༺ ᘔᗴᑌՏ ༻

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Había sido el mejor sueño de la vida en Hye, de solo recordarlo quería seguir durmiendo para retomar los besos y las caricias, las penetraciones que Jeon le regaló en ese momento, o las veces que le decía “te amo” en sus labios.

Pero debía levantarse, escogió un atuendo lindo y se fue directo a la ducha.

Comió luego de estar lista y limpio todo, al salir de la casa, Yoongi la esperaba apoyado en su auto, escribiendo un mensaje.

Hye llegó a su frente, sonriendo, levantó una mano y le saludo.

— Tu guerrero es muy prepotente —le dijo con una mueca de disgusto, levantó el teléfono y mostró los mensajes.

En ellos le exigía que no la dejara sola, cada 10 minutos, Bin sonrió complacida.

— Lo siento Yoongi, debe ser un malestar para ti.

— La verdad no —abrió la puerta del copiloto— Yo haría lo mismo si tuviera a mi Venus.

— ¿Eurídice? — Min la miro con angustia.

— ¿La conoces? —negó con la cabeza, cabizbaja — Claro que no. — musitó en decepción.

— Si tuviera buena relación con mi padre, juro que le pediría su libertad, así serías un buen Marte.

— No te preocupes, las cosas suceden por algo, pero gracias, eres muy amable.

En el camino a la empresa, Yoongi le decía que debía hacer, los papeles que firmar, y las juntas durante el día.

Apenas llegaron, sintió un estruendo en el cielo, y las nubes oscuras nublaron el día.

— Creo que lloverá este día. —dijo ella.

— ¿De qué hablas?… —miro el cielo completamente despejado y azul— Está soleado, hará mucho calor hoy. —Respondió camino hacia dentro.

Hye se quedó viendo, quizás, Yoongi sentía que un día así era perfecto para él, el cielo se vio iluminado por un rayo, y luego el sonido se hizo presente asustando su persona.

Entro rápidamente y alcanzo a aquel chico, una sensación se ubicó en su pecho, pero no sabía que era.

Apenas llegaron a la oficina, un joven reverencio a ella, estaba en el escritorio donde antes había visto a la secretaria Go.

— ¿Qué paso con la Secretaria?

— Jungkook la despidió —dijo caminando dentro de la oficina.

— ¿Qué hizo?

— Tener celos de ti —sonrió— ¿No lo sabías? … Jungkook movió a todas las mujeres con las que se acostó a otras empresas, lejos de ti y de él, incluso a la gerente de la tienda.

— ¿Qué?

— Tampoco lo sabías… Me contó lo que sucedió, eso lo llevo a tomar esa decisión, y se deshizo de todas las que podían sentir celos o bien hacerte molestar con sus comentarios.

— ¿Y eran muchas?

— No tengo autorización para decirte un número… Solo pidió que te contemos la razón por si preguntabas.

— ¿Por qué?

— Simple, quiere que sepas lo que es capaz de hacer por ti. —Yoongi se giró tomando una carpeta— Jamás lo había visto tan enamorado, hasta a mí me extraña su comportamiento. — estiró los papeles— necesito que firmes estos documentos, es para que tomes las decisiones, en 30 minutos habrá una reunión, vendré por ti.

Hye firmo los documentos sin siquiera darle un vistazo, el chico se retiró de la oficina, y ella se quedó viendo el cielo, pensando en lo que le habían confesado, Jungkook o Perseo, que en este caso eran los mismos, la amaba, tanto que le daba todo para que se sintiera segura.

Un nuevo estruendo oyó en el cielo, uno que la hizo salir de su ensoñación, uno que además la hizo temblar, el cielo cada vez estaba más oscuro, y los rayos se escuchaban cada vez más cerca.

— Se avecina una tormenta —dijo una voz poderosa en la sala donde ella estaba.

No quería girar, sabía perfectamente quién era, por esa razón solo ella veía así el cielo.

— ¿No volverás a ver a tu suegro? —dijo con ironía.

— Sé que no me quiere aquí —respondió temerosa—

— ¿Y qué harás al respecto? — dio pasos que se oían como los rayos y con cada paso se iluminó el firmamento— Quiero ver el rostro de la chica que enamoró a mi hijo.

Hye con lentitud se giró a él, con la vista en el piso, y a punto de llorar.

Zeus se detuvo al ver su frente, era realmente hermosa, tan parecida como su madre, su aura oscura y brillante a la vez enamoraría a cualquier Dios o semidiós, bajo su vista a su cuerpo, tenía la marca de su hijo, pero no le molestaría poner la de él sobre ellas.

Sería la venganza perfecta por haber enamorado a Afrodita, el amor de su vida. Las imágenes volaban en su mente de las provisiones que la haría suya, su miembro comenzaba a tomar forma.

Siguió bajando la mirada con lentitud, viendo debajo de su ropa, esos pezones rosados y redondos, quería sentirlos en su boca, su vientre plano y perfecto, su ombligo y su…

Un aura aparte de la de ella pudo ver y sentir en ese lugar, era pequeña, pero un Dios como él podía notar a la lejanía, sonrió decepcionado, y siguió con los pasos hasta llegar a su frente.

— Vaya… —llevo sus dedos a su vientre— ¿Puedo tocar?

Hye levantó la mirada al hombre frente a ella, era de edad, pero eso no le impedía verse tan hermoso como estaba en ese momento, su pregunta la hizo estremecer.

— No sé dé que habla.

— Mi hijo dejó su semilla —toco con la punta de su dedo medio— y ahora crece alguien dentro de ti.

— Pero… Solo fue hace dos días — Zeus volvió a verla a sus ojos.

— Es suficiente, eres la hija de Afrodita —quito su dedo al sentir el calor del orgullo — ella no solo es diosa de la sensualidad y el amor, también de la fertilidad, que luego nacieran otras proclamando tal poder, no quiere decir que lo tengan.

Hye llevo sus manos a su vientre y sonrió perfectamente llena de felicidad.

— No puedo permitirlo —dijo mirando de reojo— Mi hijo jamás verá ese niño nacer — Amatista retrocedió, debía salir de ahí.

Un rayo sonó una vez más poniendo a Zeus en su frente.

— No solo el niño no puede nacer, tú, tampoco puedes casarte con él, y este amor, debe terminar.

— Perseo lo sabrá, cobrará venganza.

— Si es que lo nota … ¿Crees que vendría aquí sin un plan? —la tomo del cuello, levantándola del piso— él nunca notará que tú no estás —sonrió alzando una ceja.

Una luz cegadora llegó hasta Hye que la hizo perder la conciencia, de ese momento ya no supo más.

𝙳𝚒𝚘𝚗𝚢𝚜𝚞𝚜 𝙱𝚊𝚛  ୧𝚝𝚎𝚛𝚖𝚒𝚗𝚊𝚍𝚊୨   𝐉𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora