༺ ᗩᑕᗴᑭTᗩᑕIÓᑎ ༻

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Hye recibía mensajes de Jungkook, pidiéndole que contestará, las palabras en los textos le hacían querer hacerlo, pero si ella desaparecía de sus vidas, seguro él podría estar con su madre, podría ser feliz, aunque ella y su padre estuviesen sufriendo.

El Señor Bin, le dio un Penthouse al lado de la de él, había sido muy bueno y ella lo estimaba mucho, la culpa se la comía, si ella no hubiese ido a esa fiesta en el Bar, seguramente esto jamás habría pasado.

El hombre tocó la puerta, ella se dirigió para abrir, escondió su mirada, apenas lo vio, le daba vergüenza.

- ¿Qué harás ahora? -le dijo el hombre, mirando la ciudad oscura.

- Aún no lo sé, esto, es muy confuso.

- Él, le dejó muy en claro a tu madre que se enamoró de ti - Hye alzó la vista- yo creo que lo está

- No quiero verlo, no por ahora.

- Pero, se casarán en menos de un mes.

- ¿Crees que puedo hacerlo? ... Yo, lo quiero, mucho, pero, no puedo evitar pensar que en serio ellos sienten algo, la forma en que se miraban, como, anhelaban acercarse al otro.

- Hye, -soltó el aire de golpe- entiendo tu postura, pero fue antes de ti, y no se quedó con Young. Lo que quiere decir que te quiere, más de lo que piensas... Puede que en el pasado haya amado a tu madre, pero claramente, ahora, te ama a ti.

- Papá... Necesito dormir -pidió cabizbaja, el hombre beso la frente de ella y salió del cuarto.

La chica apagó las luces y sentada sobre la alfombra, viendo la noche, se quedó llorando en silencio.

El señor Bin tomo su teléfono comunicándose con su secretario, de manera urgente, él sufría por el amor de Afrodita, le dolía, pero más le dolía ver a su querida hija, sufrir por el chico que la eligió a ella.

Momentos después, su secretario le llamo de vuelta, entregándole lo que le encargó, y con el número en la pantalla se decidió a llamar.

No alcanzo a sonar dos veces cuando una voz desesperada contesto.

- ¿Hye?... ¿Eres tú?

- Señor Jeon...

-Señor Bin -dijo desilusionado- Lamento lo sucedido en su casa, no debí haber ido, y si me disculpa, necesito localizar a Hye.

- Sé donde está...

- Por favor, dígame qué me dará su ubicación.

- Hotel Maximus habitación 1098, daré la orden que en recepción le den una copia de la llave.

- Muchas gracias ... Juro que, haré lo que me pida.

- Solo, haga feliz a mi hija, y protéjala de su madre.

- Su petición está de más, pero lo haré, daría mi vida por ella.

Ambos varones colgaron, Jungkook giro la dirección y partió directo al hotel donde el señor Bin, es el dueño.

Jeon llegaba corriendo a la recepción, solo basto con dar su nombre para que la chica coqueta le diera una copia de la llave, hasta el mismo se asombraba de no seguir con aquellas indirectas o miradas deseosas, en él ya no le interesaba nada más que el bienestar, los besos y miradas de Hye.

Apenas recibió la tarjeta fue al elevador nervioso, sus manos sudaban, no sabía qué excusa dar, solo quería estrecharla en sus brazos y besarla hasta que ella dejara de dudar de sus sentimientos.

Cuando llegó al piso miraba en las puertas los números grabados, se quedó en el indicado, y sin dudar allego la tarjeta que abrió el seguro de la puerta.

Todo era oscuridad, en una de las ventanas pudo notar una sombra, se acercó sigiloso, tomo en sus brazos a la dormilona hermosa y la llevo a la cama.

Se tumbó junto a ella, la miraba con detención, acariciaba su rostro y notaba las lágrimas secas, sus ojos hinchados, el corazón le dolió al verla de esa manera, le cumpliría cada deseo que ella le pidiera con tal de obtener su felicidad.

No quería verla sufrir, mataría si fuera necesario a quien se atreviera a hacerle llorar, y ese, fue él.

Acercó su cuerpo junto al de ella, beso su frente y abrazo precavido, Amatista arrugó su seño, se acurrucó sobre su brazo y él la recibió con calidez.

- Quiero que seas feliz.

- Deseo -dijo entre llantos- Deseo que vayas con la mujer que amas.

- Cásate conmigo -ella asintió con lentitud y a pesar de que su respuesta fue positiva, Jungkook no esperaba que fuera en esas condiciones, ni siquiera sabía si ella aceptó porque le ponía feliz.

Simplemente, había dicho que sí, sin emoción alguna.

Decepcionante.

Ella aceptó solo porque lo ama, tenía la pequeña esperanza de que algún día, él dijera sus sentimientos, así como ella lo ha hecho, y aunque, se imaginaba una vida en la que siempre él buscaría a otras mujeres, por lo menos estaría a su lado.

Con eso le bastaba y sobraba, prefería mil veces que le fuera infiel, a perderlo y morir de pena. A ese extremo lo ama.

En su mente contaba a las mujeres que ya conocía, La secretaria, la gerente, IU, que era con la que más tiempo había pasado, y todas las que le faltaban conocer.

Compartiría a ese hombre, compartiría su amor, compartiría su tiempo, ya ni sabía si estaba segura de pasar el tiempo eterno a su lado, pues, a medida que los días, meses y años pasasen, aparecerían aún más mujeres atractivas con las que compartir.

Sintió la pena de su madre, él sería como su padre, ella, sería como la mujer que lo esperaría en casa, por un amor que jamás llegaría, por una felicidad condicional a los minutos que pasará con ella, compartiendo una cama sufrible.

¿Tendrían hijos? ... Esperaba que no.

No quería criar a un ser inocente en ese ambiente, no querría que si fuera niño fuera como él, y si fuera niña, no permitiría que le tocará un amor parecido al de ella.

Sintió sus caricias en su hombro, ya no hablaron más, pero los pensamientos de duda e intriga, existían en ambos.

Hye había cesado de llorar, él, quería decir muchas cosas, pero no sabía cómo hacerlo.

El sueño les ganó, y en esa posición durmieron plácidamente.














𝙳𝚒𝚘𝚗𝚢𝚜𝚞𝚜 𝙱𝚊𝚛  ୧𝚝𝚎𝚛𝚖𝚒𝚗𝚊𝚍𝚊୨   𝐉𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora