top- dice ella.

-Ni de coña. Tus tetas son mías y solo mías, no quiero que nadie más las vea- respondo serio.

-No quiero tener marcas del bikini en la espalda. Suéltalo, nadie va a ver nada-

Resoplando hago lo que me dice porque sé que no tengo tanta autoridad sobre ella y no busco controlarla aunque sé que puedo hacerlo prueba de ello son nuestras noches de sexo maravilloso y alocado.

La nieve no siempre es fríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora