༺ ᑫᑌIᗴᗷᖇᗴ ༻

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Dicen que las mujeres heridas son las más vengativas.

Hye no creía eso hasta ahora.

Miraba el rostro de Jungkook con frialdad, en un momento de debilidad, acepto casarse con él, en su mente había muchas razones para que él quisiera seguir con ese asunto.

Una de ellas, quitarle todo lo que su padre algún día le heredara, pero eso no lo permitiría, con cuidado se levantó de su lado, su mundo dio vuelta un momento y al componerse camino directo a la Suite de su padre.

— Hola papá.

— ¿Cómo estás, cariño? —pregunto él haciéndole entrar, ella simplemente asintió con lentitud y determinación.

— Necesito hablar con el abogado Cho… ¿Piensas que pueda venir?

— Claro que sí… Lo llamaré de inmediato —y así lo hizo su padre, ella reflexionaba con la cabeza fría, recordó a su madre, y la punzada en su pecho se volvió odio.

— Volveré a casa —comunico apenas su padre cortó con la llamada— Volverás conmigo, tú la compraste, te pertenece —su padre la miro con escudriño.

— ¿Cómo supones que ella reaccione?

— No me interesa, así como a ella no le importó hacernos daño, tampoco nos debería importar su estabilidad.

— ¿Qué quieres decir?

— A que debería dejar de pagar sus caprichos, esos costosos vestidos y las cenas en restaurantes lujosos… No lo merece, y lo sabes.

— La amo…

— Yo también amo a Jungkook, pero no permitiré que se burlen de nosotros —ella lo miro con molestia— me casaré con él… Si él lo quiere lo haré, pero no le daré el matrimonio que él quiere, no lo esperaré cuando llegue de la oficina, no recibiré sus regalos y mucho menos compartiré mis bienes con él.

— ¿Me estás pidiendo que le pida el divorcio a tu madre?

— Eso solo lo debes saber tú, no me importa lo que hagas, solo quiero que sepas que siempre te apoyaré en todo.




Se quedaron en silencio unos momentos, ella pensando en lo que estaba haciendo, convenciéndose de que era lo mejor, él, sintiendo que las palabras de su hija, además de tener razón, tenían mucho odio.

La puerta fue tocada, el abogado había llegado, Hye le pidió preparar unos documentos en los que ella renunciaba a los bienes de Jungkook, y viceversa, era la única condición para seguir con la estúpida propuesta de matrimonio.

Eran de extrema urgencia, Jungkook se iría por la noche y quería dejar ese tema libre.

Cuando ya todo estaba dicho, ella pidió de comer en su habitación saliendo al pasillo y entrando por su puerta.

Perseo miraba a la ciudad, al escuchar entrar corrió a sus brazos apretándola con su pecho.

— Creí que te habías ido —dijo emocional— podría jugar que mi corazón se detuvo cuando no te vi.

— Solo fui con mi padre un momento —se apartó de él con frialdad, pero Kook no le soltó su mano

— Debemos hablar de lo que pasó ayer. — acarició su dorso con el pulgar— Quiero que entiendas…

— Yo… No quiero saber nada, Jungkook —escondió la vista de él— Mejor dime, a qué hora te vas esta noche.

— No iré —dijo casi en susurro— no puedo dejarte después de lo que pasó— quiero arreglar todo, y tu padre está cerca…

— Quiero que vayas — dijo interrumpiendo— quiero, que olvides mi deseo y demores lo que tienes de demorar.

Jungkook se le quedó viendo, esperaba que aquello fuera una simple broma de mal gusto.

— Hye —se acercó, pero ella lo detuvo, con una mano en el aire, impidiéndole acercarse.

— Solo vete, ve y si quieres o no termina ese compromiso, yo… Arreglaré el matrimonio, para un mes, ve tú si llegas o no.

Jungkook no podía considerar lo que oía.

— ¿Qué rayos sucede contigo? —grito— Te das cuenta de lo que me estás diciendo Hye… —ella volvió a verlo.

— Solo digo de lo que me doy cuenta, Jungkook… — también alzó su voz— Tu amor hacia Afrodita aún no acaba, si por ti fuera nos tendrías a las dos en la cama.

A él le dolían sus palabras, ¿Acaso no le quedó claro que la ama? … Claro que no, él jamás se lo ha dicho.

— No puedo casarme contigo si piensas de esa manera… Yo no soy como mi padre —recalco— No soy de los que tiene una mujer en casa y se anda cogiendo a la que se le cruza.

— Lo hiciste por mucho tiempo… ¿No? Cuál es la diferencia que ahora estés amarrado a mí. — Amatista volvía a verlo con recelo, pudo sentir la frialdad en su mirada, ya no había nada de la chica dulce y simple que lo enamoro

— No puedo creerlo —murmuro quitando la vista de ella, rezongo con molestia y volvió a verla— Te lo voy a demostrar, y te tragarás cada palabra que has dicho, Hye —camino con molestia a la puerta.

— Dejé de ser tu princesa —dijo ella con un dolor en su corazón, él se detuvo en la puerta al escucharla— desde anoche, desde tu encuentro con mi madre, tus mensajes, en ninguno me llamaste Princesa, en ninguno me llamaste Amatista, simplemente era Hye —Kook trago pesado.

— Pasaré por ti a las 8, Hye —recalco una vez más, ella cerro sus ojos con dolor y las lágrimas volvieron a caer.

Apenas cerro la puerta cayó sobre sus rodillas, le dolía, en tan poco tiempo Jungkook se metió tan profundo en ella que le dolía hacerle daño, y más que ya no la llamara con cariño.

Él, en tanto, escuchaba los sollozos desde la puerta, quería volver a ingresar y besarla hasta que todo se calmara, besar sus ojos, sus mejillas, sus labios, deseaba estrujarle tanto que ya no hubiera dudas en su cuerpo, pero, el orgullo le ganó, y con las mejillas húmedas, se alejó de ahí.












𝙳𝚒𝚘𝚗𝚢𝚜𝚞𝚜 𝙱𝚊𝚛  ୧𝚝𝚎𝚛𝚖𝚒𝚗𝚊𝚍𝚊୨   𝐉𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora