LAURA
Me despierto lentamente para darme cuenta que estoy completamente atrapada por los brazos de Carlos, estamos enmarañados en la cama bajo las sábanas y yo necesito ir al baño.
Hago el amago de levantarme pero su voz me detiene.
-Ni se te ocurra irte todavía-
-Tengo que ir al baño- hablo.
-Y yo tengo que seguir durmiendo contigo-
-Carlos venga, suéltame-
Solo consigo que me abrace más fuerte.
-Porfavor, necesito ir al baño- suplico.
-Y yo necesito dormir- insiste.
-Carlos-
-Vale vale, pero rapidito-
Salgo como las balas y en menos de 1 minuto estoy tumbada en la cama de nuevo. Me acurruco con Carlos y se pone a hacerme cosquillitas en la espalda, me estoy quedando dormida cuando suena la alarma en el móvil.
-Tengo que irme- digo separándome de él.
-No vas a ningún lado- argumenta atrapándome contra él más fuerte.
-Los niños me esperan-
-Pues que esperen un poco más porque ahora eres mía- comenta antes de besarme.
Después de liarnos como adolescentes me separo de él, le doy un beso más y me dirijo hacia el baño.
-Duerme un poco más-
-Va a estar complicado sin tenerte a mi lado-
Entro al baño con una sonrisa tonta y cierro la puerta, me desvisto y doblo el pijama, me doy una ducha rápida antes de peinarme y hacer mi rutina de cremas, salgo con el pijama en la mano y lo dejo bajo mi almohada. Al acercarme a la cama veo que Carlos tiene los ojos cerrados y deduzco que está dormido de nuevo.
Voy para el armario y saco la ropa del día, nada muy espectacular, unos simples leggings negros y una camiseta lila.
Busco mi sujetador pero no lo encuentro por ningún lado hasta que me giro para encontrarme a Carlos girandolo en el aire mientras me mira con una sonrisa divertida.
-Dame eso-
Niega con la cabeza sin dejar de sonreír.
-Voy tarde para conectarme a la videollamada- argumento.
-Si tanto lo necesitas ven a por el-
Actuar con indiferencia siempre funciona.
Me pongo la ropa interior y los leggins con la toalla envuelta todavía sobre mi cuerpo y vuelvo a abrir el armario para coger algo que Carlos no se espera. Me acerco a la cama con paso decidido y me siento a su lado, me inclino sobre él y uno nuestros labios.
-No juegues si no estás seguro de que vas a ganar- digo al separarme mientras levanto lo que llevaba en la mano.
Otro sujetador negro como el que tiene él en sus manos descansa sobre las mías, me alejo antes de que pueda atraparlo y dándole la espalda dejo caer la toalla al suelo.
Me giro para provocarlo y está con la boca abierta, me pongo el sujetador y termino de vestirme. Voy hacia la puerta y antes de salir me giro.
-Ya que estás, échalo a lavar. Gracias- digo antes de cerrar a mis espaldas y dejar a un Carlos descolocado en la cama.
Me preparo una taza de café rápido y voy a la biblioteca, enciendo el portátil y me conecto con los niños que me saludan con una sonrisa.
Llevo una hora y media hablando con ellos y me están contando lo que hacen en clase mientras yo no estoy cuando alguien habla.
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La nieve no siempre es fría
RomanceSe conocen desde siempre y han sido inseparables desde que sus vidas se cruzaron cuando entraron al colegio. Años y muchas quedadas después se reúnen para pasar el fin de semana en la casa de la montaña de uno de ellos y conocer a la bebé que acaba...