Capítulo 7

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LUCÍA

Subimos las escaleras riéndonos de algo que dice Carlos, vienen todos por detrás porque nos vamos a acostar, no es ni muy pronto ni muy tarde, una hora perfecta para irse a dormir y tener un buen descanso.

Todavía hablamos un rato estando cada uno en puerta, como niños en una excursión del colegio que retrasan lo máximo posible la hora de irse a dormir. Cuando por fin nos damos las buenas noches y entramos en la habitación, todas las puertas se cierran a la vez.

Nos ponemos el pijama y nos lavamos los dientes, aprovecho y obligó a Pablo a que haga algo de skin care para cuidarse algo más la piel, si no fuera por mi y mi obsesión por las cremas y cuidarme la piel sé perfectamente que él viviría a base de crema de afeitar y dando gracias.

-Date algo de crema- digo cuando terminó de aplicarme el serum de noche.

-Que pesadita con las cremas-

-Luego me lo agradecerás-

-Me meto en la cama contigo y es como estar durmiendo abrazado al Primor-

Río ante sus ocurrencias.

-Pablo, es importante cuidar la piel. Es una de las partes que más expuesta está, si no la que más, a todo nuestro día a día, sol, contaminación, lluvia, cambios de hormonas...etc. Ponte solo crema aunque sea-

-No- niega rotundamente mientras trata de escapar del baño.

Agarro su brazo

-No tan rápido señorito. Solo un poquito y ya, prometo que dejo de molestar-

-¿Te callas para siempre sobre este tema?-

-Más quisieras, solo por hoy-

Suspira resignado -bien, vale, solo un poco-

Normalmente no me deja, así que aprovecho su respuesta y le pongo tres puntitos de crema que no darían ni para hidratar un garbanzo pero es que si no se queja.

Me quedo esperando a que se decida a extenderselos por la cara.

-Si vas a dar el coñazo por lo menos haz bien tu trabajo- comenta.

-Tu lo que quieres es que te haga un masaje-

-No-

-Si-

-No-

-Si-

-Calla y masajea- dice llevando mis manos a su cara.

Le obligo a levantarse antes de extenderle la crema y le llevo a la cama, hago que se tumbe boca arriba y me siento a horcajadas sobre él, entonces comienzo a masajear mientras reparto la crema por toda su cara.

Siento bajo mis manos cómo se va relajando y cuando termino mi tarea en vez de hacer como las personas normales y tumbarme encima del colchón a dormir, lo hago sobre él.

Sus brazos me rodean y siento el latido de su corazón, constante y calmado, me duermo enseguida.

CARLOS

Laura se pone el pijama mientras yo estoy en el baño y cuando vuelvo a la habitación me la encuentro en la cama con el móvil.

-Mira- me enseña algo en la pantalla.

Leo atentamente el correo y la miro cuando acabo.

-Los padres de uno de mis alumnos me han escrito un correo dándome las gracias por mantenerme en contacto con los niños a pesar de estar atrapada aquí- explica.

Asiento.

-Nunca habían hecho algo así-

Vuelvo a asentir.

La nieve no siempre es fríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora